CAPITULO 60 FINAL

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POV Lauren

Un beso tras otro terminamos acostadas frente a la chimenea, las caricias tampoco faltaron, el calor de nuestros cuerpos superaba el fuego que nos alumbraba, no sabía cuanto la deseaba hasta hoy, no podía dejar de mirarla, ella estaba simplemente perfecta, tan hermosa como siempre o quizá más que nunca, tenía una seguridad extrema de que lo estaba sintiendo por ella era más fuerte de lo que podía decir en voz alta, no sé exactamente en que momento comencé a sentirme tan nerviosa, tal vez cuando supe que los besos ya no eran suficientes, ella me miró como si supiera lo que estaba atormentando mi cabeza, cuanta inexperiencia había en mi cuando se trataba de amor.
-Esta no es... -me miró fijamente mientras trataba de regular su respiración agitada- no es... mi primera vez con alguien, bueno si con una mujer, pero no la primera vez en realidad -dijo bajando la cabeza al culminar sus palabras, comprendí de lo que hablaba.
-¡hey! -tomé su mentón hacienda subir la vista hasta mi de nuevo- es nuestra primera vez, eso no nos lo quitará nadie -dije dándole una sonrisa que pudiera devolverle la calma- yo me siento tan nerviosa y ansiosa como si lo fuera -confesé para calmar el momento- llegué un poco tarde a tu vida -susurré mirándola directo a los ojos- pero pienso quedarme por siempre.
-¿No estás... decepcionada? -preguntó tímida haciéndome sonreír con su inocencia.
-nunca podría estarlo -dije segura- te quiero tanto -hablé seria considerando si esas eran las palabras que realmente estaba buscando- ¡tanto! -repetí segura de que no lo eran.
Mis manos bajaron hasta sus caderas y fui entrando lentamente por debajo de su blusa, su temperatura estaba perfecta, levanté la prenda hasta que con su ayuda la saqué por completo, no pude evitar mirarla, su abdomen tan lindo, su piel tan blanca y brillante, una belleza recostada en el living de mi casa de playa, la luz del fuego reflejada sobre su figura, su blusa a un lado, sus zapatos del otro, ella solo con su falda y la parte posterior de su ropa interior medio suelta, esos perfectos ojos chocolates clavados en los míos a la expectativa de mis manos, que con sumo cuidado recorrí con ellas su cuerpo ahora semi-desnudo, la vi cerrar sus ojos, fue un aviso para entender que estábamos listas, llevé mis labios a su cuello, lo fui besando hasta bajar a la altura de sus pechos aún protegidos por su brasier, temí quitarlo, pero el temor realmente acabó pronto cuando ella misma bajo una de las tiras que lo sujetaba, supe entonces que yo estaba mucho más nerviosa que Camila aún cuando yo tenía más experiencia en el área, que ironía. Allí estaba sobre la dueña de mi vida, la dueña de mi boca, que entre besos me subía al cielo a toda velocidad, la intensidad aumentaba, suspiró fuerte y claro, prácticamente en mi oído, quité por completo el rastro de su ropa interior superior que me impedía tener su torso desnudo, la miré perdida en su belleza, estaba tan sonrojada que me sentí culpable, le di una sonrisa quitando mi camisa para quedar a la par con ella, la vi relajarse ahora, sin demorar ni un segundo más fui dejando un camino de besos desde su ombligo hasta llegar al centro de su pecho, con un cuidado casi absurdo tomé uno de sus ellos con mi mano y besé el otro con delicadeza, la vi morder sus labios, su expresión me hizo delirar, mantuve mis labios ocupados en sus pechos por un tiempo, Camila se sujetaba a mi cabello, en señal de que lo estaba disfrutando, dejé lo que hacía para regresar a sus labios y besarlos con toda mi pasión, al separarme me encontré con sus ojos clavados en mi, subió sus manos por toda mis espalda quitando mi brasier, me observó con timidez, aún después de todo ella podía estar tímida, me ocupé de quitar su falda sin dejar de besarla y ella de sacar mi short, estábamos ahora en la mismas condiciones, acaricié su pierna, su suave piel me tenía adicta al contacto.
-Lauren -la voz de Camila cortó el silencio que antes había en el lugar- por favor... -habló con la respiración agitada.
¿Cómo se responde a eso?, no se responde, es la única solución que encontré, simplemente obedecí a su petición, llevé mis manos con lentitud hasta su ropa interior inferior, la única pieza que impedía tenerla completamente, sé ahora con suma seguridad que nunca antes se vio tan hermosa como se ve desnuda, la besé antes de llevar mi mano finalmente a su centro, húmedo, caliente, lo hice con delicadeza, aunque no sea su primera vez, esta tiene que ser especial y sobre todo perfecta, con el suave movimiento la oí suspirar y conforme aumenté el ritmo los suspiros fueron reemplazados por gemidos que golpeaban mis oídos, en cuanto alcanzó la cima del placer arqueó su espalda aferrándose a la mía no pude evitar sentirme complacida de haber logrado ese efecto en ella, en un movimiento astuto cambió nuestros cuerpos quedando sobre mi, podía sentir sus latíos, agitados, tanto o más que su respiración, la calidez de su cuerpo, todo en un perfecto escenario, abrazadas frente al fuego, sin moverme demasiado tomé la caja de chocolates, la abrí con cuidado y saqué uno al azar y lo llevé hasta su boca.
-Eso fue exactamente como eres tú -dijo con la voz algo distinta a como sonaba siempre, un poco más ronca.
-¿Y eso que significa? -pregunté curiosa.
-Perfecto, perfecta. -dijo besando mi hombro.
-Te quiero princesa -hablé sonriendo
-quizá yo un poco más -respondió sonriendo también.
-¿Sabes que si intentamos dormir aquí despertaremos sin espalda? -pregunté miraba a la mujer en mi pecho.
-Unos minutos y vamos a la habitación -habló con la voz cansada.
Así fue, luego de recuperar fuerzas subimos a la habitación, busqué algo de ropa para Camila y para mí, solo para dormir, y nos fuimos a la cama, nunca antes dormí con alguien que me hiciera sentir esa necesidad de estar tan cerca, prácticamente robándole hasta el aire, porque la necesitaba mía.
La mañana siguiente desperté por la luz que atravesaba toda la habitación principal, tomé valor para rememorar la noche anterior, "¿Realmente pasó?" pensé sonriendo mientras giraba para abrir los ojos justos frente a la chica más maravillosa que pude haber conocido, pelee con mi valor y mi cobardía unos segundos, no quería abrir los ojos y que todo lo de anoche fuese solo un sueño, lentamente froté mis ojos para encontrarme con: una almohada. "¿Qué demonios?" Dije en voz alta, me levanté quedando sentada sobre la cama, las cosas estaban en el mismo orden que la noche anterior, "Se arrepintió" era lo único que pasaba por mi mente, la busqué en el baño, pero no estaba, aproveché de hacer mi rutina matinal a velocidad y bajé prácticamente corriendo por todo el lugar para encontrarme con una mesa perfectamente preparada y con la mujer más hermosa del mundo en la cocina.
-Buen día dormilona -dijo mientras yo detallaba todo lo que había hecho.
-Buen día -respondí acercándome hasta ella- despertaste muy temprano -dije abrazada a su espalda dejando mi cabeza en uno de sus hombros para que ella continuara con lo que hacía, respiré al notar que estaba aquí.
-Así es -se giró para darme un pequeño beso- desperté con energía y muchas ganas de comer -habló animada.
-Tendremos que repetir lo de anoche si vas a despertar cocinando siempre -respondí riendo.
-Ja- Ja- Ja -lanzó una falsa risa- siéntate ya casi está todo listo -dijo en un tono dulce.
-¿No necesitas ayuda? -pregunté por cortesía ella parecía tener todo bajo control.
-No princesa, yo me encargo de todo -revivió mi frase de anoche -guiñándome.
-Subiré un momento entonces -hablé alejándome de su cuerpo- bajo enseguida -dije besando su cuello y luego dejando pequeños besos hasta su hombro- Te quiero -dije antes de salir de la cocina en un tono moderado, ella sonrió y me lanzó un beso.
Dejé la habitación en perfecto orden, todo tal cual estaba cuando llegamos, miré todo el espacio, después de ser uno de los lugares más especiales para mi, hoy volvió a serlo, ojalá no consigamos un comprador para está casa, ahora tenía una gran razón para no querer perderla jamás, hice una llamada, quería hacer algo más por la chica que cocinaba abajo, tal vez porque este día ambas tendríamos muchos problemas y no quería que al llegar a casa se arrepintiera.
"Si... ¿anotó la dirección? -pregunté- de acuerdo -respondí a lo que me preguntaba- entiendo, si... -dije atenta- gracias, buen día. -finalicé".
"Mi papá va a asesinarme por usar el número de su tarjeta" pensé dándole una última mirada a la habitación y saliendo para desayunar con Camz. Cuando llegué al piso de abajo estaba ella sentada en la mesa que ahora estaba completamente lista, miraba su teléfono atenta, creo que tenía unos cuantos mensajes de sus padres.
