Capítulo 20

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20

Enumero lo que pienso, porque no encuentro otro modo de encausar mi mente:

1) Lucía está que se parte de lo bella, piensa en eso.
2) Y te gusta, sí... aunque te la esté poniendo difícil.

—¡Pablito lindo, aquí estás!—grita Lucía.

Suspiro.

3) Pablo, eres un imbécil.

Es increíble que esta chica pase todo el día persiguiéndome. Tiene un buen cuerpo y es buena en la cama pero,  Dios Santo, estresa como la puta madre.

Dejo de reponer unas colonias y finjo mi mejor sonrisa:

—¡Lucía, cuánto tiempo sin verte!

Ella frunce el ceño sin dejar de sonreír.

—No seas malo conmigo. Sé que nos vimos hace cinco minutos, pero necesitaba decirte algo.

Ha pasado ya un mes desde que estoy con Lucía, y desde ese mes que todo ha cambiado. Adela ha dejado de acercarse tanto, porque cada vez que lo intenta está Lucía pegándose a mi como un gato. Ella se mantiene cordial, pero supongo que desde que decidí no creerle con todo el tema de la estafa, se ha mostrado más alejada.

Pero no de Johnny, pienso con enojo.

—Suéltalo—le digo a Lucía.

Ella se emociona y se pega a mí, pasando sus brazos por mis hombros.

—Unos amigos vendrán a la ciudad en un par de semanas. ¡Quiero presentártelos!

Me giro completamente hacia ella, con las cejas alzadas. La verdad es que estoy un poco sorprendido. Es como si me dijera que quiere presentarme a su familia.

—¿En serio?

Ella rueda los ojos.

—¡En serio, tontito! Quieren conocerte. Saber si eres lo suficientemente confiable para entrar a nuestra banda.

—¿Banda? ¿Como de música?

Lucía se echa a reír.

—Dios mío, no. Es una banda de amigos. ¡Para pertenecer a nuestro grupo! Les he hablado de ti. Les dije que no tienen por qué desconfiar.

Adela pasa caminando unos pasillos más allá. Nuestras miradas se cruzan un milisegundo y me da la sensación de que está escuchando nuestra conversación. Se pone colorada y se esconde, así que vuelvo la cabeza a Lucía.

—¿Y por qué iban a desconfiar de mi?—pregunto con incomodidad.

A ella le brillan los ojos y me toma por el rostro.

—¡Tenemos grandes planes para nuestra banda! Así que necesitamos gente de confianza y tú, siendo mi pareja, tienes que participar de ella.

Trato de no torcer el gesto, y en cambio finjo mi mejor sonrisa.

—Genial.

—¡Lo sé!—exclama y casi la veo saltar de la emoción—. Me iré a Informaciones antes de que el señor Ilabaca me descubra fuera por quinta vez. Besos, cosita linda.

Me da un beso corto en los labios y se va. Al irse, trato de pensar en que es muy bella, muy, muy bella y obviar el hecho de que está demasiado loca.

Me paso la lengua por los labios. Esto me pinta mal. De todas formas. me doy vuelta para seguir reponiendo algunas colonias. Sin embargo, escucho que alguien grita mi nombre, así que vuelvo mi rostro en dirección al sonido.

Suspiro. Es Johnny.

—¿Qué quieres?—le escupo.

Él viene con una sonrisa radiante. Estoy harto de su sonrisa. Ni siquiera puedo ver a Johnny Bravo en Cartoon Networks. Hasta las ardillas me enojan, porque recuerdo las mejillas gigantes que posee Johnny.

Su sonrisa no se esfuma con mi tono agrio, sino que la pregunta lo anima.

—¡Pablo! ¿Has visto a Adela?

Trato de no estrangular demasiado la colonia que sostengo cuando lo pregunta.

—No—digo y dejo de observarlo.

—Genial. No andará por acá, ¿cierto?—dice y mira hacia todas partes.

—No creo. Ya puedes irte.

Johnny se echa a reír y se encoge de hombros.

—Ya me iré. Solo venía a avisarte que dentro de una semana será el cumpleaños de Adelita, así que estoy planeando un cumpleaños sorpresa para ella.

Adelita. Okay. Pablo, contrólate. Uno, dos, tres. Respira. Uno, dos, tres. Ahhh, como te odio, Johnny.

—¿Me vienes a invitar?

—No. La verdad es que quiero que no te acerques al cumpleaños.

Me giro de golpe y me quedo de una pieza. Él me mira y comienza a reírse otra vez.

—¡Por supuesto que vengo a invitarte! Adela me ha hablado de ti varias veces, así que supuse que eres un buen amigo de ella.

El estómago me da un vuelco. ¿Adela hablando de mi?

—¿Qué te ha dicho de mí?—pregunto y siento que sueno demasiado ansioso. Así que cambio la posición a una de desenfado, apoyándome en el estante—. Quiero decir, si se puede saber.

—En general, me ha dicho que eres un buen chico. Pero, ¡eso no es lo importante! ¿Participarás de la fiesta? Hablaré con Ilabaca para hacerla aquí mismo en el supermercado. ¿Te parece?

Aprieto los dientes y, luego los suelto. Él no tiene la culpa de que yo sea un idiota.

—Me parece genial—le digo un poco más animado. Solo un poco—. ¿Necesitas ayuda con algo? ¿Comida? ¿Refrescos?

Johnny niega con la cabeza.

—No te preocupes por eso. Yo me aseguraré de que Adelita tenga el mejor cumpleaños de su vida.

Adelita. Ahí va de nuevo.

—Genial. Ya vete.

Johnny hace un saludo marcial y se va corriendo hasta otro de los que trabajan en la tienda.

Si mi humor estaba malo, ahora es pésimo. Sabía del cumpleaños de Adela, pero no se me ocurrió hacerle una fiesta como sí se le ha ocurrido a Johnny... Debí haber sido más rápido. Suspiro. De todas formas, todavía tengo el dinero guardado para su regalo de cumpleaños.

Con una respiración profunda, echo una mirada hacia la oficina de Adela y me pregunto si deberé o no contarle sobre los amigos de Lucía.

_______

¡Hola, Wattpadian@s!

Adela tiene tres preguntas para ustedes:

1) ¿Qué es lo que más los hace felices en la vida?
2) ¿Qué cosas cambiarían del mundo?
3) ¿Cuál es su color favorito y por qué?

Infinitas gracias por leer.
❤️

-Youngbird93

Pablo y Adela [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now