9.-Si quiero

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Dos semanas después...

Samuel: Otra ves, entiende que no puedo Petra, veo a esa mujer y me llagan a la mente todas sus palabras ofensivas hacia mi madre, todas sus humillaciones, todo lo que le dijo, la echo como si mi mamá fuera un perro, la trato peor que a un perro! La echo de su casa, la humillo, le dijo limosnera, maldición, por más dinero que esa señora tenga yo no lo puedo aceptar!.-grito furioso.

Petra: Igual esa señora esta al borde de la muerte, tu crees que tu mamá si viviera te dejaría hacer lo que estas haciendo? Puede que esa señora no se merezca que la perdones, pero seria una mancha muy grande en tu vida, tal ves ella de verdad estar arrepentida.

Samuel: ¿Y de que me sirve ahora? Ese arrepentimiento no regresara a mi madre.

Petra: Tu crees que ella hubiera reaccionado como tu?-pregunto y él negó.

Samuel: Mi madre era el ser más bueno. Pero esa señora...

Petra: Tu no eres como ella, y no actúes como ella lo hacia, o lo hizo con tu mamá.-dijo tocándole el hombro y comenzó a caminar hacia la salida.

Samuel vio a la anciana salir y suspiro sabia que ella tenia razón, el estaba actuando como un ser resentido, y tal ves porque lo era, pero si la señora, su "abuela" estaba de verdad arrepentida, el no podía negarle el perdón, no solo porque no era como ella, sino porque eso ya había pasado hace mucho tiempo y...tenia que dejar el pasado atrás aunque le costara.

Samuel: Esta bien, supongo que no me queda de otra. Yo no soy como Florencia, y se que esto te alegraría madre.-susurro mirando hacia el cielo, y comenzó a cruzar la sala hacia el despacho del señor para decirle algunas novedades de los caballos que había comprado, pero se detuvo cuando el teléfono comenzó a sonar.


Andrea estaba concentrada en unos ejercicios que tenia que hacer con respecto a una de sus materias, pero por más vueltas que le daba no lograba encontrar la respuesta, suspiro cansada, y cerro el libro mirando su celular como si esperara la llamada de alguien, ¿Pero quien? Apenas llevaba algunos días en ese lugar, así que aun no tenia ni amigos. En realidad nunca tenia amigos. Pero de pronto se le ocurrió llamar al rancho para ver si lograba hablar con su mamá, o tal ves Petra, "O bueno de perdidas pelear con mi padre" pensó mientras marcaba.

Samuel: Bueno hacienda del Junco, ¿quien habla?.-pregunto atreves de la línea y ella se quedo petrificada, sintiendo como el corazón comenzaba a galopearle con fuerza desenfrenada y tomo aire "Es enserio? De todos los empleados que hay justo él?! pensó evitando sentir emoción al escucharlo.-¿Bueno...?.-dijo de nuevo y ella se aclaro la garganta.

Andrea: Rancherito! Que desagradable escuchar tu vos...aunque hablar a través del teléfono, te da otro toque en tu vos.-dijo fingiendo estar divertida aunque por dentro temblaba de los nervios ¿¡Porque estaba tan nerviosa?! ¡¡Era el ranchero!! ¡Solo él!

Samuel: Señorita Andrea, veo que la distancia no la cambia ¿no? Sigue siendo la misma.-dijo algo ¿decepcionado? "¿Porque esta decepcionado? Y porque eso me tiene que afectar?

Andrea: Así es...no hay nadie, ni nada que pueda cambiar a Andrea del Junco. Yo seré así hasta que muera. "Lamentablemente" pensó el rascándose la cabeza y decidió cambiar el tema.

Samuel: Extrañándome?

Andrea: Ni siquiera me acordaba que existías ranchero.-dijo y entonces lo escucho reír, sintiendo como su piel se erizaba ante tal masculina risa.

Samuel: Para no acordarse que existía, me reconoció enseguida señorita.-dijo y ella se tenso.

Andrea: Ay pero que inteligente has salido rancherito y yo que pensé que eras un bruto, felicidades.

Samuel: Para que llama?-pregunto algo irritado.

Andrea: ¿Perdón?! Ósea, porque es mi casa Samuel, yo puedo llamar todo el condenado día si quiero ok? Y tu no tienes porque estar contestando llamadas ni atender a personas, o que? Mi padre te contrato de recepcionista? Wooo otro trabajo para tu larga lista, menos arquitecto que pena.

Samuel: Sabe que, tiene razón, yo no tengo porque estar hablando con una niñita malcriada, contestona y grosera, así como tampoco contestarle, por lo tanto llame más tarde que ahora nadie se encuentra disponible, gracias.-dijo y colgó dejando a Andrea con la boca abierta.

Andrea: ¿Bueno? No, no te atreviste ¡¡bueno!!.-grito haciendo que los que pasaban cerca se voltearan a verla.-Ay...!! Te atreviste a colgarme desgraciado rancherito.

Bruno: Porque tan enojada?-pregunto entrando con un ramo de rosas y Andrea sonrió obligándose a calmar.

Andrea: Nada, numero equivocado pero voy a apagar mi celular, porque no paran de molestar.-dijo sonriendo y mirando las rosas.

Bruno: Ten, son para ti, rosas blancas, eran tus favoritas y espero que lo sigan siendo.-dijo y ella se mordió ligeramente el labio inferior aceptándolas. Hace mucho que nadie le regalaba rosas, y menos sus favoritas "Vamos Andrea, seamos realistas, hace mucho que nadie te regala nada" pensó mientras abrazaba el ramo y se acerco a besar la mejilla de Bruno.

Andrea: Están hermosas gracias.

Bruno: Bueno la verdad estoy aquí, por otro motivo. Tengo que preguntarte algo que para mi es muy importante.

Andrea: Si...dime.

Bruno: Andrea, hace mucho que salimos.

Andrea: De echo, dos semanas.-dijo interrumpiéndolo.

Bruno: Bueno si, lo que quiero decir es que hemos asistido a lugares y la hemos pasado muy bien, creo que desde pequeños hemos tenido algo muy especial, y...-dijo sujetando sus manos.-Andrea ¿quieres ser mi novia?.-pregunto y ella se quedo atónita.

Andrea: ¿Que?

Bruno: Que si quieres ser mi novia, vamos Andy, yo te quiero mucho.

Andrea: Yo también te quiero mucho Bruno, pero no te parece que es muy precipitado? Apenas regrese hace dos semanas.-dijo tratando de quitar sus manos del agarre de Bruno pero no la dejo.

Bruno: Andrea, he esperado por ti, en este lugar desde que nos separaron en nuestra infancia, al internarme en este lugar, por favor Andy, se que me quieres como yo a ti, entonces ¿Por qué no vivir algo juntos.

Andrea: Bueno, este no estoy muy segura y...

Bruno: Hare que te sientas segura.-dijo con una sonrisa que paralizo el corazón de Andrea.-Por favor, acéptame...

Andrea: Esta bien, lo vamos a intentar ¿si? Acepto.-dijo aun no muy convencida y el se levanto más sonriente y emocionado que nunca tomándola entre sus brazos y la beso tomando su cara entre sus manos. Mientras Nuria los veía desde lejos.

Nuria: Maldita sea! Pero no me voy a dar por vencida, esto no se quedara así Andrea, te lo voy a quitar, así sea lo ultimo que haga...

INDIFERENTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora