Capítulo 23: Perdidos

3.3K 274 0
                                    

*ESTHER'S POV*

ESTO NO HACÍA NADA DE GRACIA.

Si era una broma que me habían hecho Brittany y Kayla, vale, pero no podía estar pasándome esto.

Noah y yo nos habíamos perdido en el parque de atracciones.

Los dos.

¡Solos!

Esto iba a ser un infierno. Al menos no estábamos encerrados en una habitación como la otra vez...

-Mierda, mierda, mierda. -Dije mientras Noah intentaba localizarlos pero no había mi rastro.

Nos habían dejado y se habían olvidado completamente de nosotros. ¿Mi hermanastra también? ¿Y Kayla? Esto era increíble.

-Bueno, ya que estamos aquí, solos... -Murmuró Noah y lo miré fijamente con la boca entre abierta. -Podemos divertirnos un poco. -Sugirió y yo negué con la cabeza.

-No podemos. Si en director se entera de que nos hemos separado de nuestro grupo, nos matará, ya llevamos dos avisos. -Le recordé y él se encogió de hombros acercándose a mí.

-Pero no se va a enterar. -Susurró en mi oreja sonriendo.

-¡Esto es serio! ¿Y cómo sabes que no se dará cuenta? -Dije apartándome de él y mirándole a sus ojos azules.

-Brittany es mi única amiga. La conozco. -Respondió poniéndose recto mirando hacia otro lado.

Me mordí el labio inferior nerviosa. Esa era una manía que Sam y yo teníamos cuando algo salía mal, estábamos a punto de meternos en algún lío o simplemente cuando estamos muy nerviosas.

-No perdamos el tiempo. -Dijo Noah de repente y se dirigió a un puesto de algodón de azúcar.

Se paró en frente del puesto y me miró señalando el algodón de azúcar. No iba a caer en la tentación. Me encantaba el algodón de azúcar y era uno de mis puntos débiles, pero hoy estaba demasiado preocupada como para...

-¡Yo quiero! -Dije sin pensar babeando por el algodón de azúcar mientras corría hacia Noah. ¿Pero qué estaba haciendo? Estúpida Esther, retrocede, retrocede, retrocede.

Noah rió ante mi actitud y se dirigió hacia el chico del puesto abriendo su monedero.

-Un algodón de azúcar, por favor. -Pidió y nuestras miradas se cruzaron de nuevo.

-¿Tu no vas a comer? -Pregunté sospechosamente. ¿Por qué había pedido solo uno si él era el que se había acercado al puesto?

-¿Estás loca? Claro que voy a comer. Compartiremos uno. ¿Estarías dispuesta a comerte uno tú solita? -Exclamó sorprendido y yo reí.

¿Iba a compartir un algodón de azúcar con Noah? O más bien, ¿iba a compartir algo con él? Esto es muy extraño, de repente me insulta, y luego paga un algodón de azúcar para los dos.

Rodé los ojos en mi mente. Bipolar.

-¡Gracias! -Grité entusiasmada como una niña pequeña mientras miraba el algodón de azúcar sostenido en la mano de Noah como si fuera un unicornio.

-Anda, si quieres dejarme algo, ya lo harás. -Dijo riendo mientras miraba mi cara de vicio y me entregó el algodón de azúcar.

Al final, acabamos comiéndonos el algodón de azúcar entre los dos. No es que estuviera llena, por que el algodón es aire, sino que yo ya había tenido suficiente azúcar por una semana entera.

Noah acabó el algodón de azúcar y tiró el palo a la basura.

-¿Qué te parecen estos peluches? Son adorables. -Dijo Noah dirigiéndose a otro puesto en el que habían un montón de peluches rodeándola.

-¡Me encantan! Me gusta el oso panda de arriba. -Murmuré. Quería conseguirlo pero no sé de qué se trataba ese juego para conseguir el peluche.

Se me había olvidado todo por completo. El grupo, Brittany, Kayla... Ahora solo pensaba en Noah y en conseguir ese osito tan mono.

Bueno, quizás en el fondo, Noah no sea tan idiota e insoportable.

-Vamos a conseguirlo. -Noah me leyó el pensamiento y fue a hablar con la chica del puesto para saber de qué se trataba ese juego.

En cuanto la chica sacó un M16 de debajo de la mesa me alarmé en seguida. Pero antes de que empezara a gritar como una loca la chica bajó el arma y me hizo una señal con la mano para que me tranquilizara.

-Tranquila, no está cargada. -Dijo un poco riendo y Noah también se rió de mí por mi actitud tan estúpida.

-Es de mentira. Bueno, la pistola no, sólo las balas. -Murmuró Noah hacia mí y yo asentí observando el arma. ¿Era de verdad con balas de mentira?

-Mirad. Tendréis cinco balas cada uno. Tenéis que derrumbar estas botellas de cristal apuntando bien con la pistola. No os asustéis cuando disparéis, el golpe es fuerte, así que mantened el arma bien agarrado. -Dijo la mujer sujetando el M16 con las dos manos.

-No creo que dispare muy fuerte, si son balas de mentira. Además el M16 es un arma simple, nada complicada. -Intervino Noah expresándose con las manos y me volví hacia él para mirarle.

-¿Como sabes tanto de pistolas? -Pregunté curiosa y él solamente sonrió y se rascó la nuca volviendo a mirar a la chica.

-Tienes razón, pero por si acaso. -Dijo finalmente ella y nos entregó el arma con las balas de mentira ya cargadas.

Nos dirigimos a un puesto libre que estaba en la punta y delante habían seis botellas de cristal. Madre mía, yo las iba a fallar todas. No creo que podamos conseguir el oso panda.

-Yo... No sé hacer esto. -Murmuré avergonzada mordiéndome el labio inferior y Noah sonrió.

-Te puedo enseñar. -Dijo tranquilamente mientras colocaba la cuerda del M16 al rededor de mi cuello.

-Está bien. -Cedí por el muñeco. Yo quería ganarlo, y la única forma era que Noah me enseñara, que por cierto, no sabía de dónde había aprendido.

Noah se colocó detrás de mí mirando hacia las botellas. Yo hice lo mismo, y así él quedó rodeándome y yo con la pistola en las manos apuntando.

Levantó una mano y me cogió la mía para llevarla al gatillo. Luego cogió la otra y la dirigió al cañón del M16.

Eso parecía como si nos estuviéramos abrazando. Nunca pensé que diría esto... Pero no me siento incómoda. Que haga lo que él quiera, entre nosotros solo hay odio. No sé ni por qué pienso que podría haber algo más. Nop, imposible.

-Vale... Esta es la posición de las manos. Luego tienes que mirar por este tubo de aquí arriba. -Señaló un tubo muy pequeño encima de la pistola y yo asentí asomando un ojo. -Y apuntar a tu objetivo. -Dijo finalmente. Presionó sobre mis manos y la bala salió disparada hacia una botella y la derrumbó.

-¡Bien! -Grité de alegría.

Mi turno no fue muy bien, pero Noah hizo remontada y le dio a las cuatro botellas que quedaban. No falló ninguna, hasta le sobró una bala.

-¡Sí! -Grité emocionada y en cuanto Noah se dio la vuelta, no sé qué hice que me eché encima de él para abrazarle.

Noah se quedó inquieto, como si no se lo esperase, normal, yo tampoco me lo esperaba para nada. Qué horror, acababa de abrazar a Noah Scott.

Al momento me arrepentí de lo que había hecho.

-Perdón... Han sido los nervios. -Me disculpé rápidamente y me dirigí hacia la mujer para que me diera el peluche.

Mientras me lo daba miré por el rabillo del ojo y pude ver a Noah sorprendido y la cara como un tomate.

Lo ignoré y cogí el peluche alegremente.

-Gracias. -Le dije a Noah ya que sin él no lo habría conseguido.

Él me devolvió la sonrisa, pero de una forma muy tímida e intentó disimular que no pasaba nada.

Al fin y al cabo, no había estado tan mal perderse, ahora odio un poco menos a Noah.

Cuento Hasta Tres ©Where stories live. Discover now