Capítulo 30 - Experimentando

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◆ALLIE◆

13 de Agosto del 2011

Mamá se encuentra en su habitación terminando de arreglarse. Me acerco en silencio y ella me da una sonrisa a través del espejo. Le pongo las manos en los hombros y le devuelvo la sonrisa.

—Estaba esperando un buen momento para hablar de lo que está pasando. En realidad —me corrijo— estoy ansiosa por saber qué está pasando.

Mamá termina de aplicar su labial y acomoda su coleta alta antes de suspirar y volverse hacia mí. Me toma las manos y me hace sentar en la orilla de la cama.

—Las cosas son complicadas, Allie. Cuando tu padre esté de regreso sin duda que todo empeorará.

—Lo entiendo, pero mamá, por favor, empecemos esto con algo más agradable, ¿quieres? Nunca pensé que Grace pudiera reconocerte, y menos que te llamara su amiga. ¿Cómo es que eso pasó?

—Oh, Allie, querida. ¿Qué quieres que te diga? Sé que siempre me has considerado una mujer sumisa que sigue al pie de la letra lo que dice tu padre, pero lo cierto es que tengo un corazón de madre que ha estado sufriendo desde el momento en que Lena dejó esta casa. He sido cobarde, hija, cada vez que quise acercarme a ella no pude hacerlo porque me avergonzaba el hecho de no haberla protegido ni defendido cuando debí hacerlo. No podía ver a mi propia hija a la cara después de la forma en la que la abandoné. Mi único consuelo fue siempre Luke, quien, como bien sabes, cuidó de Lena y de esa pequeñita como yo debí haber hecho —los ojos se le llenan de lágrimas, rápidamente pasa sus dedos para retirar las gotitas saladas antes de que rueden por sus mejillas—. Cuando me dijo el nombre que Lena había elegido para su hija... sentí que era un regalo que yo no merecía. Durante años quise decirle tantas cosas a tu hermana, en este momento me encuentro feliz de finalmente habérselas dicho.

"A la pequeña Gracie comencé a frecuentarla hace poco que empezó a asistir al jardín de niños. Estuve viajando cada viernes de Alexandria a Murfreesboro para verla unos momentos. Admito que no era mi intención hablarle, pero sucedió de algún modo y entonces lo siguiente que supe es que estaba completamente enamorada de mi nieta y me dolía tener que decirle que era solo una amiga.

—Bueno, ahora las cosas pueden ser diferentes. Sé que le pediste a Lena un poco de tiempo para explicarle las cosas a la niña, pero te aseguro que ella no va a hacer otra cosa más que contentarse cuando se entere de que en realidad eres su abuelita.

—Lo sé, cariño. Hablé con tu hermana y acordamos decirle la verdad el día de mañana. Les he pedido que vengan a la casa a almorzar —murmura, lo que me hace abrir mucho los ojos por la sorpresa—. Sí, esto es un gran paso. Uno gigantesco, honestamente. Pero creo que ya es suficiente de no hacer las cosas correctamente, apenas tu padre esté de regreso voy a hablar con él también. Y sí, probablemente eso será desatar la tercera guerra mundial, pero nadie en esta vida ha ganado una batalla sin luchar, así que es momento de dejar de ser cobarde y tomar el riesgo.

No puedo evitarlo, la abrazo con un enorme sentimiento de orgullo invadiéndome.

—Me siento orgullosa de ti, mamá.

Beso su mejilla mientras nos abrazamos y la oigo reír. Me pone las manos en los brazos y me aleja con suavidad.

—Ahora, mi cielo, me encantará oír esa historia de cómo pasaste de odiar a Matthew Adams a tomarte de las manos con él —abro la boca, notando el calor agruparse en mi rostro, y la cierro antes de que salga una sola palabra porque mamá levanta la mano, pidiendo que espere—. Ni pienses en negarlo. El miércoles los vi claramente tomados de la mano y siendo... um, ¿qué palabra serviría para describirlos? ¿Cercanos? Bueno, creo que algo más que eso, pero digamos que pude ver esa confianza entre ustedes que antes no existía.

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