Capitulo 44

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POV Camila

-¿Qué harás esta tarde? -pregunté ansiosa.
-No lo se -dijo dudando- creo que nada.
-Pues ahora si tienes algo que hacer -aseguré- pero no te diré nada -hablé seria- solo debes estar aquí a las... -calcule el tiempo- cuatro, a las cuatro.
-De acuerdo -dijo no muy convencida- ¿a dónde iremos?
-ya te dije que no te diré -repetí.
Llegamos y ella siguió insistiendo para saber sobre los planes, pero no me dejé doblegar por su persistencia, aunque negarle algo a esos ojos sea casi imposible, la tenía a centímetros y sus labios de vez en cuando rozaban mi mejilla, ella sabía que terminaría por contarle todo si seguía con eso, así que tuve que detenerla.
-me voy a bajar antes de que pierdas el control -avisé- te veo a las 4:00, ni un minuto antes, ni un minuto después -dije determinada.
-Como ordenes -dije riendo, no parecía convencida de mi "intento de autoridad"- arreglaré un asunto y vendré por ti -comentó guiñándome.
-No desaparezcas -pedí preocupada, conozco a Lauren- te lo agradezco.
-tranquila -dijo lanzándome un beso- regreso en un rato -dijo antes de irse.
Mi siguiente parada era necesaria, no me sentía bien estando sin comunicarme con Alexa, realmente sabia que lo mejor era mantenerme alejada de ella y su drama con Cece, pero era mi amiga y tenia que asegurarme de que estaba bien, o la menos de que estaba viva ya que decidió no parecer por la escuela hoy, aunque ir a verla implicara enfrentar su resentimiento. Antes de ir a casa de Lex pasé por un helado, sirve para dos cosas: Calmar a Lex porque ama el helado y superar el despecho, con azúcar siempre es más simple. Llegué en breve a su casa y toqué el timbre realmente deseando que al verme allí no cerrara de nuevo en mi cara. Ella abrió y no dijo nada, solo me miró, con una de esas miradas que duelen más que las palabras y los golpes juntos. Odiaba esa mirada.
-Hola -dije lentamente- yo... -fui interrumpida.
-si vienes a pedir por Cece no pierdas tu tiempo ni me hagas perder el mío -avisó- no quiero escuchar nada sobre ella.
-no vine a eso -expliqué- solo vine a traerte un helado.
-Me miró incrédula, parece que mis bobadas la hicieron bajar la guardia- mmmhh de que sabor -preguntó entre dientes- porque si no es un sabor que valga la pena no me hagas perder el tiempo en eso tampoco.
-busque de chocolate porque se que te gusta, pero preferí traer uno de sabor "no me odies en serio no quiero estar en medio de esto" -hablé con algo de miedo de su reacción a mi ataque de "humor" repentino producto de mis nervios del momento.
-me miró por varios segundos y se escapó una sonrisa, sonreí aliviada también- pasa, idiota -dijo tomándome del brazo- ¿Realmente solo viniste a darme helado? -preguntó tomándolo de mis manos
-Si... -dude- bueno también a decirte que lamento todo lo que sucedió -dije sentándome.
-siempre terminas disculpándote tú, por las idioteces de Cece, no tiene sentido -habló frustrada- Lo que más odio es que tú la conoces, tú lo sabias -dijo ella con su mirada llena de rencor, refiriéndose a Emma.
-Lex yo no... -respiré para mis siguientes palabras- Esta bien, lo supe antes que tú, obviamente -reconocí- pero... ¿Qué se supone que tenía que hacer? -pregunté aunque no quería su respuesta- ella era quién tenía que decírtelo -expliqué mirándola firme- no era mi obligación, en el fondo los sabes.
-Yo... -ella pareció reflexionar ante eso- me duele que todos lo supieran antes de que yo me enterara, era mi relación la que se estaba desmoronando y fui la ultima en saberlo -dejó correr las lagrimas
-Buscar culpables no cambiará nada, tú eres mi amiga Lex, pero si Cece también lo es -expliqué intentando acercarme a ella.
-Y tu lealtad claramente está con ella -dijo alejándose- Te pedí un consejo, fui a pedirte ayuda -dijo con rabia en la voz- ¿Tú que hacías, te reunías con ella a burlarse de mi? -reclamó casi dejando escapar unas lagrimas.
-Sabes que eso no fue así, que mi posición no es mas fácil o mas simple, tu sabes que lo digo es cierto, no espero que simplemente lo superes, pero tampoco quiero que me odies -hablé honesta.
-esta bien -dijo ahora mas tranquila- solo, déjame procesarlo.
-De acuerdo -dije rendida- solo piensa las cosas -sugerí- te veo luego -dije poniéndome de pie.
-no te estoy botando de la casa -dijo sonriendo- solo que no me pidas olvidarlo todo.
