36.-¿Quieres ser mi novia?

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Nuria: Lo siento por molestarte, pero mi auto se averió, y bueno ya es muy tarde para que me vaya a la hacienda caminando, me acorde que tu heredaste esto y...será que me das hospedaje y mañana temprano me voy?

Samuel: No es necesario yo te llevo.

Nuria: Y regresarte de nuevo? Se practico Samuel, déjame quedarme por favor y te juro que mañana a primera hora me voy siii...?

Rosa: Yo digo que la señorita tiene razón joven. Ya es muy tarde para que ande sola y puede ser peligroso que conduzca de noche.

Nuria: Sii Samuel por favor.

Samuel: Esta bien, te puedes quedar, Rosa prepara una recamara para ella, permiso Nuria.-dijo serio y se volvió a subir encerrándose en su recamara un poco decepcionado de que no fuera Andrea la que había tocado esa puerta, pero igual la vería mañana y tal ves seria el día más feliz de su vida y el de mejor suerte.

Nuria: Gracias Rosa, por ayudarme y por mantenerme al tanto.-dijo sonriendo mientras esperaba a que ella acabara de preparar la recamara y la señora sonrió.

Rosa: Se el gran cariño que le tuvo a la señora Florencia, y si es verdad que Andrea solo quiere el dinero del joven Samuel, la ayudare en todo lo que necesite, yo conocí a esa niña cuando era pequeña y se que no hay cosa que le agrade más que el dinero.

Nuria: Así es, mi hermana es una interesada y envidiosa, no sabes como le hacia la vida imposible a Samuel, pero me alegra que ahora me vaya a ayudar para que el no cometa una tontería al estar con ella. Buenas noches Rosita, descansa.-dijo dándole un pequeño beso en la mejilla y la señora sonrió.

Rosa: Permiso.-dijo y salió mientras Nuria sonreía.

Nuria: Ay Andrea, nunca me vas a ganar, y aunque yo no me quede con Samuel, tu tampoco te quedaras con él...


Samuel despertó sintiéndose pleno, tenia muchas cosas que hacer hoy, pero por primera ves no era cuestión de trabajo, sino de algo importante en su vida, aunque estaba nervioso, pero seguro, seguro de que Andrea no lo iba a rechazar, por el tiempo que habían estado conviviendo juntos, casi eran novios,  de echo el se sentía así pero tenia que hacerlo formal, de la manera que a él le gustaba.

Samuel: Señora Cayetana?-pregunto cuando marco al teléfono de la hacienda del Junco y contesto una mujer.

Cayetana: Si, Samuel, ¿Qué pasa?

Samuel: Necesito pedirle un favor. Es algo muy importante y necesito su ayuda.

Cayetana: De que se trata?-pregunto y este sonrió comenzando a explicarle todo con entusiasmo.-¿De verdad muchacho?

Samuel: Si, quiero hacerlo especial, que sea algo que ni ella ni yo olvidemos.

Cayetana: Muy bien, me alegro que quieras tanto a mi niña, cuenta con nuestro apoyo.

Samuel: Muchas gracias.-dijo y colgó mientras tenia una gran sonrisa en el rostro y después comenzó a marcar a Andrea.

Andrea: ¿Bueno?

Samuel: Hola, ¿como estas?

Andrea: Muy bien, muuuy muy bien y tu?-pregunto y el casi pudo jurar que esta sonriendo.

Samuel: También, sabes que no tengo muchas cosas que hacer hoy? Y bueno como casi siempre estoy repleto de trabajo, por eso quería ver si podríamos pasar un tiempecito juntos, algunas horas nada más.

Andrea: Bueno, quería entrenar un poco, ya sabes, con el caballito, montar al aire libre, porque no mejor vienes y me ves, adoro como me ves cuando monto.-dijo sonriendo.

Samuel: Esta bien, entonces voy y pasamos un rato ahí.-dijo sonriendo y colgó.

Andrea: Muy...vaya me colgó.-dijo mirando su teléfono.-Esta bien, cuelga, don prisas...

Andrea comenzó a cambiarse de ropa, le parecía extraño que durante el desayuno Nuria no apareciera, pero como tampoco lo hizo Bruno, supuso que estarían juntos, a pesar de todo era su hermana y aunque le molestara...lamentablemente se preocupaba por ella.

Bajo a escoger algún caballo que le parecía bien montar en ese día, y se decidió por un blanco que recién había comprado su papá, estaba acariciándolo mientras lo ensillaban cuando sintió unas manos rodar su cintura y se volteo sonriendo para darle un corto beso a Samuel.

Andrea: Que rápido llegaste.

Samuel: Digamos que andaba cerca.-dijo y esta ves fue él quien la beso.

Andrea: Y porque vienes así?-pregunto al ver que venia muy arreglado, sin traje elegante pero arreglado más que antes y se alzo de hombros despreocupado.

Samuel: Nada más, tengo que ir a otro lugar, pero quise pasar para estar contigo un tiempo y disfrutar mucho, mucho de tu compañía.-susurro abrazándola y deposito un beso en su cuello.

Andrea: Bueno, vamos.-dijo y tomo al caballo mientras ambos comenzaban a caminar hacia el campo. 

Suave como la seda, despacio y sin prisa, era como Samuel suponía que manejaba el caballo, al tiempo que lo acariciaba y le hablaba, Andrea era una experta en esos animales, nadie más que ella sabia como domarlos, y mientras la miraba recordó que una ves pensó que la estaba domando, pues bien, ahora al mirarla, y sentir todas esas cosas dentro de su ser, se dijo que era todo lo contrario. Ella lo había domado a él.

Andrea: Que te parece?-pregunto acercándose.-Poco a poco estoy mejorando ¿no?

Samuel: Si, no cabe duda que serás la mejor. Eres la mejor.-dijo sonriendo y la atrajo hacia él para besarla abrazándola por la cintura mientras el aire pegaba en la cara de Andrea, haciendo volar su cabello.-Vamos a tu casa.

Andrea: Si, pero primero regálame otro beso.-dijo con ternura y el sonrió acercándose a capturar sus labios de nuevo se sentía toda una rogona, pero de verdad necesitaba sus besos, adoraba tener sus labios sobre los de ella.-Ahora si, vamos a la hacienda.

Ambos comenzaron a caminar sujetando el caballo, mientras platicaba de lo de ayer y los planes que tenían de ir a la playa, pero Samuel trataba de cambiarle el tema cada que podía, de ninguna manera podía permitir que Andrea le comprara una de esas cosas tan raras que dijo que le compraría. Y por fin entraron.

La sonrisa que Andrea tenia en el rostro quedo congelada cuando miro alrededor, estaba algo confundida por las ultimas cosas que habían pasado en los últimos días, y aseguro que esa sorpresa era echa de Bruno para Nuria, pero después pensó en el porque, ellos no tenían nada más que celebrar a menos que se tratara de un bebé, lo cual casi la hace echarse a reír, pues sabia que su hermana odiaba a los niños, eso era lo único que tenían en común, pero cuando miro que Samuel le sujeto las manos y la miró intensamente todas sus dudas desaparecieron.

Miro a su papá, a su mamá, y a Petra, todos mirándola con una sonrisa, y ella frunció el ceño, pero sintiendo que su corazón en cualquier momento se le saldría del pecho, y en ese momento apareció Nuria y Bruno, mirando sorprendidos la cantidad de globos rojos en forma de corazón que había en todas partes.

Samuel: Andrea...se que desde hace tiempo somos "algo".-dijo mirándola a los ojos y ella comenzó a sentir que cada ves se inundaban más por sus lagrimas.-Pero eso ya no es suficiente para mi, por eso le pedí ayuda a la señora Cayetana, para que me ayudara a formar todo esto, Andrea me siento muy bien cuando estoy contigo, siempre me haces sonreír, me siento emocionado cuando tu estas cerca y triste cuando te vas, te extraño cada segundo del dia que no te tengo a mi lado, desde que te conocí fuiste muy especial para mi, admiro tu valentía y tu coraje al enfrentarlo todo, y pese a tus caprichos, altanerías y soberbia, no hay persona con la cual me sienta tan bien como cuando estoy contigo, tal ves esto sea algo que no te esperabas, por eso quiero decirte aquí ante todos que te quiero Andrea, ¿Quisieras ser mi novia? ¿Quisieras intentarlo conmigo?

Andrea: Por supuesto que quiero Samuel, yo también te quiero, y te quiero solo para mi.-dijo con lagrimas en los ojos y una radiante sonrisa tomándolo del cuello y besándolo con intensidad mientras sus lagrimas caían. 

Bruno: Nuria a donde vas?-susurro cuando esta subía a toda prisa las escaleras y mirando con rabia la escena subió tras ella mientras Andrea y Samuel se seguían besando...

INDIFERENTESWhere stories live. Discover now