Lewis y yo habíamos pasado todo el día juntos, en vez de solo un rato por la mañana. Nos aburríamos y era lo único que podíamos hacer. Al final Lewis me lo tendría que agradecer por haberle sacado de casa. Se pasaba los días encerrado en su habitación durmiendo o haciendo el bago.
-Eh, tío, ¿Qué está pasando allí? -Dijo Lewis confundido señalando una esquina donde había un montón de gente al rededor.
Me abrí paso entre la gente un poco preocupado con Lewis detrás mío y por fin alcancé el medio y pude ver quién era esa persona.
-Joder... -Murmuró Lewis mientras yo solo podía pensar en como cada parte de mi cuerpo se derrumbaba al ver a Esther en el suelo inconsciente.
Me arrodillé de prisa y rodeé su cuerpo con mis manos para levantarla. Escuchaba quejidos de gente preguntando dónde me la llevaba, que si la conocía, o que si yo era un violador, pero no me importó.
Fijé mi vista en la casa de Esther, que no estaba muy lejos de aquí, y de un momento a otro, empujé a un montón de gente para que se apartara de mi camino y empecé a correr con Esther en mis brazos dejando a Lewis y a toda esa gente atrás.
Llegué a su casa y piqué al timbre rápido. No me importaba quién habría detrás de esa puerta, yo solo quería salvar a Esther.
La madre de Brittany antes había sido médico, y aun que nos tuviésemos rencor, tenía que hacerlo por el bien de Esther.
-¿Noah? -Dijo Vero confundida y en cuanto vio a Esther, se asustó mucho y me señaló una habitación escaleras arriba que era la primera que se veía.
Subí rápidamente las escaleras sin saludarla y estiré a Esther en la cama.
-Haga algo. -Le pedí rogándole y ella trajo un aparato muy raro para luego mirar las palpitaciones de su pecho.
-Es un desmayo. -Anunció tranquilamente y yo también me relajé al oír eso. -¿Como pasó?
Mi cara se quedó en blanco. No había pensado en eso. ¿Qué le iba a decir? ¿Que me la encontré por la calle y la llevé a casa corriendo como un loco? No me creería.
-La vi... Tirada en el suelo del centro comercial. -Dije a penas audible nervioso rascándome la nuca mientras miraba a Esther como descansaba en la cama.
Vero me dejó de mirar para sentarse en la cama al lado de Esther mientras la acariciaba la frente.
-No la hagas daño. Por favor. -Rogó Vero susurrando triste y luego me miró fijamente. -Ya le hiciste daño a Brittany, por favor, no hagas lo mismo con Esther.
Suspiré tirándome el pelo hacia atrás decidido a explicar la verdad.
-¿Sabe? Desde la primera vez que la vi, pensé que la odiaba, que sería mi enemiga, que nunca nos llevaríamos bien. Pero me equivoqué. -Confesé. -No me di cuenta que yo no solo sentía odio por Esther. También amor. La odiaba al mismo tiempo que la quería. Y no me había dado cuenta hasta esta mañana. Y me arrepiento de haberme enterado tan tarde, soy tan ciego a veces... -Dije escondiendo la cabeza con mis manos y por el rabillo del ojo pude ver a Vero sonriendo sinceramente. -Da igual, ella me odia... -Susurré riendo mientras me rascaba la nuca.
-No puedo creerte, pero sí que voy a intentarlo. -Dijo levantándose dando un beso en la frente a Esther y se dirigió a la puerta. -Hazme un favor. Cuida de ella. -Susurró finalmente y cerró la puerta lentamente, como si no quisiera dejarme a solas con Esther. Normal, ella ya no confiaba en mí.
Me acerqué a Esther y le acaricié la mejilla apartándole algunos mechones de la cara. La levanté un segundo para meterme en la cama con ella y rodearla con mis brazos.
No iba a hacer nada, lo juro, solo quería dormir con ella, ni que fuera por una vez en la vida.
*ESTHER'S POV*
Dos horas antes...
Sam se iba a ir de gira, así que yo tenía que encargarme de ayudarla. Tenía que preparar todas las cosas y apuntar lo que era necesario para el viaje. Empezando por una maleta, ya que ella no tenía ninguna, o las que tenía estaban viejas.
Tendría que ir al centro comercial sin Kayla y sin Brittany, por que estaban ocupadas. Mejor, prefería hacer las cosas por mi cuenta.
Fui a demasiadas tiendas a ver cosas para Sam pero exageré. Hasta tuve que sentarme en un banco como las abuelas para descansar un poco.
Poco tiempo después me levanté y seguí buscando, pero antes revisé mi móvil.
Sam: Si quieres podemos ir otro día juntas, creo que te vas a cansar de buscar tantas cosas.
Yo: No, gracias, estoy muy bien, Sam.
Habían tantas tiendas que no sabía ni en cuál entrar.
Después de unas horas, me encontraba agotada, empecé a ver todo borroso y el mundo empezó a dar vueltas.
Me apoyé en una barandilla cerrando los ojos intentando recuperarme y una abuela mayor pasó por mi lado para preguntarme si estaba bien, y asentí aún un poco mareada.
Minutos después, no se me pasaba y al final me caí suelo de golpe y me di con la barandilla en la cabeza y acabé en el suelo desmayada.
No recuerdo varias cosas, solo a Noah llevándome a mi casa en sus brazos y a mi madrastra acariciándome la frente mientras yo estaba estirada en algún sitio familiar.
También noté como Noah me rodeaba con sus brazos mientras estábamos los dos estirados, y eso es lo último que recordaba.
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Cuento Hasta Tres ©
Teen FictionEsther Howard, una joven de 15 años, devastada por la muerte de su abuela, ya no valora nada. Ni siquiera valora las cosas que había estado teniendo delante de ella todo el tiempo. Su vida dará un giro inesperado en cuanto se entere de un secreto q...