-lo sé, toma tu tiempo -dije abrazándola tranquila, casi nunca lo hacia, pero ahora era oportuno- debo irme, tengo un compromiso en un rato -aclaré- estoy aquí -avisé- por si quieres hablar, solo avisa.
-¡hey! -me habló mientras yo caminaba a la puerta, me giré para mirarla- gracias por todo -dijo conmovida- siempre haces lo necesario.
Me despedí de ella, pase por mi casa, decidí comer, tomar una ducha, cambiarme de ropa y luego de hacer algunas cosas más salí a casa de Camila, no sabía que haríamos o en donde, pero entendí que no soy buena tolerando las sorpresas y menos dejando que otra persona tome el control, la curiosidad me mataba y casi no podía pensar en nada mas que no fuese eso, llegué a su casa unos diez minutos antes de lo acordado, pero dejé pasar unos 9 minutos antes para hacerla salir, por eso de "ni un minuto antes, ni un minuto después".
-muy puntual Jauregui -dijo acercándose a la ventana del auto- así me gusta.
-Siempre lo soy -hablé confiada- ¿subes o tengo que abrirte la puerta? -pregunté riendo.
-Eso seria pedir mucho de ti -dijo subiendo la ceja, luego abrió la puerta de atrás y colocó un bolso allí.
-¿Vas a mudarte -pregunté mirando el bolso- o vas a subir finalmente? -cuestioné.
Ella caminó hacia la puerta de mi asiento y se detuvo allí, luego la abrió, "sal del auto" me dijo sonriendo y continúo parada frente a mi, yo no estaba convencida de su petición, por lo que no lo hice. "Lauren bájate" insistió desdibujando la sonrisa ahora, yo realmente no quería hacer lo que pedía.
-¿Qué se supone que haremos aquí? -pregunté confundida- no me gusta esto de no saber nada -hablé ansiosa.
-Yo te llevaré a donde iremos hoy -dijo serena, yo ya la creía loca si pensaba que iba a tocar mi auto.
-Camila, conmigo puedes hacer lo quieras -dije en un tono coqueto y dejando ver el doble sentido de la frase- pero con mi carro ni lo sueñes, no podrás una mano sobre él.
-¡Lauren no vamos a movernos de aquí si no te cambias de asiento! -aseguró cruzándose de brazos.
-Y créeme que no lo haré -dije convencida.
POV Camila
Realmente odiaba la necedad de Lauren, solo necesitaba que me dejara conducir y ella como siempre estaba haciendo un drama de nada, solo por no confiar en mi habilidad al volante, aunque yo no era una experta, era probable que llegaras vivas, era muy probable. Así que como por la fuerza no lo estaba consiguiendo decidí hacerlo por otros medios.
-Escúchame Laur -dije sonriéndole lo más sexy que conseguí- tú vas a dejarme conducir -hablé sentándome en su regazo, ella ya comenzaba a ceder, asentía con la cabeza siguiendo el sonido de mi voz, por instante creo que cerraba los ojos dejándose llevar- iremos a ese lugar y luego tú conducirás de regreso -aseguré- ahora -me acerqué a sus labios suficientemente para rozarlos con el movimiento que hacia al hablar- vas a cambiarte de asiento -pedí pasando mi dedo por su mejilla.
-Eso -habló con dificultad- no es justo- dijo intentando controlar su voz y su respiración- ya te dije que no voy... -intentó negarse pero la detuve con un beso suave y lento para lograr convencerla.
-De acuerdo -cedió finalmente- haciéndome poner de pie- pero si algo le pasa a mi auto Camila... -dijo sin completar su intento de amenaza.
-¡cálmate! -dije tranquilizarla aunque el nerviosismo a mi ya me traicionaba por ahora tener que conducir y de paso bajo la responsabilidad de hacerlo bien- no me presiones -avisé.
-al menos sabes manejar, no? -preguntó con miedo en la voz.
-He tomado algunas clases -dije tranquila.
-¿Algunas? Camila estas jugando conmigo, ¿cierto? -dijo aterrada, su mirada de espanto me hizo reír.
-no lo hago tan mal -aseguré- si tan solo te calmas -dije tocando su hombro.
-Y sabes el camino? -volvió a cuestionar- porque no creo que conozcas las calles.
-tengo GPS en el teléfono como todo el mundo -dije mirándola- y también existen las señalización en las calles -refuté dando el asunto por terminado, aunque ella seguía sin convencerse.
Por el camino hubiese deseado no tener que lidiar con tanto drama de su parte Lauren no me dejaba pensar, creo que no conocí a nadie tan perfeccionista a la hora de tomar un volante como ella, llevarla fue mas complicado que cualquier cosa, no creo haberlo hecho tan mal, la verdad nunca pasamos un "susto" de eso en la carretera, pero Lauren es Lauren perfeccionista Jauregui, un problema de copiloto, un desastre total. Finalmente llegamos, hubiese sido mas simple tomar un taxi, decirle a ella la dirección o incluso no venir.
