Capítulo 39: Déjame hablar

2.9K 248 1
                                    

No he dormido en toda la noche. Ni siquiera voy a ir al instituto. Prefiero quedarme encerrada en mi habitación lamentando el asco de vida que tengo.

Llevo puesto unos shorts de pijama y una camiseta de manga corta enseñando un hombro. Ni me apetece levantarme de la cama.

Ese es mi plan de hoy. Y puede que de mañana también. Y todas las semanas que quedan en mi vida.

Odio a mi padre. Odio a Noah. Odio a mi hermanastra. Odio al mundo.

-¿No vas a ir al instituto? -Dijo Sam a mi lado.

Samantha se había quedado toda la noche en mi cama a dormir conmigo. La necesitaba y sobre todo en estos momentos.

-Tengo que ver a Madison... -Murmuré ignorando su pregunta.

Me incorporé en mi cama y escuché a Sam suspirar profundamente con un sollozo triste antes de hablar.

-No sabemos dónde es. Tenemos que esperar...

Tenía razón. Y aunque me fastidiara un montón, Sam tenía razón. Teníamos que esperar, hablar con nuestra madre y luego visitar a Madison.

De repente, alguien abrió la puerta de mi habitación sin avisar y pude ver la cara de pena de Verónica. Oh, lo que me faltaba. Lo que más quería en estos momentos era ver su horrible cara. Vale, puede que me haya pasado, ella es guapa, pero ahora estoy por insultar a todo el mundo.

-Esther... Tienes visita.

Una vez dijo eso, dejó abrir más la puerta de la habitación y pude ver unos ojos azules y un cabello castaño claro.

-Vete. -Ordené inmediatamente en cuanto reconocí a la persona.

-Esther, por fav... -Suplicó al tiempo que mi madrastra y Sam me dejaban a solas con Noah. Genial, qué buenas personas.

-Te he dicho que te vayas. -Repetí interrumpiéndole pero él no me hizo caso.

Entró en mi habitación y cerró la puerta detrás suyo dejándome encerrada con él. Noah se acercó a mí pero yo me levanté de la cama y me alejé más.

-¿No me oíste o eres sordo? -Dije sarcástica de mala manera alejándome más cada vez que él daba un paso hacia mí.

Noah dio un paso más, y yo hice lo mismo alejándome, pero me choqué contra la pared. Ya, bueno, al final la habitación tenía sus límites.

Me giré para mirar la fría pared detrás de mí, y luego volví a dirigir mis ojos a Noah.

-¿Qué es lo que quieres? Ya me has hecho daño. Felicidades. Ahora vete, ya terminaste con tu mierda de apuesta. -Medio grité hacia su dirección apoyando las manos en la pared y todo mi cuerpo en él.

-Esther, no es ninguna apuesta. Britt y yo no estamos juntos. Lo has malinterpretado.

Me enganché todo lo que pude a la pared en cuanto Noah volvió a dar un paso más.

No es verdad. ¿Por qué tendría que creerle? Ya me mintió varias veces.

-Di lo que quieras pero déjame en paz. No voy a creerme las palabras que salgan de tu sucia boca de mentiroso. -Esta vez sí que grité, y a la vez me despegué de la pared para hacerlo.

Pero en vez de gritarme de vuelta, Noah no hizo nada. Se quedó mirándome fijamente y yo a él.

De un momento a otro, Noah acortó la distancia que quedaba entre nosotros para empujarme de nuevo contra la pared y sujetar mis manos contra ella. Parece que la pared y yo éramos grandes amigas.

-Pues esta boca sucia te ha besado... Y lo volverá a hacer. -Susurró bajo mirando mis labios muy cerca mío.

Lo miré de vuelta a sus labios.

Genial, así sería imposible olvidarle.

Por un momento pensé que me iba a besar, tal y como él había dicho, pero no lo hizo. En vez de eso, se apartó de mí apretando los ojos y cerrando sus puños con fuerza.

-Lo siento. -Susurró con voz ronca.

Dos palabras. Tan solo dos palabras con esa voz ronca triste y me partía el corazón. Lo sentía de verdad, yo lo podía notar. Pero no era posible, podría estar actuando.

-No. No lo sientes.

-¡Esther, cállate! ¡Déjame hablar! -Noah gritó interrumpiéndome y esta vez alzando la vista a mis ojos.

Nuestra distancia eran escasos centímetros y eso no me gustaba nada. Una parte de mí quería que se separara pero otra parte pequeña, quería que se quedara así. Dios, sí que estoy confundida.

-Esther... -Susurró cerrando los ojos por unos segundos mientras se mordía el labio inferior y luego me volvió a mirar a los ojos y continuó. - Te elegí a ti... Porque eres la persona que me hace feliz, eres la persona que tengo en mente siempre. Por la cuál me arriesgué a decirle todo lo que sentía y no me importó nada de nada. Eres tú la persona que me deja pensando cosas durante todo el día, siempre me pregunto qué estás haciendo, en dónde estarás... Eres tú la persona por la que me muero de celos si te miran o te dicen cosas. La persona por la que seguiría a pesar de todo eres tú. No me importa nada, no te cambiaría por nada ni por nadie.

Me quedé mirando a Noah atontada incapaz de moverme o de decir algo en aquellos momentos.

Vaya... Eso había sido... Directo. Por la forma en la que lo decía... Parecía verdad. Pero no podía ser posible, Brittany y él... No entiendo nada. Ahora estoy totalmente confundida. Si yo no le importara a Noah, no habría dicho esas palabras, ni siquiera se habría molestado en venir a verme.

Puede que pasaran horas, minutos o incluso segundos cuando me quedé mirando fijamente a Noah. Su respiración era agitada a causa de los nervios y sus labios estaba entreabiertos mientras que sus ojos se dirigían a mi boca. Quería que le besara. Estaba esperando para que yo le besara. Él no lo iba a hacer.

De un rápido movimiento, pasé mis brazos por encima del cuello de Noah y lo rodeé acortando la distancia entre nosotros buscando sus labios. Noah me devolvió el beso sonriendo contra mis labios.

Lo único que podía pensar en esos momentos era en todo lo que habíamos pasado juntos. Todas mis venganzas, desde el día que le conocí hasta el día que me dijo que estaba enamorado de mí.

Noah me volvió a empujar más contra la pared no dejando pasar aire entre nosotros. Me faltaba el oxígeno y no sabría si podría continuar.

Y de nuevo, volví a pensar en cuando nos conocimos. Sus ojos no dejaban de mirarme por los pasillos con una sonrisa burlona en el rostro y también cuando me besó por primera vez.

Mierda. Jodida mierda. Noah decía la verdad.

Cuento Hasta Tres ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora