Me sentía devorada.
Él era un agujero negro y yo un meteorito que iba a ser absorbido en cualquier momento.
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"Dame mis cosas"- quería plantarle una cachetada en sus bien definidos pómulos.
"No sé para qué quieres esta basura, pero te la daré, de todos modos solo hace más bulto en mi mochila"- bajo su maleta y saco mis libros tendiendomelos. Los tome y empecé a hiperventilar. - "No me digas que piensas entrar".
"¿Tengo otra opción?!"- lo mire, y por primera fui yo quien inicio contacto visual con Thomas Smith, tenía los ojos más raros que he visto, eran azules pero... ni claros ni oscuros, eran como el mar, que cambiaban de color según la luz, ahora estaban opacos.
"Sí. Muchas si lo piensas"
"¿Sí? ¿Cómo cuales?"- puse mi maleta de nuevo en mis hombros.
"Podrías salir de aquí, ir al parque, al cine, tomar un helado..."
"Bien, bien, ya entendí, el problema es que..."
"No eres esa clase de chica"- terminó la frase por mi.
"Exactamente, ahora, entraré"- dije y él se quitó de enmedio, dejándome frente a frente con la puerta del salón. Las piernas me temblaban, y el corazón se me acelero, estaba apunto de entrar al mismísimo infierno de miradas y burlas después de que la maestra me regañase, y quien sabe me envíe nuevamente afuera.
"Vamos, quiero ver el expectaculo"- se burlo Thomas, apoyado en una pared con las manos en los bolsillos de sus jeans negros.
"No puedo"- solté sin pensarlo, me acerque a una pared y caí derretida al suelo, rodee mis piernas con mis brazos y pensaba en cómo disculparme. Aún faltaban dos horas de clase, para el receso y mi compañía no era la mejor.
"En vista de eso, me voy"- él se volteo y empezó a caminar.
"Espera ¿a donde vas?"- caminé tras él, nunca antes había estado sola y mucho menos castigada.
"Por ahí, hay muchos lugares que aun no conozco"- dijo mirando al frente.
"Sabes que no te dejarán salir sin un permiso ¿verdad?"
"Y quien dice que necesito uno"
"Entonces solo te vas dejándome sola"- hice un puchero, interviniendo en su camino, ahí pude percatarme de lo alto que era Thomas, una cabeza y media mas arriba que yo.
"Tú eres la que se siente sola"- dijo de repente, baje la mirada y me mordí el labio, tenía razón, toda la vida había estado acompañada de Kary, y no me imagine que un día nos separarían - "Te lo propondré una vez más"- dijo tendiendome su mano - "Tú eliges".
No sabia que hacer por un lado mis principios me susurraban NO, las voces de mis padres decían NOO, y Yale me gritaba NOOO, pero mis miedos y un extraño imán que me unía a Thomas gruñia SIIII.
"Que Dios se apiade de mi"- murmure para mi misma y tome su mano.
"Bien, si vienes conmigo seguirás mis reglas"
"¿reglas?"- fruncí el ceño, en mi casa ya tenía demasiadas como para seguir más.
"Sí, solo hay una no te preocupes"- me llevo detras del instituto, donde unas mallas viejas y oxidadas nos separaban de una calle abandonada. Nunca había estado ahí, ni siquiera tenía conocimiento de que existiera.
"Y ¿cuál es?"- pregunté
"Solo sé libre"- me sonrió picaramente, 'libre', si como no. Como si alguna vez yo me pudiese sentir libre. Thomas empezó a subir la malla y antes de que me diera cuenta la salto y estaba al otro lado - "Bien, tu turno".
"No haré eso"- retrocedí un paso.
"Entonces Adiós"- agarro su mochila y se dio la vuelta.
"Ok, ok, lo haré."- dije rendida, le lancé mi mochila y empecé a subir. Odiaba llevar jeans, si fuera como las demás, con sus bellos vestidos o faldas, tendría una excusa, pero no, Luna debía ser amante de lo diferente. Una vez sobre la malla, me daba horror bajar.
"Muy bien. Ahora salta"- me gritó desde abajo, y ahora sus ojos se tornaba claros, como el cielo.
"Definitivamente estas desquiciado. Si salto moriré"
"No exageres, a lo mucho te rompes una pierna"- se burló, y yo rodé los ojos - "Es broma, no te lo tomes enserio. Y para que te sientas mejor yo te atraparé aquí"- abrió sus brazos.
"No confío en tí"- dije sosteniéndome de la malla. Y era verdad, no podía confiar para nada en él.
"Pues es momento de que empieces, si no quieres que el conserje te atrape."- regrese la mirada y Josh el hombre de limpieza se acercaba, levantó su vista y nos miró.
"Hey ustedes!!"- grito y se acercaba cojeando.
"Bien ahi voy"- salté sin pensarlo, y caí sobre Thomas, ambos nos impactamos en el piso pero su cuerpo amortiguo mi golpe. Lo mire tan de cerca que mi corazón se aceleró enseguida y mi vista viajó hasta sus labios.
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