76.-Lo lamento

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Andrea miraba como su mamá lloraba desconsoladamente mientras Nuria estaba siendo interrogada por uno de los agentes de la comandancia, ella se veía mal, un poco decaída y también se veía resignada, ella quería tenerle un poco de lastima o por lo menos eso trataba aunque fuera por su madre que se veía mal, también por la enfermedad que Nuria decía tener, eso no estaba bien y pasar sus últimos días en la cárcel suponía que era algo feo pero por más que lo intentaba no podía. Simplemente Nuria merecía lo que estaba sufriendo.

Samuel: Todo bien?-pregunto abrazándola por detrás y ella asintió.

Andrea: Si, es solo que me duele verla así.-dijo refiriéndose a Cayetana.-Nuria es su hija y supongo que a nadie le gusta ver a su hijo en la cárcel.

Samuel: Bueno, eso si, pero también es cierto que Nuria se lo busco, si ella no hubiera actuado tan mal no hubiera acabado en este lugar, y mucho menos alejada de su familia porque con solo ver la cara de tu padre lo dice todo. El no estará con Nuria.-dijo y ella asintió mientras Cayetana se acercaba.

Cayetana: Por favor hija, se todo lo que te hizo Nuria pero no permitas que vaya a prisión o por lo menos no tantos años como le quieren dar, ayúdala, tu eres abogada.

Andrea: Lo siento mamá, pero aunque yo quisiera Nuria ya no tiene salvación, y no se lo merece, por más que tratara de ayudarla el juez seguro le otorga cadena perpetua.-dijo y Cayetana comenzó a llorar más fuerte mientras Nuria salía.

Nuria: Ya déjala mamá, no le sigas rogando, Andrea no lo vale, y yo tampoco me arrepiento de lo que hice.-dijo y comenzó acercarse a Andrea.-¿Y sabes que? Lo volvería hacer una y otra ves con mucho gusto.

Cayetana: Nuria cállate ya! Hija por favor...

Ignacio: Ya basta Cayetana, no sigas insistiendo a Andrea, que ella no cederá y yo tampoco lo voy a permitir, si Nuria ira a la cárcel es porque se lo merece, porque no actuó bien, nosotros le dimos amor, protección y principios. Si ella no lo supo aprovechar es su problema.

Nuria: Yo no me merezco esto papá. Y tu...

Ignacio: Yo nada, yo no te apoyare, para mi es muy difícil saber que mi hija la que tanto adoraba se ha convertido en esto, eres mi vergüenza, todo el pueblo habla de ti, y no cosas buenas. Me has decepcionado como nunca Nuria.-dijo y ella la miro con lagrimas en los ojos.

Nuria: Lamento hacerlo papá, nunca quise decepcionarte.

Ignacio: Pues lo has echo.-dijo y Nuria asintió mientras la dirigían a su celda...



Para Abram, el calor que emanaba de los labios de Latne hizo que se estremeciera, estaba demasiado atónito para reaccionar o para moverse pero tras unos instantes...lo hizo.

Latne acaricio su lengua con la suya, de forma sensual, sin ser apresurado pero tampoco muy lento, la movía al ritmo sin importarle nada, sabia a lo que se arriesgaba sin embargo lo que sentía por él era tan fuerte que para ella valía la pena arriesgarse aunque las cosas después no funcionaran. Abram gimió entre sus labios así que Latne lo beso de nuevo y se perdió en ese beso.

Sintió como Abram la empujaba con delicadeza sobre el sofá y se colocaba encima de ella, atrapándola con su cuerpo y rodeándola con sus fuertes brazos, profundizando el beso sin ningún esfuerzo y solo se aparto para recorrerle el cuello con los labios, hasta conseguir que Latne se estremeciera, pasando la punta de su lengua por la suave piel y saboreándola.

Abram: Me encantas Latne.-susurro acariciando las piernas y ella gimió en respuesta.-No sabes como he fantaseado con este momento, quiero recorrer cada centímetro de tu piel hasta lograr que te estremezcas, hasta un punto en donde no te quede sentido alguno.

Y ya lo estaba, en ese momento le daba igual todo, y ella también lo deseaba desde que lo vio, había deseado estar entre sus brazos, sentirse mujer con él, hacia tanto tiempo que no estaba con un hombre...Latne sentía la humedad entre las piernas y anhelaba que él tocara precisamente esa parte, la cual la estaba torturando.

Abram: Latne Dios...podría estar así, contigo toda la eternidad.-susurro mordiendo ligeramente el lóbulo de su oreja y ella sonrió metiendo las manos en su cabello.

Latne: ¿Entonces no te iras?-pregunto y él hizo una mueca.

Abram: Si, si lo hare.-dijo levantándose y ella lo miro incrédula.-Latne lo lamento, ya es una decisión tomada, me voy y no hay nada que me haga cambiar de opinión.

Latne: ¿Porque? Porque quieres irte, porque te quieres marchar? ¡¿Porque eres tan cobarde?!-grito cuando el se levantaba.-Porque temes tanto al compromiso? Abram entiendo que no te gusta sentirte amarrado pero no te estoy pidiendo que nos casemos.

Abram: ¡No es eso Latne!-dijo y después suspiro mirando al cielo.-Tu no sabes nada de mi hermosa, no sabes quien era yo, y quien soy ahora, no tienes idea en lo que te metes.

Latne: No me importa lo que fuiste, aunque ayudaría mucho el saberlo, así por lo menos sabría porque eres así, y no me importa en lo que me meto. Entiende Abram no me importa nada más que estar contigo.-dijo y el la miro sintiéndose mal.

Abram: No puedo creer lo que he conseguido, Latne lo siento, nunca debí insistirte tanto, al principio me lo tome como un juego como una diversión. Pero ahora...te quiero y no puedo hacerte daño.

Latne: Ay vas con los mismo!-grito desesperada.

Abram: Ok, quieres saber la verdad? Quieres que te diga porque tu y yo no podemos estar juntos? Yo no puedo tener hijos Latne.-dijo y ella se quedo como piedra.-Se que es el sueño de toda mujer. Y también era el mío, créeme que lo intente no solamente con la mujer que me iba a casar, sino con otras, fui de relación en relación y nada, visite a los mejores médicos, me sometí a los mejores tratamientos. Nada. ¿Ahora que me dices?-pregunto y Latne lo miro sin saber que decir.

Se imaginaba todo, cualquier cosa menos eso, y lo comprendía muy bien ya que ella también deseaba ser madre desde que era una adolescente, a diferencia de Andrea ella pedía a gritos tener un hijo junto al hombre que amaba, un hijo de verdad, que proviniera de ella, sentirlo, dentro del vientre, tenerlo con ella, sentir el dolor que toda madre tenia al dar a luz, así como también experimentar la dicha y formar una familia como ella nunca la tuvo. Pero estaba claro que eso no se lo podía dar Abram, sin embargo ella lo quería...

Abram: ¿Y bien? Que me dices Latne? Sigues dispuesta a estar conmigo a pesar de que no voy a poder darte hijos?-pregunto mirándola seriamente pero ella no respondía y aun con dolor que sentía el sabia porque.-Creo que es mejor que te vayas hermosa.

Latne: Abram...-susurro y lo miro viendo el dolor que estaba formado en los ojos de él haciendo que a ella se le formaran lagrimas en los suyos.-Lo lamento, no volveré a molestarte.-dijo y se fue de ahí cerrando la puerta...

INDIFERENTESWhere stories live. Discover now