Capítulo 17: Ella me odia

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Lewis y yo habíamos pasado todo el día juntos, en vez de solo un rato por la mañana. Nos aburríamos y era lo único que podíamos hacer. Al final Lewis me lo tendría que agradecer por haberle sacado de casa. Se pasaba los días encerrado en su habitación durmiendo o haciendo el bago.

-Eh, tío, ¿Qué está pasando allí? -Dijo Lewis confundido señalando una esquina donde había un montón de gente al rededor.

Me abrí paso entre la gente un poco preocupado con Lewis detrás mío y por fin alcancé el medio y pude ver quién era esa persona.

-Joder... -Murmuró Lewis mientras yo solo podía pensar en como cada parte de mi cuerpo se derrumbaba al ver a Esther en el suelo inconsciente.

Me arrodillé de prisa y rodeé su cuerpo con mis manos para levantarla. Escuchaba quejidos de gente preguntando dónde me la llevaba, que si la conocía, o que si yo era un violador, pero no me importó.

Fijé mi vista en la casa de Esther, que no estaba muy lejos de aquí, y de un momento a otro, empujé a un montón de gente para que se apartara de mi camino y empecé a correr con Esther en mis brazos dejando a Lewis y a toda esa gente atrás.

Llegué a su casa y piqué al timbre rápido. No me importaba quién habría detrás de esa puerta, yo solo quería salvar a Esther.

La madre de Brittany antes había sido médico, y aun que nos tuviésemos rencor, tenía que hacerlo por el bien de Esther.

-¿Noah? -Dijo Vero confundida y en cuanto vio a Esther, se asustó mucho y me señaló una habitación escaleras arriba que era la primera que se veía.

Subí rápidamente las escaleras sin saludarla y estiré a Esther en la cama.

-Haga algo. -Le pedí rogándole y ella trajo un aparato muy raro para luego mirar las palpitaciones de su pecho.

-Es un desmayo. -Anunció tranquilamente y yo también me relajé al oír eso. -¿Como pasó?

Mi cara se quedó en blanco. No había pensado en eso. ¿Qué le iba a decir? ¿Que me la encontré por la calle y la llevé a casa corriendo como un loco? No me creería.

-La vi... Tirada en el suelo del centro comercial. -Dije a penas audible nervioso rascándome la nuca mientras miraba a Esther como descansaba en la cama.

Vero me dejó de mirar para sentarse en la cama al lado de Esther mientras la acariciaba la frente.

-No la hagas daño. Por favor. -Rogó Vero susurrando triste y luego me miró fijamente. -Ya le hiciste daño a Brittany, por favor, no hagas lo mismo con Esther.

Suspiré tirándome el pelo hacia atrás decidido a explicar la verdad.

-¿Sabe? Desde la primera vez que la vi, pensé que la odiaba, que sería mi enemiga, que nunca nos llevaríamos bien. Pero me equivoqué. -Confesé. -No me di cuenta que yo no solo sentía odio por Esther. También amor. La odiaba al mismo tiempo que la quería. Y no me había dado cuenta hasta esta mañana. Y me arrepiento de haberme enterado tan tarde, soy tan ciego a veces... -Dije escondiendo la cabeza con mis manos y por el rabillo del ojo pude ver a Vero sonriendo sinceramente. -Da igual, ella me odia... -Susurré riendo mientras me rascaba la nuca.

-No puedo creerte, pero sí que voy a intentarlo. -Dijo levantándose dando un beso en la frente a Esther y se dirigió a la puerta. -Hazme un favor. Cuida de ella. -Susurró finalmente y cerró la puerta lentamente, como si no quisiera dejarme a solas con Esther. Normal, ella ya no confiaba en mí.

Me acerqué a Esther y le acaricié la mejilla apartándole algunos mechones de la cara. La levanté un segundo para meterme en la cama con ella y rodearla con mis brazos.

No iba a hacer nada, lo juro, solo quería dormir con ella, ni que fuera por una vez en la vida.

*ESTHER'S POV*

Dos horas antes...

Sam se iba a ir de gira, así que yo tenía que encargarme de ayudarla. Tenía que preparar todas las cosas y apuntar lo que era necesario para el viaje. Empezando por una maleta, ya que ella no tenía ninguna, o las que tenía estaban viejas.

Tendría que ir al centro comercial sin Kayla y sin Brittany, por que estaban ocupadas. Mejor, prefería hacer las cosas por mi cuenta.

Fui a demasiadas tiendas a ver cosas para Sam pero exageré. Hasta tuve que sentarme en un banco como las abuelas para descansar un poco.

Poco tiempo después me levanté y seguí buscando, pero antes revisé mi móvil.

Sam: Si quieres podemos ir otro día juntas, creo que te vas a cansar de buscar tantas cosas.

Yo: No, gracias, estoy muy bien, Sam.

Habían tantas tiendas que no sabía ni en cuál entrar.

Después de unas horas, me encontraba agotada, empecé a ver todo borroso y el mundo empezó a dar vueltas.

Me apoyé en una barandilla cerrando los ojos intentando recuperarme y una abuela mayor pasó por mi lado para preguntarme si estaba bien, y asentí aún un poco mareada.

Minutos después, no se me pasaba y al final me caí suelo de golpe y me di con la barandilla en la cabeza y acabé en el suelo desmayada.

No recuerdo varias cosas, solo a Noah llevándome a mi casa en sus brazos y a mi madrastra acariciándome la frente mientras yo estaba estirada en algún sitio familiar.

También noté como Noah me rodeaba con sus brazos mientras estábamos los dos estirados, y eso es lo último que recordaba.

Cuento Hasta Tres ©Where stories live. Discover now