-¡El piso! -dijo tocándolo- creí que la próxima vez que estuviese en el piso seria luego del choque que íbamos a tener contigo al volante.
-Eres realmente exagerada -afirmé- me encantaría que ta calmaras ya -pedí bajando también.
-lo siento -se acercó para darme un beso en la mejilla- en serio, ¿esta playa? -Preguntó- ¿cómo lo supiste? -ella finalmente notó donde estábamos.
-tengo mis métodos -aseguré moviendo mi cabello- ahora vamos...
Caminamos hacía la playa, un sitio no muy lejos de la orilla, no tan cerca como para mojarnos, estuvimos allí por un buen rato, conversando, ella seguía algo traumada con mi momento al volante, yo necesitaba cambiar el tema o terminaría golpeándola, pero en breve con algunas besos dimos ese asunto por terminado.
POV Lauren
Me sentía muy bien con Camila a mi lado, ella se encargó de hacer esta tarde perfecta, luego del trauma que viví por el camino claro, trajo todo lo podríamos necesitar para pasar el resto de la tarde aquí, exceso de cosas para comer, porque así era Camz, siempre pasando en comida, aclaró que la Nutella sería solo mía, cinco segundos más tarde no resistió, de todos modos ya no había nada mio o de ella, ahora de alguna forma todo era nuestro, no creía que estuviese sucediendo algo así en mi vida, estábamos algo perdidas en el paisaje, sé que ella jamás entendió del todo como era que yo amaba estar tanto en la playa, la verdad lo adoraba, pero pocas veces entraba al agua, de hecho la mitad del tiempo solo me sentaba a observar, a pensar con el sonido del mar, la tranquilidad del lugar, eso me encantaba, ahora creo que ella lo comprendía mejor. Mientras estaba en mi trance sin separarme del lado de Camz una pareja de... Tal vez unos 60 o 70 años pasó a nuestro lado, caminaban igual de perdidos en la delicia del lugar que nosotras, nos miraron, yo de inmediato me alerté, Camila estaba sentada detrás de mi, yo tenía todo el peso de mi cuerpo sobre sus piernas y sus manos estaban rodeando mi cuello, así que la posición era bastante comprometedora y yo lo sabía, imagine que por ser una pareja tan mayor tendrían ese pensamiento anticuado y prejuicioso, pero ellos solos pasaron por nuestro lado dándonos una sonrisa amable.
-¿Crees llegar a esa edad y seguir enamorada de la misma persona? -preguntó Camz pasando su mano por mi cabello.
-Yo... No lo sé -dije pensativa- tal vez, espero tener suficiente tolerancia -dije
-¿tolerancia? -preguntó algo perdida
-No eres fácil Camz -dije sonriendo- creo que a esa edad serás más necia -aseguré- tendré que ser paciente -comenté tomando su mano- pero creo que lo lograremos, caminaremos por esta playa de vez cuando, como ellos -afirmé
-¿Cómo es que puedes ser tan dulce, tan odiosa y tan sexy al mismo tiempo? -preguntó besando mi frente.
-Ya sabes -dije subiendo la vista para encontrarme con sus ojos- algunas tenemos ciertas cualidades.
-Lo sé, también eres tan arrogante Jauregui -dijo volteando sus ojos en un gesto casi odioso.
-¿Tú crees que podamos hacer lo que ellos hacen?
-pregunté aun mirándolos mientras se alejaban
-¿Caminar por la playa? -dijo ingenua
-Tomadas de la mano -especifique- sin que la gente... Nos critique por eso, sin que sea un problema -volví a buscar su mirada- porque eso me aterra Camz -confesé- nada me da mas miedo que eso -repetí.
-¿Qué cosa amor? -dijo apretando fuertemente mi mano.
-No poder tomarte de la mano cuando quiera -dije sujetándola también- no poder besarte cuando lo desee porque la gente nos mire -agregué besando su mano- no poder decirte cosas tontas en publico o abrazarte cuando sienta frio -continúe- porque la gente no entienda o no quiera entender lo que tenemos -dije reflexiva- yo no quiero que así sea siempre nuestra vida.
-Las cosas no van a cambiar de un día a otro -dijo mientras yo me sentaba para quedar a su altura- pero nosotras tendremos que aprender a vivir con eso -explicó- a crear un coraza contra lo que nos haga daño -comentó mirándome fijamente- sin permitir que nos afecte.
-¿Juntas? -pregunté insegura.
-Siempre juntas -respondió señalando el cielo que ya dejaba ver el atardecer.
"siempre juntas" repetí en mi mente mientras observaba aquella imagen.

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