Cap. 38

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"Callate y besame"- lo tome por el cuello y acerqué ferozmente a mí, poco a poco se intensificó, un deseo extraño, poderoso e insaciable despertó dentro de mí, Thomas me levanto y rodee mis piernas en su cintura. Me aferro a una pared y seguia besandome, sentir la piel de sus manos bajo mi camisa y me estremeció, me separe para verlo, pero eso solo significó dejar que el deseo actuará.

"Te amo Thomas"- volví a besarlo, introdujo su lengua en mi boca, me quito la camisa, me llevó hasta la cama y me recosto, él se quitó el suéter y yo le quite la camisa, empezó a besar mi cuello, y cielos!!, amaba que lo hiciera, bajo dejando besos desde mi cuello hasta mi estomago, desabrocho mi pantalones y lo lanzó a algun parte de la habitación, lo rodee con mis piernas, seguia besandome intensamente, en un instinto innato desabroche su pantalón y ambos quedamos en ropa interior, sentía su piel con la mía, beso cada parte de mi cuerpo con ternura y pasión, sutilmente desabrocho mi brasier y mis pechos quedaron libres.

"Eres hermosa amor"- susurro y beso uno de mis pezones haciendo que me doble para atrás, bajo mis bragas, sentía miedo, nervios pero también deseo y amor. - "Tranquila"- dicho eso, entro en mí y puedo jurar que hundí mis uñas en la piel de su espalda con un gemido, que al parecer lo complació, poco a poco fue aumentando la velocidad y un mar de placer inundo mi cuerpo, mi espalda se arqueaba y mordía mi labio para que no se escuche mis gemidos.

"¿Te gusta?"- dijo agitado Thomas aun dentro de mi. Asenti apretando los ojos. - "Quiero escucharlo"- no quería hablar porque sentia que no podria hacerlo. -"Dilo"- aumento la velocidad.

"Me... gus...ta"- murmure.

"Más alto"- me pego mas a él y sentí mis paredes contraerse.

"Me gusta"- dije casi gritando y ambos llegamos al clímax.

Me recoste en su regazo y nos tapamos con las sábanas, acariciaba su pecho y él mi espalda, ni yo misma podía creer lo que había pasado. Así de repente, natural, y maravilloso.

"Mi mamá"- empezó Thomas sin previo aviso y levante el mentón para mirarlo mejor- "no fui a clase porque mamá cumplía su tercer año de muerta. Sé que vas a pensar que es una locura, pero voy toda una semana al cementerio para pagar mi culpa"- sentí su voz quebrarse,

"No creo que sea tu culpa"- añadi, abrazandolo

"Lo es, Luna, lo es. Mi madre era una de las mejores maestras de biología en Londres. Yo tenía 12 años e iba a entrenar béisbol cada sabado, un dia ella vino por mi, dijo que tu ansiada Yale la  había solicitado para formar parte del grupo educativo, mi madres estaba muy feliz, planeó una cena para papá, Elena mi hermanastra y yo. Mientras manejaba... mientras lo hacía la pelota se me fue de las manos y cayó en los frenos del auto, me asuste tanto y no se lo dije, para cuando llegamos al primer semáforo ella no pudo parar debido a la pelota y.... dias despues desperte en el hospital, con la noticia de que ella había muerto"- Thomas empezó a llorar, se me quebro el corazon y lo abrace, no sabía qué más hacer. - "fue mi culpa Luna"

"No, no lo fue, eras un niño, no sabías lo que pasaría"-susurré en su oído.

"Es que si lo decia, esto..."- cubrió su rostro con las manos - "no quiero que me veas así".

Quite las manos de su rostro, me coloque sobre él con las piernas a cada lado y lo mire directamente a los ojos.- "este eres tú, y no debe avergonzarte. No es tu culpa sí. Estas vivo Thomas, eso importa, nosotros importamos ahora"- lo bese tiernamente.

Lo rodee con mis brazos y entre suspiros y sollozo nos quedamos dormidos.

*Timbre del despertador*

Cuando abrí los ojos Thomas ya no estaba, en la mesa solo había una pastilla, la del dia despues y un baso de agua, con una nota que decía : "Gracias por ser la Luna de mi noche. Te amo". Trague la pastilla y me vestí, no dudo el temor que me dio no haber usado preservativo, así que mi confianza caía en la pastilla rosa. Aunque me pregunto ¿de dónde la habrá sacado?

"No. Puede. Ser"- Em pronunció palabra por palabra cuando le conté lo de anoche.

"Si puede"- rei.

"Demonios, tendré que apresurarme con Ethan"- bromeo.

Llegamos al salón, Ethan había repartido invitaciones a todos para el domingo, Thomas no dejaba de coquetearle la clase entera y me gustaba. Durante el receso le conté sobre mi ensayo de 4000, acepto ayudarme y ahora era más entendible para mí, su afinidad a la biología: su madre.

Durante toda la semana la fiesta en la heladería era el tema viral y nadie paraba de hablar de eso.

Por un DeseoWhere stories live. Discover now