CAPÍTULO 31

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Finalmente, ha llegado la conclusión de Skyland. Debido al proceso de edición y revisión de Skyland como una obra completa, estos capítulos no serán editados individualmente, y en su lugar revisados y republicados en una nueva versión de Skyland (quizá con un cambio de nombre), cualquier comentario, duda, o error (quizá haya algunos) será tomado como una valiosa opinión para la obra final. ¡Gracias por todo su apoyo y paciencia, espero que lo disfruten!


Tres horas después, o lo que le pareció a Caleb una eternidad, le sobresaltaron unos golpecitos en la pared de Bernard.

"L-i-s-t-o-?"

"A-b-s-o-l-u-t-a-m-e-n-t-e"

"C-u-a-n-d-o-t-e-t-r-a-i-g-a-n-l-a-c-o-m-i-d-a(espacio)-t-r-a-b-a-l-a-p-u-e-r-t-a-c-o-n-c-u-c-h-a-r-a"

"Y-l-u-e-g-o-?"

"P-r-i-m-e-r-o-l-o-p-r-i-m-e-r-o"

El guardia llegó pocos minutos después, golpeó la puerta y abrió una pequeña compuerta en la parte baja, de 30 por 20 cm hasta ahora inadvertida. Una cálida luz le llegó desde el exterior.

-Comida. Vuelvo en cinco minutos, disfrútenla.—se rio con un sonido gutural. Y le pasó un plato metálico con un líquido repugnante, y una cuchara.

"T-r-a-b-a-l-a-p-u-e-r-t-a" le dijo Bernard y antes de que el guardia cerrara la compuertita, ya Caleb había colocado disimuladamente la cuchara de manera que no pudiera cerrar completamente.

"B-i-e-n, a-h-o-r-a-a-t-e-n-t-o"

Lafe aún pensaba en el interrogatorio de aquel hombre, aunque sabía que todo se realizaba con el fin de un bien mayor.

Fue a ver a Lord Danaguer, en su nueva condición como miembro de la Mano Negra, tenía acceso inmediato.

Lo encontró en su estudio personal, cerca de sus aposentos. Ningún guardia lo detuvo al ver sus vestimentas negras con algunos pequeños motivos dorados.

Bathorn inspeccionaba algunos documentos a la luz de una lámpara. Tenía el rostro severo, muy diferente a las otras ocasiones.

-¡Lafe, que sorpresa!—le dijo, más con un rastro de fastidio.

Decidió sentarse a cierta distancia del lord, la habitación estaba ricamente adornada, pero se sentía en medio de la penumbra, como un eterno atardecer.

-Señor, el hombre ya fue interrogado y llevado al calabozo.

-¿Reveló alguna información?

-Nada importante.

-Entonces ¿a qué vienes?—dijo, levantándose de su asiento y caminando hasta la silla de Lafe.

-No lo sé señor, simplemente...

-¿Dudas de nosotros?—terminó, colocándose las manos detrás de la espalda.--¿Crees que nuestra misión no es la correcta?

-Para serle sincero señor. No sé a ciencia cierta cuál es nuestra misión.

Danaguer caminaba por detrás de Lafe, imponiendo una sombra mucho más oscura que el resto de la habitación. Un escalofrío recorrió su espalda, al sentir la terrible autoridad de aquel hombre.

-¿Somos, malvados?—dijo Danaguer, inclinándose y susurrando a su oído.-No, capitán. Piensa de nuevo.

-¿Pero y los métodos?

-Los métodos aceleran el proceso por un bien mayor, Lafe. —luego le dio la espalda y miró al vacío. --Buscamos algo, muy antiguo. Ese algo nos permitirá acceder al conocimiento y poder de nuestros ancestros. Solamente imagina lo que podríamos hacer con esa autoridad. Imagina el fin de las peleas entre nosotros, hambre, decadencia. Todo se solucionaría bajo nuestro control. Cuando tengas dudas, capitán. Piensa en eso, piensa en nuestra misión.

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