-Todo luce perfecto -dije acercándome hasta la silla a su lado- ¿está todo bien?
-Si... -dijo sin mucho ánimo- creo que tendré un par de problemas al llegar, pero todo bien -comentó dejando el teléfono a un lado.
-Tu papá no se creyó eso de que estabas durmiendo en casa de tus amigas? -pregunté
-No... Sabe que de haber sido cierto lo llamaba desde la casa de ellas o le decía con exactitud donde estaba -explicó- y no hice ninguna de las dos.
-Entiendo... -comenté algo frustrada de generarle problemas- ya se le pasara -hablé no muy convencida de lo que decía mientras probaba el desayuno.
-¿Qué tal está? -preguntó con una sonrisa inocente.
-Perfecto -contesté sincera.
Después del desayuno, la noche mágica y el día romántico estaba por llegar al final, le avisé a Camila que tomaría una ducha antes de salir, ella estaba pegada al teléfono, su papá se había enfadado bastante por tenerlo apagado toda la noche, la dejé en medio de una conversación con él que no sonaba tan buena. Subí y fui camino al baño, lo que más amaba de este lugar era la inmensa ducha, mientras caía el agua escuche la voz de Camila acercarse adentro.
-Amor... -dijo en su tono suave de siempre- estuve pensando... -se detuve unos segundos, la escuchaba atenta- lo de anoche fue perfecto, dulce y realmente maravilloso -elogió haciéndome sonreír, la voz se aproximaba más- pero fue egoísta, ¿no crees?
-¿De que hablas princesa? -pregunté perdida en sus palabras y algo preocupada por la última frase.
-De que solo yo disfruté lo de anoche -dijo ella, estaba tan equivocada en eso, pero no me permitió explicarle nada, la puerta de la ducha se abrió cuando intenté hablar.
-Camz eso no... -dije pero con un dedo detuvo mis labios.
Lo siguiente que tenía era a Camila, en la ducha, con una mirada que jamás vi antes en ella, algo muy sexy a decir verdad, besó mis labios con total libertad, quedando ahora ambas bajo el agua, sus manos se paseaban por todo mi cuerpo, después de todo era de ella, solo de ella, sentí sus manos subir por mis piernas, ahora entre ellas y después de eso juro que mantenerme en pie se volvió mi mas grande proeza.
-¿intentas... acabar... conmigo? -pregunté con la mayor dificultad que jamás había tenido para hablar.
-justo eso intento -sonrió perversa.
Creí estar en el punto más alto del placer y la absoluta felicidad, pero no estaba ni cerca de saber lo que Camila podía hacerme sentir, prácticamente me acorraló en la pared para subir el ritmo de su mano y hacerme volar sin dudas "Te quiero... ¡Tanto!" Citó una frase mía haciéndome sonreír, claro que internamente porque no era capaz de nada en ese momento, terminé quedando abrazada a ella y luego recostada en aquella pared intentando recuperarme. Ese pequeño acto dejó mi cabeza a punto de estallar puede ser alguien tan dulce, tímida y en ocasiones infantil y luego mostrarse tan perversa y sexy, ¿Acaso me gané la lotería?, yo estaba ahí, sin poder moverme, hablar o siquiera respirar y ella parecía encantada de lo que había logrado, ¿bajo el agua se veía mucho más hermosa?, me tenía tan intrigada eso, ¿cómo es que siempre puede verse mejor?.
-Amor... -hizo un gesto frente a mi cara- ¿Terminaras de ducharte? -preguntó sacándome de mi trance.
-Si... -dije suspirando con fuerza- necesito otra ducha -sonreí y ella hizo lo mismo.
Camila salió primero, la alcancé a los poco minutos después de que repetí mi baño, solo que ahora a más velocidad, intentamos dejar todo en la casa tal y como estaba, botamos el resto de las cosas que no usamos, excepto la caja de chocolates que compré para Camz, llegamos a su casa y el cuento de hadas iba a tener que tomar un descanso, después de todo la realidad era que íbamos a tener un par de problemas por escaparnos ayer, nada que no pudiéramos tolerar seguramente, pero había que hacerle frente ahora mismo.
-Llámame luego de que tus papás te pongan una sentencia -pedí besando sus labios- espero que no tengas muchos problemas -dije sincera- te quiero Camz.
-Lo mismo para ti -sonrió besándome varias veces- te quieroooooo -alargó la palabra antes de bajarse me quedé observando mientras entraba a su casa.
