Capítulo 31: El mejor amigo de mi hermanastra

3.7K 251 1
                                    

-¡Oh! ¡Hola, Daniel! ¡Hacía mucho tiempo que no te pasabas por aquí! Anda, entra. -Esa voz femenina chillona hizo sobresaltarme de mi cama tirando el móvil al suelo.

Me quité los cascos asustada. Aún no me había acostumbrado a los chillidos de mi madrastra. La de verdad.

Mi padre y Verónica aún no se habían enterado de mi pequeña expulsión de un día por saltarme clases haciendo otras cosas. Ja, "otras cosas", ¿así es como llamo al mejor beso que me han dado en toda mi vida? Y desde entonces no le había vuelto a hablar a Noah. Soy una idiota.

Dejé los cascos en mi cuello colgados y me recogí el pelo en un moño, luego salí de mi habitación para ver qué es lo que pasaba.

Asomé la cabeza fuera encontrándome con Sam a mi lado haciendo el mismo gesto que yo.

-¿Quién es Daniel? -Preguntó confusa en cuanto me vio frunciendo el ceño y de repente, otra cabeza se asoma por la puerta de la habitación de Samantha. Era Mateo.

Fulminé con la mirada a los dos. Primero a Mateo y luego a Sam.

-¿Sois inseparables o qué os pasa? -Ellos dos se miraron entre sí avergonzados y rieron tímidos. Rodé los ojos. Vaya dos.

Saqué mi cuerpo entero fuera de la habitación. Llevaba una camiseta de tirantes, los pantalones cortos de pijama de Sam, y descalza. Estaba horrible, pero tenía curiosidad por saber quién era ese tal Daniel.

Pero ni siquiera tuve que bajar. Brittany subió las escaleras junto con un chico a su lado. Era rubio teñido con el pelo cayendo hacia un lado y tenía los ojos azules oscuros.

Un momento. Ese chico va conmigo a teatro. ¡Brittany y él fueron juntos para hacer el trabajo de Romeo y Julieta! Ahora me acordaba de él.

-Eh... Este es Daniel Anderson. Mi mejor amigo. Daniel, estas son Samantha, y Esther, mis hermanastras. -Nos presentó, pero luego Daniel miró fijamente a Mateo frunciendo el ceño. En cuanto Brittany se dio cuenta también lo presentó. -¡Oh! Y él es Mateo, el novio de Sam.

-¿Mejores amigos? ¿Desde cuando? Yo pensé que tu mejor amigo era Noah... -Murmuré inspeccionándole y Daniel miró a Brittany con una cara de asustado.

-¿Me voy solo unos meses y ya me remplazas? Nos conocemos desde que teníamos seis años. -Al oír eso, aluciné. ¿Quién era capaz de aguantar una relación y soportar a la misma persona durante ocho años? Porque yo sin duda, no era capaz.

-Claro que no. -Contestó Britt y se volvió hacia mí. -Esther, Noah y yo solo somos amigos, nada más.

Asentí dudosa. Britt y Noah nunca habían dicho que fueran mejores amigos, pero yo ya lo suponía, hasta que llegó este chico. Daniel Anderson.

El chico y Brittany se fueron a su habitación a hacer yo que se qué. ¿Como podía Verónica tener tanta confianza y que le dejara entrar en la habitación de Brittany dejándolos solos? Supongo que demasiados años juntos.

Volví a mi habitación y me puse los cascos de nuevo recogiendo el móvil del suelo mientras me estiraba en mi cama.

Ni me di cuenta de que me quedé dormida hasta que Brittany me llamó para cenar.

-Despierta, dormilona. -Susurró ella estirándome de los brazos para que me girara de cara a ella y al final lo consiguió. ¿Qué? Cuando tengo sueño no tengo fuerza.

-Ese Daniel... ¿Lo quieres? -Pregunté un poco absorta en mis pensamientos sobre Daniel. ¿Por qué Brittany nunca me había hablado de él?

-Claro que lo quiero. -Contestó sonriendo y yo me alegré, pero en seguida me aclaró de qué forma lo quería y me hice ilusiones. -Como mejor amigo de casi toda la vida.

Brittany suspiró triste mirando hacia el suelo. Seguramente Daniel ya se habría ido a su casa.

-A ti te gusta... -Murmuré. Por la cara que ponía, se notaba que le gustaba.

-Eso es mentira, Esther. Solo somos mejores amigos. Nada más. Además, nunca me vería como su novia. -Dijo riendo mientras rodaba los ojos cruzándose de brazos.

-¿Lo ves? Te lo dije. Te gusta. -Afirmé y ella rodó los ojos de nuevo dirigiéndose a mi puerta, sin antes decir unas palabras.

-Mentira. Baja a cenar, anda.

Suspiré lentamente mientras me levantaba de la cama para ir a cenar.

Ese Daniel era un poco raro. Pero me pareció tierno ver a mejores amigos durante ocho años aún siguiendo juntos. Nunca pensé algo así sobre Brittany.

*NOAH'S POV*

-¡Vete a tu cuarto, Noah! -Chilló mi madre enfadada mientras me dirigía hacia las escaleras para ir al piso de arriba donde estaba mi habitación. -¿Como te metes en estos líos? ¿¡Saltándote clase besando a una chica!? ¡Yo no te eduqué así! -Gritó por último antes de que cerrara la puerta y dejara de oír sus gritos.

Me senté en mi cama y una risa se escapó de mis labios al escuchar a mi madre nombrar a Esther como "chica".

Rodé los ojos estirándome mirando al techo.

Por poco mi madre no me manda al internado junto con Emma, menos mal que me libré.

No sabía lo que acababa de pasar hace unas horas, solo sabía que por fin Esther me había pedido que la besara. Esa sensación de que cuando tu madre te compra tu guitarra favorita o como creer en que puedes volar. No, yo me sentía aún mejor.

Quería abofetearme mentalmente unas cien veces por haber sido tan estúpido como para no darme cuenta de que estaba enamorado de una chica como Esther. Nunca en la vida me había pasado algo así. Y de no ser por ella, seguramente tampoco me habría pasado en la vida.

Hay secretos de Esther que desconozco. Se hace la dura, pero en realidad sé que es sensible.

Aún así, a estas alturas, no sé qué pensar de ella. ¿Me quiere? Alomejor no, solo lo hace por diversión, aunque eso me parta el corazón. ¿Y si me quiere de verdad? No creo, después de como me he comportado con ella y lo idiota que he sido seguramente solo me está probando para vengarse.

Se ha vengado tantas veces de mí que ya no sé qué pensar de ella.

Cuento Hasta Tres ©Where stories live. Discover now