Capítulo 26

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26

Es jueves, día en que debo reunirme con los amigos de Lucía, y siento que me muero del nerviosismo. He pedido el viernes libre ya y Lucía anda por todo el supermercado lanzando sonrisitas. Los nervios me carcomen, así que me mantengo rondando a Adela para preguntarle uno a uno, todos los detalles de nuestro plan.

Camino por quinta vez en la mañana hasta ella. Esta vez está con Johnny,  así que tengo que resistir el impulso de mandar toda la torre de atún que tengo a un lado al suelo.

Cuchichean riéndose, lo cual hace que mi estómago se revuelva. Ese pequeñín es un asco. Camino hasta ellos, fingiendo tranquilidad y cuando ya estoy a su lado, le lanzo miradas de pocos amigos a Johnny. Si esto fuera un videojuego, seguramente saldrían rayos por mis ojos en un intento de destruir al minion que tengo casi en frente.

—¿Pablo?—oigo que me pregunta Adela. Vuelvo la vista hacia ella y noto que está confundida de verme ahí— ¿Necesita hablar... otra vez?

Johnny suelta una risita y yo le miro como si le pudiera ahorcar con los ojos. Su sonrisa no se le va de la cara. Ah, con que así estamos. Una más, Johnny, y te declaro la guerra.

Resoplo con fuerza, y doy un paso hacia él, pero termino por apretar los puños en los costados.

—Sí—le respondo a Adela, luego de fulminar al minion con la mirada.

Cuando la miro otra vez, luce perpleja al vernos batallando en silencio, como si no entendiera nada. Creo que de verdad no sabe de qué va todo, y para ser sincero, yo tampoco entiendo por qué Johnny me causa tanto recelo.

—¿Podemos hablar a solas?—le pregunto a ella.

—¿Ahora? Es que... Discúlpeme, Pablo, pero Johnny me pidió ayuda con su caja primero. ¿Le molesta si es luego?

Abro los ojos como platos. ¿Lo prefiere a él por sobre ? ¿A él, cuando su amigo soy yo? Comienzo a negar con la cabeza, herido, pero como Adela me ruega con la mirada, termino por aceptar.

Suelto un segundo resoplido ofuscado.

—Está bien. Te buscaré en unos veinte minutos, ¿sí?

Ella asiente y su expresión vulnerable se transforma en una sonrisa cálida. Tengo que reconocerlo, cuando lo hace me desarma; así que le sonrío y, antes de irme, le echo un vistazo a Johnny, quien se jacta de mí con una sonrisa autosuficiente que dice:

Johnny 1 - 0 Pablo.

Resoplo por tercera vez.

Enano idiota.

***

Pasado un rato, Lucía se acerca a mí en la tienda, y me abraza desde atrás mientras estoy agachado reponiendo una vez más pasta de dientes en una de las despensas. Me da un sonoro beso en la mejilla y la siento tan feliz de verme, que por primera vez me pregunto si ella me querrá de verdad.

Pablopablopablopablopablo—dice varias veces en mi oído—, ¿estás emocionado? ¡Al fin serás como parte de la familia! Yo estoy muy feliz, guapo. Ahora no nos va a separar nada.

Abro los ojos aprovechando que ella no me puede ver. ¿Nada? Me aclaro la garganta con nerviosismo. ¿¡Nada!?

—Estoy... ¡que me ahorco de la felicidad!—contesto tratando de sonreír.

Ella suelta una risa genuina y se desliza a través de mi cuerpo, para quedar frente a mí. Sus ojos brillan extraños antes de darme un beso tierno en los labios. No es uno de esos pasionales a los que le tiene acostumbrado, es... Diferente.

—Esas frases tuyas tan extrañas, Pablo... —suelta sonriendo soñadora—. Ey, estás tan lindo hoy que te partes.

Sonrío con vergüenza pasándome la mano por el cabello, que ha crecido y se me desordena fácilmente.

—Tú siempre estás hermosa, Lucía—le digo en respuesta y luego bromeo—. Aunque podrías estar mejor, pero para qué luchar contra la naturaleza.

Ella me da un manotazo débil en el hombro y se ríe.

—Estúpido... —murmura, luego me mira extraño otra vez— Creo que eso es lo que me gusta de ti. Esas cosas raras que tienes.

—¿Es un cumplido?—le pregunto mientras hago que ambos nos pongamos de pie.

—Es un cumplido—susurra y luego, sacude la cabeza como si de esa forma pudiera ordenar sus pensamientos— ¡Bien! Apenas salgamos del trabajo iré a buscar a los chicos para ir a tu departamento. Estaremos ahí tipo ocho. Nosotros llevaremos cosas para comer, así que no te preocupes de eso, tú solo debes poner el lugar para la reunión.

Tomo la caja vacía de pastas dentales que he dejado en el suelo y asiento.

Ella deja caer los hombros antes de irse, y me dice:

—Gracias por decir que sí, Pablo— Finalmente, me lanza un beso con la mano y sale caminando lentamente hasta su puesto de trabajo.

Frunzo el ceño, sintiéndome extraño con la conversación. Sin embargo, mientras llevo la caja vacía a la bodega, me doy cuenta de que, por primera vez en toda la operación que estamos realizando con Adela, me siento culpable por Lucía.

____

¡Hola, chic@s!

Varias cosas:

•¡Me sorprende mucho toda la gente que se ha unido a esta familia de girasoles! Muchas gracias por leer y comentar, en serio. 🌻 Soy feliz con ustedes, sobre todo porque me inspiran a mejorar.
•El grupo de whatsapp está en veremos porque hay personas que no tienen. Creo que hacer un grupo de facebook también podría funcionar, así nadie queda afuera. Por cierto, no solo es de lectoras de Pablo y Adela, también puede ser de lectoras de EDDLS (me dio lata escribirlo, es que es largo). Podrían promocionar sus historias con toda la tranquilidad del mundo y preguntar lo que quieran. ❤️
•Postularé Pablo y Adela a los Wattys, así que antes de que terminen agosto la novela estará finalizada. :')
•¡Tengo un nuevo proyecto a la vista! Va a estar entretenido. Más adelante les iré contando de qué se trata.

Preguntas:

1) ¿Qué géneros les gusta leer más?
2) ¿Por qué habría que recomendar Pablo y Adela para que otras personas la lean? (Síp, mensaje subliminal detected) ¿Encuentran que tiene algún mensaje importante?
3) ¿Qué les hace sentir Lucía?

Abrazos,
-Youngbird93🌻🌻🌻

Pablo y Adela [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now