POV Camila
No tenía ni un pie adentro cuando mis papás ya estaban sobre mi, dando unos mil reclamos por minutos, escuche la primera parte del sermón, las especulaciones de lo que estaba haciendo, las posibles consecuencias, parece que ensayaron que decir durante estas ultimas veinticuatro horas, yo intentaba prestar atención, pero la verdad es que solo podía repasar una y otra vez la noche con Lauren, había sido todo tan mágico, era casi una osadía estar parada ahí mientras mis papás discutían conmigo y no sonreír por lo que estaba pensando,
-Se van a acabar esas salidas tuyas a todas horas y en todo momento -gritó mi mamá ya que "hablarme" no era una opción porque estaba distraída.
-Pero que... -ni siquiera intenté defenderme, daba lo mismo- está bien. -respondí tranquila, nada iba a quitarme la felicidad que tenía.
-¿no te importa? -preguntó asombrada de mi serenidad.
-Estuve mal, ustedes tienen razón -dije para deshacerme de la incómoda conversación.
-¿Venías con Lauren verdad? -preguntó mi mamá- ese era su auto.
-Si -no tenía sentido negar algo tan obvio- iré a mi habitación -mis papás estaban casi paralizados de mi completamente honestidad.
Al subir había un ramo perfecto de rosas blancas, lo más lindo que haya visto hasta ahora, la del centro era la única flor artificial y de ella se sujetaba una nota sellada, que imagino que mis papás murieron por abrir al recibirlo, pero no lo hicieron.
"Gracias por entrar a mi vida" no estaba firmada, tampoco escrita a mano, sin embargo era obvio de quién provenía.
"P.D: te dejaré de querer cuando la última rosa se marchite"
¿Puede acaso ser más increíble esa mujer?, era obvio que no estaba ni cerca de saber la respuesta. Justo después de leerla me perdí en una conversación por horas al teléfono con ella, no hay otra forma de decirlo yo estaba completa, absurda y perdidamente enamorada de Lauren.
POV Lauren
Hubo un retroceso bastante extraño cuando sus padres notaron lo que sucedía entre nosotras, las cosas no se pusieron más simples, pero fueron mejores, eso lo admito. Nunca fuimos muy prudentes y esas escapadas del mundo le costaron varios castigos a Camila, hasta que supieron la absoluta verdad de los hechos, la "Lauren amiga de su hija" tenia un trato privilegiado en su casa, la "Lauren novia de su hija" ja, esa tuvo que esforzarse más, digamos que tuve que trabajar de nuevo en ganarme su confianza, fui poco a poco consiguiendo estar como antes con ellos, pero me tomó unas cuantas visitas supervisadas en el living de su casa conseguirlo. Nunca faltó una charla incomoda sobre "mis intenciones con sus hija" pero sin ánimos de alardear siempre terminé muy bien parada después de esas conversaciones. Estaba tan estúpidamente enamorada de ella que disfrutaba tener que hacer esas cosas, sentía que realmente me esforzaba por esa relación. Una tarde cuando ya finalmente volvieron a darle libertad a Camila salimos a dar una vuelta, sin escaparnos como solíamos hacerlo desde que sus castigos eran frecuentes, Si, por mi culpa. Sin ningún plan en mente, solo para ver la luz del día desde otro ángulo que no fuese su casa, pasamos frente a una feria enorme y la vi casi saltar del auto, creo que sin esfuerzo ya habíamos conseguido un plan.
Nunca estuve muy interesada en entrar a esos enormes parques que van de ciudad en ciudad, pero al pasar cerca y ver la cara de Camila iluminarse como si fuese una niña pequeña no dudé, creo que por ver esa mirada entraría una vida entera en ese tonto parque, ni siquiera noté lo rápido que pasaron las horas, pero en breve tenía a esa niña loca llevándome de la mano de un lado a otro para subir a mil atracciones, estaba agotada pero sobre todo enloqueciendo en este lugar. Luego de llevarme de un lugar a otro y subir con la misma emoción a todas partes, decidió que no se iría de este aquí si no subía a la gran rueda de la fortuna.
-Cuéntame algo que no sepa -pidió mientras la rueda comenzaba a avanzar.
-¿Cómo un secreto? -pregunté mirando hacia el suelo que se veía ya lejano, lo estaba extrañando.
-Si, como eso -continúo.
-No me gustan los parques de diversiones -confesé, ella estalló en risas.
-¿Y hasta ahora decidiste decírmelo? -preguntó sin controlar las carcajadas.
-Si, es que... No quería arruinar la noche -expliqué.
-Quien diría esto: ¡Lauren Jauregui le tiene miedo a las atracciones de los parques! -comentó sin parar de reírse.
-¡Hey!... -me quejé empujándola- no es miedo, es que no disfruto estar dando vueltas, me mareo con facilidad -justifiqué, pero ella solo reía en burda.
-Luego de esto podemos irnos si quieres -dijo haciendo celebrar internamente- esta vuelta y nos vamos, pero al menos finge una buena cara -pidió.
-La estoy pasando bien -aclaré- es solo que... Ya te expliqué -me rendí.
-No pasa nada -dijo tomando mi mano- es una linda vista -comentó, supongo que para distraer mi mente.
-Y desde arriba, justo al centro, se ve mejor -agregué.
-Ahh! Pero si has subido aquí -dijo mirándome confundida- no que no te gusta? -interrogó
-Pero he venido, ¿Crees que me perdería de esto? -pregunté- no es de mis cosas favoritas, pero si hay que hacerlo, lo hago -agregué con una sonrisa- Taylor ama estos lugares.
-Es realmente lindo que hayas soportado estar aquí solo para complacerme -dijo tímida.
-Haría lo que sea para verte feliz -respondí besando su frente.
Ya estábamos cerca de llegar al centro exacto de la rueda, la cima, por decirlo en otras palabras, no podía negar que el lugar se veía perfecto desde esta altura, la compañía era la mejor que podía pedir, el día había estado asombroso, que más da mi poco gusto por los parques, esté seria mi lugar favorito si me garantizan que siempre va a estar ella conmigo, aquí. Su mano jugaba con la mía mientras seguíamos subiendo, vi fallar las luces un par de veces, pero no le di importancia, tenía una mejor vista justo a mi lado, sin embargo cuando fallaron por completo tuve que darles mi atención, junto a ellas se bajó la luz de todo el parque, "¡Qué demonios!" -exclamé mirando abajo, Camila parecía serena, no sé como podía quedarse atrapada en una rueda gigante como esta y estar tranquila.
-Creo que tenemos un problema con la electricidad -gritó por la bocina el tipo manejaba los controles de la rueda.
-Pero que intuitivo resultó ese tipo -dije sarcástica, Camz solo reía- ¿Es todo lo que va a decir?
-Cálmate amor... tal vez lo solucionen en un minuto -afirmó mientras tomaba mi mano para tranquilizarme.
-En unos minutos estaremos solucionando el problema técnico -habló nuevamente el sujeto.
-Lo ves -dijo ella- solo unos minutos y estaremos abajo.
-Podrían ser 10 minutos -la miré- o 100 -ahora exageraba, pero estaba nerviosa- ¿estás cosas solo me suceden a mi? -pregunté con una mueca.
-podría ser peor, podrías estar de cabeza en una montaña rusa -dijo sin evitar reírse- o tal vez en uno de esos juegos que giran en el aire -continúo.
-o en una rueda gigante a tres lugares de la cima -interrumpí- no estamos mejor que ellos -aseguré
-¡Eres tan dramática! -exclamó con una pequeña sonrisa.
-y tú eres muy tranquila -dije mirando hacia abajo- podríamos morir aquí y tú lo tomas con tanta serenidad que no sé si estas muerta ya -dije mirándola nerviosa.
-No creo que vayamos a morir aquí -dijo sonriendo tiernamente- pero hay varias cosas que deberías saber -explicó pausada, como si estuviese dándome una clase- Si voy a morir hoy, aunque no lo planeo -repitió- estoy bien sabiendo que será a tú lado, con una vista maravillosa y después de un día perfecto -afirmó, acompañando sus palabras con un suave beso que dejó en mis labios con sutileza- y claro, después de un beso -completó sin quitar su sonrisa.
-Creo que estoy siendo insoportable ahora -reconocí- probablemente quisieras estar aquí a punto de morir con alguien más -jugué con el tema.
-Podrías traer a 100 personas ahora mismo a este lugar -señaló el parque o parte de el- yo te escogería a ti 101 veces -aseguró acercándose- ahora has silencio
Estuve en silencio tal como lo pidió por algún tiempo, pude ver la parte positiva y hasta linda de la situación, Camila estaba aquí, junto a mi, ¿Qué más podría necesitar?, literalmente el mundo podría detenerse, o como ahora, nuestro pequeño mundo se detuvo, pero la tengo a ella, no había un lugar o momento que fuese perfecto para decirle todo lo sentía a Camila, mi pecho ya no aguantaba tanto amor por una solo persona, así que decidí tomar este único instante que es todo lo que tengo ahora y hacerlo perfecto, hacer que sea especial.
