Cap. 34

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"UNIVERSIDAD DE YALE"

Srta . Miller, hemos recibido su solicitud, la verdad nos complace saber que alguien de su capacidad intelectual, desee formar parte de nuestra comunidad educativa. Cabe afirmar que tenemos buenas fuentes que corroboran su gran conocimiento y alto rendimiento académico, sin contar con lo recta y aplicada que es en todas sus materias.

El motivo de nuestra carta es informarle, que uno de nuestros colegas en Inglaterra la entrevistara una semana después de su graduación. Su nombre es Brandon Hamilton. El asistira a su grado, y será él quien la cité. Deberá llevar consigo sus calificaciones durante su año escolar y el promedio final determinará su aceptación o no en Yale.

Sin mas que decir, ni dudas de que la tengamos con nosotros me despido.

Adam Brooks

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Rector de la Universidad de Yale.

Guarde la carta en uno de los cajones del escritorio, antes de volver y acostarme en la cama para solo cerrar los ojos y tratar de olvidar,  vi en mi escritorio una frase, una que había pegado cuando tenía 10 años y amaba la historia del principito, la cita decía:

"Las personas mayores nunca pueden comprender algo por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones.-El principito de Antoine de Saint-Exupéry."

Era totalmente verdad, creo que crecer implica también dejar de creer, crecer no es solo tomar las riendas de tu vida, poner en marcha tu automóvil y gritar mientras corres a toda velocidad. Crecer es una metamorfosis, donde existen tres personas dentro de un mismo cuerpo, pero nadie se da cuenta, porque cada uno de esos individuos muere para abrirle paso a la otra, tu niño interno muere, dejando que tu yo adolescente surja. Al niño lo entierras cuando tomas todos tus juguetes y los subes al sótano, cambias caricaturas por series juveniles y dejas las canciones infantiles por sonidos que tienen que ver con tu vida. Luego el adolescente muere y nace el adulto, y el joven es enterrado con todas las locuras, incluso la vestimenta y cambias tu habitación por una más formal. Y finalmente, el niño renace cuando la vejez aparece. Y yo no quisiera ver morir a ninguno, quisiera hacer una fusión donde la inocencia de mi niña interior se fusione con lo salvaje de mi adolescencia y tome decisiones con una mente adulta, pero es imposible, nunca seremos lo completamente perfectos para ello.

***

"¿Por qué les dijiste lo de Yale a mis padres?!!"- reclame a Kary una vez en el salón. Golpeando su mesa.

"Siento que debas ocultarles cosas, pero eso dejó de ser mi problema hace tiempo"- empezó a mirar sus uñas.

"Eres... eres de lo peor"- tenía unas inmensas ganas de golpearla.

"Si no tienes nada mas que decir, quítate que no dejas que el sol pase y abra mis poros"- me empujo.

"Nunca creí lo horrible que eres por dentro, te consideraba una hermana, pero... a nadie le deseo esa suerte"- me fui a mi asiento, molesta.

"¿Yo horrible?, tu eres la mentirosa aquí"- gritó y todos voltearon a nosotros, algo que por supuesto ella aprovecho - "tu eres la que quiso quitarme a Brad".

'Uuhh' fue lo que todos soltaron.

"En primer lugar sabes porque no se los dije a mis padres, en segundo nunca quise quitarme a Brad por favor, y en tercer lugar deberias tragarte todo el maquillaje que traes en esa bolsa para ver si asi tu yo interno se embellece un poco. Aunque no prometo nada"- le sonreí cínicamente

Kary solo tenía una gran 'O' en su boca, con un ceño muy fruncido.

"Te odio Luna Muller"- susurro.

"No más que yo Kary Carballo! "- hice énfasis en su apellido, ella lo odiaba por completo y jamás se lo dijo a nadie, incluso hizo una petición para que no sea nombrado, pero ahora yo cambie eso. 

Por un DeseoWhere stories live. Discover now