46.- Miedos

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Dos semanas después...

Unos labios cálidos le rozaron el hombro mientras unos dedos suaves le acariciaron su cabello y se lo apartaron hasta que los mismos labios encontraron el cuello. Andrea pestañeó, y luego abrió los ojos.

Por un momento no supo donde estaba. Recorrió con la mirada toda la habitación y miro por la ventana, era de noche, y por fin recordaba donde estaba, sintió que de su cuello volvía hacia su mejilla y se volteo hacia la fuente de los besos haciendo que Samuel capturara sus labios y los moviera con dulzura sobre los suyos, al tiempo que ella le correspondía dejando soltar un suspiro. Llevo una mano hacia la mejilla de Samuel y la acarició, moviéndola después hacia su cuello y atrayéndolo más a ella sintiendo su fuerte torso sobre sus delicados senos y este lanzo un gemido que quedó atrapado entre los labios de ella.

Samuel: Tienes hambre?-preguntó sonriendo mientras acariciaba su cabello.

Andrea: Desfallezco.- dijo y mientras el se levantaba ella se tapó con las sabanas.

Samuel: Entonces no me equivoque al tener preparado esto para cuando tu despertaras. - dijo sonriendo mientras traia una bandeja con vino, comida, y postre, se sentó a la cama junto a ella y esta sintió algo impresionada.

Andrea: Que sorpresa más maravillosa. - dijo sin dejar de mirar la comida.- ¿En que momento has echo todo esto?

Samuel: Hace un momento después de haberme cansado de mirarte mientras dormías.

Andrea: Vaya eso si que suena a un pasatiempo excitante.-dijo sonriendo mientras se arreglaba el cabello.

Samuel: Así ha sido.

Andrea: Espero que no roncara.

Samuel: No roncabas, salvo un murmullo de ves en cuando, estabas fuera de juego.

Andrea: ¿Quién tendría la culpa de ello?-murmuro mientras tomaba un poco de vino y Samuel dibujo una sonrisa de satisfacción que la hizo reír.-Ya no queda mucho de esta noche ¿no es asi?

Samuel: No, no mucho.-dijo mirando hacia afuera con tristeza.-¿Te quedas al amanecer y lo vemos juntos?-pregunto mientras ella comía y esta se alzo de hombros.

Andrea: ¿Por qué debería irme? No hago nada malo, por lo menos a mi no me parece.

Samuel: Bien.-dijo depositando un beso sobre los labios de Andrea.-Entonces le sacaremos provecho a las horas que nos quedan.

Andrea: Así?-dijo sonriendo y lambio el tenedor saboreando le cremosidad de la tarta de chocolate.

Samuel: ¿Haz empezado con el postre?-pregunto con el ceño fruncido y ella se echo a reír.

Andrea: Me encanta el postre. ¿A ti no?

Samuel: Me fascina.-dijo encantado mientras Andrea se sentaba entre sus piernas y el la tomo de la cintura pegándola más.-Te amo.-susurro antes de que ella capturara sus labios.

No era solo sexo, Andrea lo sabia, aunque lo vivido con Samuel había superado sus más eróticas fantasías , era algo más, algo profundo y complejo, y era innegable. Estaba enamorada de él, y ya no podía seguir ocultándolo más, pero ese momento no era el indicado para decaérselo, en ese momento lo único que necesitaba era sentirlo, estar junto a él, necesitaba sus fuertes brazos rodeándola, sus besos por todo su cuerpo como si fuera una caricia, y el calor que despedía su cuerpo mientras entraba y salía de ella con intensidad...

Para cuando el sol salió ambos estaban en la cama, desnudos y mirando hacia la ventana, abrazados y Samuel ya no podía más, la amaba, y la amaba tanto que no quería que nunca más de separara de su lado. Sentía la respiración cansada de Andrea, pero cualquier momento era el correcto para decirle.

INDIFERENTESWhere stories live. Discover now