-Adoro como se ve el cielo esta noche -cortó nuestro silencio.
-Sabes que estuve reflexionando en este breve instante que estuviste callada -ella me miró y luego me dio un codazo- ¡hey! -Me quejé- estoy bromeando- este lugar es perfecto -obviamente me miró sorprendida yo no había parado de quejarme por unos 10 minutos- lo encuentro un bonito sitio para decirte algunas cosas que me he estado guardando -hablé ahora completamente seria, su expresión cambió también- me siento muy confundida respecto a "esto" -ella me miraba sin emitir sonidos y sin ninguna expresión solo moviendo sus dedos nerviosa- podría pasarme mi vida entera gritando por la calle que no me gusta etiquetar las cosas -expliqué- pero llevo meses tratando de justificar porque "esto" me pesa tanto -me acomodé para quedar frente a ella, dentro de las posibilidades del espacio- yo no quiero que los mejores meses de vida junto a ti se llamen "esto" -su mirada ahora cambió por una tierna- ni quiero que pienses que el resto nuestra relación -me detuve- si, relación, eso tenemos Camila -asentí para mi y para ella- se va a pasar en llamarnos "esto", tú eres muy perfecta para que no te ponga de una vez por todas una buena etiqueta.
Sus ojos ya me revelaban la emoción que le causaban mis palabras.
-Porque la verdad te amo, lo hago incluso cuando tienes calor y nos estamos congelando afuera y también creo que amo de una manera extraña cuando tardas una hora para salir de tu casa mientras te espero en el auto. Quizá lo que más amo es el brillo de tus esos ojos que me hipnotiza que aparece justo cuando me miras como si estuviera loca, como ahora -dije rozando con mis manos sus mejillas- Te amo cuando después de pasar el día contigo mi ropa huele a tu perfume y quiero que seas tú la última persona con la que hable antes de dormirme por las noches. Camila tú estás en una perfecta armonía con el mundo, siempre mirando, observando más allá de las cosas, del cielo, del mar, ves a lo lejos, ves cosas... Eso es fascinante y me encantas tanto que ya no sé que hacer eso. Y no te digo esto porque quizá pasemos nuestras últimas horas de vida en esta rueda dañada -expliqué mientras exageraba un poco- He elegido decirlo aquí, esta noche, porque cuando te das cuenta de que alguien es el amor de tu vida tienes que decirlo en voz alta- lo único que necesito saber es si tú tienes claro lo que quieres también? -cuestioné para finalizar.
No hubo una respuesta con palabras, sé que me esforcé por usarlas todas, no seria justo esperar que ella tuviese algo que decir, fue su cuerpo el que respondió a ese discurso torpe y algo improvisado que di de repente, mis manos sudaban con cada palabra que pronunciaba, no entiendo de donde vino tanto amor, no entiendo como ella me produce esas sensaciones con solo tenerla cerca, con solo una mirada, se vino sobre mi, sus manos se apoderaron de mi rostro, mi cuerpo no tardó en reaccionar ante ese llamado, la tenía tan cerca y sin embargo no era suficiente, me miró con más amor del que vi antes en cualquier mirada, estaba llena de ternura, repleta de emoción, "También te amo" susurró en una distancia casi nula de mis labios, en ese instante recordé los miles de "te amo" que dejé escapar en mi monólogo, pero me sentía feliz y liberada, sin ninguna intención de apresurarse me besó, besó cada centímetro de mis labios, ese calor proveniente de los suyos era perfecto, me tenía bajo su entero dominio y cuando decidió rozar su lengua no vacilé en permitirle la entrada, ya estaba derretida y ella lo sabía cada movimiento me generaba una sensación rara, como pequeños escalofríos por todo el cuerpo, algo suave pero perceptible, había una perfecta sincronización, un ritmo que jamás me atrevería a detener, sin embargo luego de dejar pequeños besos ella se separó, mi respiración se había descontrolado por completo, tomó mis manos y me miró mientras controlaba su respiración también.
-Yo sé lo que quiero, porque lo tengo en mis manos en este momento, tú -dijo mientras me abrazaba- eres sencillamente perfecta Lauren -agregó haciéndome suspirar en ese abrazo.
No sé exactamente cuanto tiempo pasó, pero juraría que fueron solo segundos, las luces se encendieron, lentamente se volvió a iluminar todo el lugar, ese habría sido el momento tal vez más perfecto de toda mi vida o por lo menos dentro de las dificultades el más romántico. Comenzamos a movernos era momento de bajar del cielo y tocar el suelo nuevamente.
Para resumir un poco lo que pasó con nosotras después de eso empezaría diciendo que tuvimos en muchas más ocasiones que superar malos tiempos, mi carácter mejoró tal vez un 80%, pero siempre tenía que regresar mi soberbia cuando algo no resultaba, como dice Camz: "todos tenemos malos días, pero no una mala vida". Pero sin duda la amo por quedarse a mi lado en esos tiempos difíciles en los que yo misma me hubiese dejado. Y ahora miro con algo de nostalgia el pasado, es que pienso en las veces que me perdí horas discutiendo por tonterías con ella, que le reclamé por tantas bobadas, pero crecimos, maduramos juntas, como siempre le digo para enojarla, "también tienes tu carácter de ogra, tus malos ratos". Pero ya han pasado algunos años, supongo que hemos tenido que vivir despacio nuestro amor, casi no me explico como vine a enamorarme cuando solo tenía 17 años, de una niña que ni siquiera parecía "combinar conmigo", me tomó tiempo hacerme la idea de una relación, ella lo sabe, fue su mayor reto, pero aprecio que nunca me presionó, mi problema nunca fue "ser fiel", total, nunca tuve ojos para nadie mas después de conocerla a ella, pero si tenía miedo del compromiso, de no hacerla feliz por mis inseguridades, pero trabajamos en eso, tanto que ahora me da risa pensar en las veces en las que no quería que alguien me viera con ella en mis años de escuela, ahora que siento que el oxigeno escasea si no la tengo cerca.
Hemos estado ocupadas planeando el futuro, ella acaba de ser aceptada en la escuela de medicina, a veces me dice que no sabe si tiene corazón y fuerza suficiente para eso, siempre sujeto su rostro y le digo que tiene que ir a salvar vidas, así como ella salvó la mía tantas veces, aunque yo nunca estuve "enferma", y yo por otro lado voy a la de leyes desde hace un año, dice ella que con mi carácter no habrá un caso que pueda perder en toda Miami, nuestros caminos son diferentes pero el punto de llegada es el mismo, además siempre luchamos contra el tiempo para estar juntas. Seguimos yendo a la playa cada cuanto, solo para ver caer la tarde y perdernos en el color del cielo, aunque con ella a mi lado ya no me concentro tanto en el atardecer, cuando damos paseos por esos enormes parques que ella, sin duda, sigue amando me tengo que detener a esperar que mire las flores o le de comer a algún animalito, porque bueno... Es Camila, mi dulce Camz.
Aún me detengo en el medio de la calle a atar sus trenzas, no deja de usar esos tontos zapatos que siempre lleva desatados, siempre torpe, pero tierna. Nos sentamos a leer algunas noches que pasamos juntas, le gusta pasar tiempo estudiando para sus exámenes a mi lado, terminamos largas paginas sin atropellar el silencio, nunca fui tan feliz de compartirlo con alguien y desde luego con ella nunca fue incomodo.
Ahora planeamos mudarnos juntas, vamos a la misma universidad y sin embargo es una tortura no tenerla tan cerca siempre que quiero, por eso me ha tenido viendo unos millones de apartamentos, buscamos algo pequeño, como dice ella, "un nidito de amor" a veces es tan cursi mi pequeña, pero al mismo tiempo que podamos hacer lucir perfecto, porque como le digo siempre "tiene que ser cómodo y acogedor" para ella solo importa que sea un "hogar" respetado, dice que pasaremos los primeros años de nuestra vida juntas en ese lugar y tenemos que cuidarlo, aún si no lo compramos, tendrá que ser nuestro lugar sagrado.
Con mi familia la vida he mejorado tanto que asusta, mis padres están totalmente enamorados de Camila, pero nunca tanto como yo. Tay está apunto de terminar la preparatoria, Chris se fue estudiar algo lejos de la ciudad, siempre estamos en contacto, la distancia, irónicamente, nos unió. Mi padre sigue diciendo que soy pequeña princesa, mi madre y yo trabajamos mucho en tener una mejor relación. Con los padres de Camila la cosas también son buenas, cuando tenemos tiempo pasamos un domingo con mi familia o la de ella y cuando tenemos suerte podemos reunirlos a todos en el mismo lugar, es lo más cercano a una familia feliz en un solo hogar. Sofía sigue creciendo, ahora entiende que no soy solo "la amiga" de su hermana, lo ha procesado con dificultades, pero creo que con el tiempo y con la madurez de los años lo entenderá a la perfección, algunas veces nuestros padres nos dicen que no seriamos nosotras mismas sin la otra, que por eso estamos destinadas a estar juntas, me obligan a pensar el futuro y cada vez que lo hago, mi compañera de vida sigue siendo la misma, mi Camz.
