Capítulo 9: Creo que me muero

4.7K 305 2
                                    

Hoy era la primera clase de natación y también iba con Brittany y con Noah.

Todos los chicos estaban en el otro lado hablando con el monitor, y nosotras en otro lado, hablando con nuestra monitora.

Miré al grupo de chicos y vi que Noah me estaba mirando. Me guiñó el ojo sonriendo burlón y yo le fulminé con la mirada.

-Te debe de gustar mucho. -Esa voz vino de atrás. Y fuera quien fuera NO tenía razón.

-¡Britt! -Susurré enfadada fulminándole con la mirada. -Todo fue por tu culpa. Le odio y él me odia. -Susurré de nuevo para dejárselo claro.

-Qué va, está claro que te pone. -Dijo riendo y yo me cansé.

-¡Como me va a gustar un chico tan imbécil como él! -Al momento quise retirar lo que había dicho, pero entonces la monitora me miró fatal.

-Señorita Howard, te quedas castigada dos horas después a limpiar la piscina.

Genial, lo que me faltaba. A limpiar la maldita piscina. Y todo por el chico más gilipollas que he conocido en mi vida.

Se me pasó la hora volando, estuvimos haciendo waterpolo y no se me daba nada mal, pero eso no hizo cambiar de idea sobre mi castigo a la monitora.

-Te veo luego. -Dijo Brittany y me abrazó para luego dirigirse hacia sus amigas al vestuario.

Me puse la camiseta de socorrista para no tener el bañador todo el rato, me quité el gorro y las gafas, y sacudí mi pelo para secarlo un poco.

Suspiré mirando la sala, estaba asquerosa y no había nadie excepto Noah, que aún seguía en el agua. Justo lo que me faltaba.

Me dirigí hacia él para discutir otra vez mientras él se pasaba una mano por el pelo.

-¿Qué haces aquí? -Dije molesta cruzándome de brazos.

-El monitor me ha mandado hacer piscinas durante una hora. Se supone que es un castigo, pero mejor para mí. ¿Y tú qué haces aquí? -Dijo frunciendo el ceño también molesto.

-Esto es increíble... -Murmuré llevándome una mano a la frente.

Al menos él estaría en la piscina y yo barriendo y limpiando la sala.

-También me han castigado... -Murmuré para que lo escuchara y él rió. Esto no tenía ninguna gracia. ¿Otra vez castigados? ¡Y solo estábamos nosotros dos!

-Al menos esta vez no te he de tocar... Agh. -Dije amargada y Noah se rió. -¿Te gusta nadar? -Pregunté algo para no aburrirme mientras cogía la mocha para fregar el suelo.

-¿Yo? Si soy el puto amo. -Murmuró quitándose las gafas y tirándolas a un rincón fuera de la piscina. Luego se revolvió el pelo para secárselo aun que no le durara mucho ya que estaba en la piscina y se tendría que mojar otra vez para hacer las piscinas.

-No sé por qué, ya me esperaba eso. -Dije mientras volvía a fregar el suelo.

Noah y yo nos quedamos unos segundos en silencio pero de repente empecé a escuchar unos gritos. Y no podía ser más que Noah.

Me asomé a la piscina para ver qué estaba pasando.

-¡Agh...! ¡Calamb...! ¡Socorr...! ¡Esther! ¡Por fav...! -Gritó Noah mientras se iba hundiendo en el agua.

No me asusté, ni siquiera me preocupé, sé que me estaba gastando una broma.

-No voy a caer, Noah... -Grité para que me escuchara por debajo del agua y seguí fregando.

Volví a mirar y Noah aún no había salido a la superficie.

No me preocupé, él era un nadador muy bueno y los chicos siempre tenían más pulmón que las chicas y aguantaban más tiempo debajo del agua.

Otros 20 segundos y aún no había salido a la superficie.

Recapacité sobre las palabras que dijo antes de sumergirse en el agua. Mierda... ¿Puede que a Noah le haya dado un calambre de verdad?

No, eso es imposible, él es muy buen nadador... Pero todos podemos cometer errores alguna vez... ¿No?

Mierda. Noah se estaba ahogando de verdad.

En darme cuenta de eso, tiré el mocho al suelo y me tiré a la piscina de cabeza sin dudarlo para ir a buscarlo.

Nadé hasta él. Estaba en el fondo de la piscina estirado y parecía no estar respirando. Mierda, tenía que sacarle de allí ya.

Me puse tan nerviosa que no sabía ni lo que hacía. Si él se ahogaba... Madre mía, no, por favor.

Llegué a la orilla de la piscina y lo saqué con duros esfuerzos. Este tío pesaba tanto como el titanio.

Lo estiré en el suelo y yo me arrodillé a su lado. Vi que no respiraba y por poco yo también dejo de respirar.

Empecé a darle golpes en el pecho y a pedir ayuda todo el rato, pero nadie acudía, y Noah no reaccionaba. Eso era lo que más me preocupaba.

Me quedé unos segundos mirándole y recordé lo que nos explicó la monitora después de que me castigara. Toda esa charla tan aburrida sobre como salvar a alguien que se había ahogado.

~Recordad siempre: Si os encontráis a una persona que no respira en apuros, tenéis que hacer el boca a boca... ~

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Ni hablar, no pensaba hacer eso, de ninguna de las maneras. Ni loca. Aun que... ¡No! ¡JODER, QUE TENGO A NOAH MURIÉNDOSE DELANTE MÍO! Lo tengo que hacer, por muy asqueroso que sea.

-Uno... -Empecé a contar nerviosa. Esto me recordaba a mi abuela. -Dos... -Seguí mientras hacía una mueca. -Y tres. -Ahí va.

Puse una cara de asco y mi cara se fue acercando a su rostro. La peor sensación que sentí en mi vida fue cuando un escalofrío me recorrió todo el cuerpo al sentir los labios de Noah chocar contra los míos.

En los primeros segundos mi boca estuvo parada junto con sus labios y algo que no me esperaba para nada sucedió.

Noah cobró vida de repente, se puso tenso, pero luego se relajó, y rodeó mi cintura para devolverme el beso, que en un principio se suponía que era el boca a boca.

No sé por qué, Noah siguió besándome y yo no me daba cuenta de lo que estaba haciendo. Simplemente me estaba dejando llevar y lo único que podía pensar ahora es que Noah seguía vivo.

Esas palabras me aliviaron mucho al ver que eran verdad, pero no me alegró tanto que me estuviera besando con Noah ahora mismo, al lado de la piscina, los dos empapados.

Noah se incorporó y apoyó una mano en el suelo y la otra la subió hasta mi cuello.

Yo me estremecí nerviosa y ese escalofrío de antes me volvió a venir por tercera vez.

Seguí besándolo sin saber qué diablos estaba haciendo y él me lo devolvía mientras sonreía contra mis labios satisfecho.

Qué horror. Nunca pensé que llegaría a esto, y menos ahora. Noah y yo nos estábamos besando.

Cuento Hasta Tres ©Where stories live. Discover now