Capítulo 6: Quiero venganza

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Hoy era el segundo día de instituto y ya pensé que me iba a morir. Hoy era peor que el primer día. El primer día al menos habían pocas clases y que me gustaran, pero hoy no, hoy hay clases aburridas y más horas de trabajo. ¿Quién no odia el instituto?

Cerré mi taquilla con brutalidad y me quedé mirándola fijamente, como si ella tuviera la culpa de todo esto.

-¡Esther! ¿Puedo preguntarte algo? -Un chico de ojos azules claro y pelo moreno se acercó a mí corriendo.

Me giré hacia él y me apoyé en la taquilla con los brazos cruzados mientras él se pasaba la mano por el pelo para peinarse.

-Noah, se supone que las 20 preguntas ya acabaron hace mucho tiempo. -Dije rodando los ojos.

-Sí, pero esta me la debes por haberme mentido.

¿Mierda? ¿Me había pillado? ¿Como era posible? Y... ¿Qué mentira de todas las que le había dicho?

Puse una cara de confusión como si no supiera nada de lo que me estaba diciendo pero no se lo tragó.

-Brittany y tú sois hermanastras. -Dijo enfadado y yo abrí la boca formando una "A" mostrando que lo entendía.

-¡Oh! ¡Sí! ¡Adiós! -Grité rápido mientras escapaba por su lado pero no hacía ni medio segundo que empezaba a correr cuando algo me detuvo, y lo peor es que fue una frase de Noah.

-¿En serio, Esther? Igualmente nos tendremos que ver para hacer el trabajo de Romeo y Julieta. No puedes escapar de mí.

Tenía razón, no podía escapar de él, pero sí que podía evitarle. Cambiar de tema cuando esté hablando. Si estamos haciendo el trabajo de Romeo y Julieta, solo se hablará de eso, de nada más.

-Está bien... Pero no te pienso pedir perdón, tú también me mentiste.

-A diferencia de ti, yo solo dije UNA mentira. Y tú... Vete a saber cuántas...

-Solo dije una. Lo del tatuaje es verdad y todo lo demás también. -Me defendí. Era increíble como pensaba ese chico de mí. Es verdad que mentí, y sé mentir bien... Vale, ya le veo el problema.

-Me extraña viniendo de una chica como tú. -Dijo señalándome con el dedo entre el cuello y el pecho y yo fruncí el ceño.

A ver, primero, no me toques, bicho sucio, y segundo, alejate de mi lado, asqueroso. Ojalá lo hubiera dicho, pero solo lo pensé. En lugar de eso me limité a cruzarme de brazos y apartar su dedo con cara de asco.

-Esto no se queda así. -Advirtió y se fue cabreado.

Por si no ha quedado claro, esa frase que Noah ha dicho significa que quiere venganza.

Me preocupaba un poco lo que Noah me podía hacer. Ahora que le conocía un poco, era completamente diferente a mí. Lo único que teníamos en común era el mal carácter y la rebeldía. Lo de vengarnos era lo nuestro, o más bien solo era mío, ahora ya es cosa de dos. ¿¡Qué digo!? ¡Noah y yo no tenemos nada entre nosotros! Lo único que tenemos es el odio. Y juro que si alguien de los dos empieza una pelea, la guerra no terminará nunca.

Se me pasaron las clases volando, no es que me gustasen, es que la mayoría me las había pasado durmiendo. Eso es lo bueno de sentarte atrás del todo, que nunca te prestan atención y puedes hacer lo que te apetezca.

Había llegado la hora de comer y fui directamente a la cafetería.

Supongo que como yo no tenía amigos, me sentaría en una mesa sola. A veces me sentía mal por no tener amigos, pero a veces me relajaba por que así me concentraba en mis cosas.

Pero nada de lo que tenía previsto sucedió.

Fui a pedir la comida y justo cuando me dirigía hacia una mesa sola, alguien gritó mi nombre y me hizo sobresaltar.

-¡Essie! -Gritó Brittany y fruncí la nariz. No me gustaba que nadie me llamara Essie más que mi hermana Sam. -¡Ven aquí! ¡Hay un sitio libre! -Fruncí la nariz otra vez pero en seguida disimulé y fui de camino hacia la mesa que estaban Britt y su grupo de amigos, es decir, los populares.

Cuando llegué a la mesa me senté en el sitio libre al lado de Brittany. Me extrañaba que no estuviera ocupado y empecé a detectar todos los alumnos que estaban sentados en esa mesa. Mis ojos se pararon en Noah, quién se sentaba en diagonal delante mío.

Le mandé una mirada sosa, sin nada, apagada. Eso es lo que quería que pareciera, y esconder toda mi furia dentro de mí. Al final forcé una sonrisa y él me la devolvió confundido. Alomejor había caído y pensaba que ya estábamos perdonados. Y así yo ya no recibiría una venganza. Puede ser, aunque Noah es muy listo.

Seguí observando a cada uno de los que estaban en la mesa. Todas las chicas eran rubias excepto Brittany. Habían dos chicos morenos y un chico rubio.

-Chicos, ésta es Esther. Esther, estos son Jess, -Señaló a la única chica rubia natural. -Hayden, -Señaló a una rubia teñida. -Megan, -Dijo por último a la otra rubia teñida. Acabó con las chicas y ahora iba a presentar a los chicos. -Noah, que ya lo conoces, -Dijo y yo rodé los ojos disimuladamente. -Y sus dos mejores amigos, Jacob, -Señaló al otro chico moreno. -Y Lewis. -Y ahora señaló al único rubio. Éste último me sonrió y me guiñó un ojo. Me sentí intimidada.

Durante la media hora siguiente estuvimos (o estuvieron) hablando sobre cosas que yo no entendía. Cotilleos y rumores, supongo. Todos hablaban menos Noah y yo. ¿Resultaba raro que Noah no hablara en todo el rato? ¿También resultaba raro que en vez de estar haciendo eso me estuviera acosando con la mirada y sonriendo burlón? Con esa mirada y esa sonrisa me había dejado claro que quería venganza. Odiaba a ese bicho. Pero después de la venganza de Noah, yo era la única que sabía lo que venía después. Más le vale que no lo haga...

Cuento Hasta Tres ©Where stories live. Discover now