Viajamos estos últimos años, primero para visitar algunos lugares que siempre quise conocer fuera de la cuidad, pero el viaje mas importante que tuvimos sin duda fue el de ir a México y conocer al resto de su familia, hubo presiones y casi muero cuando Camila lanzó la bomba de nuestra relación a todos en ese lugar, pero en resumen solo me quedaría contar que luego de eso ahora puedo garantizar que tengo una hermosa familia Mexicana a quienes "cuando lo desee puedo ir a visitar" como ellos mismo me hicieron saber. Podría seguir repasando lo que hemos hecho con nuestras vidas, que en teoría ha sido mucho y muy fantástico, pero por ahora tendría que contar que nuestros amigos también hicieron lo suyo, cada uno por su lado pero sin perder el contacto, Ally no ha dejado de amar a Troy, y él aún sigue dando su vida por ella, van juntos a la Universidad y aunque están lejos de Miami cada cuanto los vemos, Drew sigue rompiendo corazones por todo el lugar, decidió quedarse y tomar sus clases sin abandonar la ciudad, siguió su vida y aún dice que está "enamorado" de Jennel, pero ella se mudó y hace mucho que no nos visita, por otro lado Wess si consiguió estar más estable, ahora pasa la mayor parte del tiempo con su novia, la cual de manera casi impactante lo tiene muy serio y encaminado, escuchamos planes de mudanza por parte de ellos también, la otra historia es de Mani y Arin, ellos no han pasado ni un minuto lejos desde que terminamos la escuela, creo que sus planes van un poco mas lejos, "boda" podría resumirlos, con keaton parece que el tiempo se detuvo, él aún sigue buscando "niñas" de preparatoria para "salir" con ellas, aún no madura, pero de él no sorprende, seguimos viéndolo en ocasiones especiales, aprendimos a convivir juntos, sin rencores ni manías, solo convivir, pero eso no bastó para decir que somos amigos, la verdad nunca pudimos. Sin duda la persona que más avanzó desde la escuela fue Vero, tiene aún una manía por hacerme caer en cuenta de las cosas que hago mal, aun nos reunimos, Camila la aprecia, se han hecho buenas amigas, ella no solo tiene una novia muy estable, es una mujer que la cuida y ha sido importante hasta en nuestras vidas, alguien muy noble, justo lo que merecía Vero.
No podría dejar de contar esta historia sin hablar de quien hasta el día de hoy ha sido mi mejor amiga, Cece decidió que no perdería más el tiempo, se entregó por completo a su amor por Alexa, aún se toma la molestia de conquistarla cada día, a veces tanto que me pone nerviosa que Camila sienta que yo no hago tanto por ella, pero son adorables y en extremo empalagosas, también son con quienes pasamos más tiempo juntas, solo porque Alexa viene a la misma Universidad que nosotras y Cece estudia en una que no está tan lejos, seguimos juntas en Miami, no creo que por ahora vayamos a otra parte.
Mis historia de amor no dejó de ser como otras, tuvo momentos raros, difíciles y perfectos, aún la estoy viviendo, pero ahora con mi mente clara de lo que quiero, conseguí algo que no estaba buscando, "la mujer de vida", pero en definitiva era todo lo que necesitaba y mucho mas de lo que habría soñado, Camila sigue siendo mi ventana a la felicidad, aún paso horas hablándole para que se duerma e incluso aún me siento a decirle otras tantas locuras luego de que ella lo hace, son manías que jamás pude superar, como perderme entre su risa o su mirada, ella sigue matándome con tan solo un beso, supongo que de eso va la magia de nuestra relación, como una vez me aconsejó Lex yo no he parado de mirarla, de abrazarla y besarla cada día como siempre mi corazón aún se detiene con sus "Te amo" y también se paraliza al escuchar un ¡Jauregui! Cuando está enojada, no ha perdido esa costumbre de llamarme de esa forma cuando se molesta y no ha perdido la manía de decirme "amor" cuando la felicidad la invade, así como yo no pierdo la mía de decirle "mi pequeña". En ocasiones siento temor de que todo lo bueno siempre termina, pero me tranquilaza pensar que esto no solo ha sido "bueno" que esto ha sido perfecto y no puedo acabar. Mi historia con Camila comenzó como muchas otras, pero ha tenido esos pequeños detalles que la hacen especial, por eso no creo que termine entre letras, por eso no creo que jamás pudiera tener un final.

STAY/QUÉDATE (CAMREN)Where stories live. Discover now