Abrí los ojos lentamente haciendo contacto visual con él.
Colocó su mano al rededor de mi cintura acercando mi cuerpo más al suyo y la otra mano la apoyó en la pared del armario apretada en un puño para así dejarme acorralada.
Su respiración seguía agitada y cada vez se oía más. Me estremecí nerviosa en su brazo musculoso.
Nos miramos fijamente sobre unos segundos y luego Noah se mordió el labio inferior fijando la vista en mis labios. Y no lo pude evitar, mi mirada también fue a parar a los suyos.
Unos segundos antes de que Noah me fuera a besar, conté hasta tres y abrí la puerta para salir deshaciéndome del agarre de Noah. Los siete minutos ya habían pasado.
-¡Tiempo! -Dije mientras suspiraba de alivio al no haberme besado con Noah por segunda vez.
Me dirigí hacia Brittany y el grupo mientras me giraba un poco para ver a Noah en la misma posición de antes con el ceño fruncido fastidiado.
Me senté como un indio en el suelo al lado de Brittany mientras le susurraba algo.
-Necesito ir a casa. No me encuentro muy bien.
Necesitaba un descanso. Después de lo que había pasado con Noah hace unos segundos no quería estar allí mirando como otras personas se metían en el armario y hacían cosas que podían haber sucedido entre Noah y yo.
-Chicos, Esther y yo nos vamos. -Anunció Brittany y las dos nos levantamos. -Es demasiado tarde. -Dijo mirando la hora de su móvil y devolviéndolo al bolsillo del short.
Todos se despidieron de nosotras y nos fuimos a casa directas. Ahora lo único que quería era... No pensar. Exacto.
***
-Hola... -Susurró Brittany mientas entraba en mi habitación.
Levanté la cabeza de mi almohada y vi a Britt desmaquillada y con el pijama puesto.
-¿Puedo hablar contigo? -Preguntó mientras entraba a mi habitación y se sentaba en un lado de mi cama.
Asentí ya que estaba claro que aun que le dijera que no, me iba a hablar igualmente.
Brittany suspiró antes de hablar.
-¿Por qué odias tanto a Noah?
Cogí el oso panda que hoy habíamos conseguido Noah y yo en el parque de atracciones y lo abracé cerrando los ojos solo unos instantes recordando ese momento.
-Ya lo sabes. -Me limité a contestar rodando los ojos.
-No, quiero que lo digas tú. ¿Por qué le odias? -Preguntó por segunda vez y yo suspiré. Con Brittany no había manera.
-Por que... Por que es un idiota, imbécil, gilipollas, mundano sin cerebro... -Podía haberme estado así durante horas y horas, pero Brittany me interrumpió.
-Lo pillo.
Britt suspiró desesperada mirando hacia otro lado y luego volvió hacia mí.
-Oye... Nunca te he explicado lo que sucedió entre Noah y yo... -Comenzó a decir.
-No, no hace falta que expliques nada. -La interrumpí alzando las manos. -No quiero meterme en vuestros asuntos.
Volví a mi pose de antes tranquila y abracé a mi peluche de nuevo. Ni siquiera había elegido un nombre para él.
-Sí. No es ninguna molestia. -Insistió ella. -Te la explicaré. -Dijo sonriendo y yo rodé los ojos. Esto iba para largo.
Hizo unos cuantos suspiros pensando si lo que me iba a decir era correcto y al final me miró a los ojos dispuesta a hablar.
-Nosotros... Hicimos una apuesta. No nos soportábamos y apostamos no odiarnos durante una semana. Ser agradables y tal, nada de comentarios desagradables ni insultos. Los dos cumplimos la apuesta, pero se nos olvidó de que ya había acabado. No fue por la apuesta, nosotros nos empezamos a llevar bien por nuestra cuenta. Entonces nos hicimos... Algo así como amigos. -Fin de la historia. Era corta, pero razonable. Aun que yo no me olvidaría nunca si odio a alguna persona. -Oye, tienes que darle una oportunidad a Noah. Él es muy cansino y a veces es muy idiota, pero en realidad os podéis llevar bien. Todo el mundo se podría llevar bien con él. -Dijo finalmente convenciéndome para que no le odiara.
-Bonita historia. Pero no. -Respondí finalmente volviendo a abrazar a mi peluche y cerrando los ojos unos segundos mientras respiraba hondo.
-Esther, ¿cómo crees que te sentiste en el parque de atracciones? O ¿cuando te salvó y te llevó a casa corriendo desde el centro comercial preocupado? O ¿cuando hace unas horas estabas con él encerrada en un armario? -Preguntó cansada sin que se le ocurrieran más ideas. -Por algo lo hice.
-¿Qué? ¿El qué hiciste? -Pregunté confundida. Esta conversación se estaba volviendo muy confusa.
-Eh... Mira, te lo voy a decir. No sirve de nada ocultarlo... -Me dijo sin más y yo me quedé paralizada.
¿Qué diablos me tenía que decir? ¿Qué me había estado ocultando? ¿Y qué es lo que ella había hecho?
-Lo del parque de atracciones fue falso. -Dijo pero aún no me había quedado claro. En cuanto Britt vio mi cara se explicó mejor. -Yo distraje al resto del grupo... Para dejaros a ti y a Noah solos... -Confesó eso último y yo ya tuve suficiente.
-¿Qué? -Grité alterada.
Ahora los odiaba a los dos. Por haberme engañado. Brittany sabía que yo odiaba a Noah desde que lo vi por primera vez y ella va e intenta juntarme más con él. ¿Pero es que no le ha quedado claro el mensaje o le tengo que tirar un bote de pintura en la cabeza a Noah?
-¿Por qué hiciste eso? ¡Sabes que le odio! -Grité encogiéndome en mi cama con el ceño fruncido y furiosa apretando con fuerza el muñeco.
-¡Yo solo quería ayudar a Noah! -Gritó de vuelta intentándome calmar, pero no había manera, yo nunca me iba a calmar hasta que me pidiera perdón y me explicara la razón por la que lo había hecho. Ella era mi hermanastra y aún no me creía que me hubiera hecho esto.
-¿Todas las desgracias que me han pasado han sido por ti? ¿Tú lo has hecho? Vete. -Dije rápidamente sin rodeos.
Brittany se levantó de mi cama disgustada con la cabeza gacha y se dirigió a la puerta obedeciendo. La abrió y la atravesó, y cuando estaba a punto de cerrarla, me dijo unas últimas palabras.
-Está bien, Esther. Pero piénsalo, ¿seguro que han sido desgracias?
STAI LEGGENDO
Cuento Hasta Tres ©
Teen FictionEsther Howard, una joven de 15 años, devastada por la muerte de su abuela, ya no valora nada. Ni siquiera valora las cosas que había estado teniendo delante de ella todo el tiempo. Su vida dará un giro inesperado en cuanto se entere de un secreto q...