42.-Felicidad

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Los dos estaban exhaustos, rendidos y acurrucados en la grande cama, el cansancio fue su mayor recompensa para una noche llena de pasión, en la que ambos dieron todo el uno del otro, Samuel tenia entre sus brazos a Andrea, abrazándola como si quisiera que nunca se fuera, y eso mismo era lo que quería, después de tenerla, quería que ella se quedara para siempre con él, que nunca se apartara de su lado, pero sabia que eso no podía ser, por lo menos no por ahora.

Cerro los ojos y la abrazo con más fuerza saboreando el momento, sintiendo la respiración pausada de ella, y metiendo su mano sobre los cabellos húmedos a causa de lo que acaban de vivir, aunque también sentía culpa, debería haberla poseído con las cuidado, con más consideración, se repetía una y otra ves que no era su culpa ya que le había preguntado primero, pero aun así la culpa no se iba.

Andrea: ¿Estas despierto?-pregunto con vos perezosa sin abrir los ojos y Samuel sonrió depositando un dulce beso sobre su frente.

Samuel: No.-dijo suspirando y ella sonrió aun estando medio dormida.

Andrea: Yo si, por increíble que parezca. ¿Qué hora es?

Samuel: No importa, no te iras aun.-dijo rodeándola con los brazos y Andrea soltó una pequeña risita.-Te quedaras conmigo otro rato más.

Andrea: Que bueno que tienes pensado eso porque igual yo no pretendía irme. Es más si pensabas en ir a trabajar, pretendía secuestrarte.-dijo y el comenzó a reír.-Enserio, ¿No me crees? Yo puedo ser muy mala si me lo propongo, aunque seguro mi maldad te iba a gustar ya que te beneficiaria mucho.

Samuel: Todo muy bien, pero... pasando a otro tema más importante para mí ¿Por qué no me dijiste que eras virgen?-pregunto y ella borro su sonrisa.-Te lo pregunte y me dijiste que no lo eras.

Andrea: Bueno...que es la virginidad, una telita que se rompe y ya.

Samuel: Eso piensas?

Andrea: Eso es.

Samuel: ¿Por qué aun eras virgen?-pregunto y ella sonrió acercándose a él.

Andrea: Porque me estaba conservando para ti.-susurro y este sonrió.-Quería ser toda tuya rancherito.

Samuel: Esa es la mentira más grande que has dicho en toda tu vida.-dijo y ella comenzó a reír.

Andrea: Bueno, no se...el destino lo quiso así, además que nadie me había gustado, y excitado tanto como lo haces tu rancherito, aunque si que me dolió, ósea yo no se si parir es igual pero si es así, yo cero hijos.-dijo y él la miro. -¿Que?

Samuel: Este...anoche no me cuide.

Andrea: ¿De que?-pregunto sonriendo y después borro su sonrisa.-Ósea yo estoy limpia he!

Samuel: No me refería a eso! No me cuide para tener relaciones.

Andrea: Ahaaa bueno, eso no importa, Latne me platicaba que había unas pastillas para el día después, así que supongo no hay problema ¿no?.-pregunto y el negó acercándose a besarla haciendo que ella soltara un suspiro.-Me encantaría estar cien años así contigo. Dormirme entre tus brazos y despertar en ellos.

Samuel: ¿Solo cien? Noo mejor mil años.

Andrea: ¿Ay si verdad? Que tacaña soy.-dijo y el comenzó a reír volviéndola a besar.

El beso cobro vida tan pronto como los labios de Samuel comenzaron a moverse sobre los de Andrea, y después de unos segundos fue bajando de su boca a su cuello, mordisqueándolo y deslizando la lengua por el.

Andrea: Eres tan comestible Samuel Gallardo que me encantaría devorarte de nuevo, pero...si estoy algo sentida.-susurro y Samuel se incorporo preocupado.-No, no es nada de que preocuparse pero si me duele un poco.

Samuel: Debí haberte lastimado anoche, vez, por que no me dijiste que eras virgen, yo hubiera sido menos brusco contigo.-dijo algo molesto, pero no con ella sino con el mismo.

Andrea: Bueno ya! Acabamos de hacer el amor hace unas horas, no me regañes.-dijo haciendo pucheros y Samuel asintió sonriendo.-Sabes que quiero? Quiero comer, pero algo ligero, no se...fruta, jugo, pan tostado...

Samuel: Bueno, le voy a pedir algo de eso que quieres.-dijo levantándose.

Salió de la habitación para pedirle algo de lo que quería Andrea a Rosa, para después volver a entrar a la habitación y esperar a que Rosa entrara con algo de fruta, jugo, y leche, saliendo minutos después. Mientras ellos comenzaron a comer y platicar un buen rato, hasta que decidieron ir a la piscina, y pasar un rato ahí.

Samuel: ¿Sabes que es la ¿primera ves que estoy aquí? Desde que me mude a esta hacienda, es la primera ves que entro a esta piscina, o que estoy aquí en el jardín trasero, en medio del sol, jardín el aroma de las flores...

Andrea: Bueno, eso me alegra, quiere decir que soy la primera con la que estas aquí.-dijo acercándose a él y lo rodeo con los brazos para besarlo mientras el la sostenía por la cintura.

Samuel: Eres la primera en todo.-dijo y ella enarco las cejas.-Bueno si, casi todo, pero eres la primera mujer que roba mi corazón, eres la primera que me hace sentir cosas tan fuertes, te amo Andrea de junco.-susurro y ella sonrió besándolo con más pasión.

Andrea: ¿Quieres que echemos una carrera?

Samuel: ¿A donde?

Andrea: Hasta el final de la piscina y de vuelta aquí. Si quieres te daré tres brazadas de ventaja.-dijo con mucha confianza y este comenzó a reír.

Samuel: Tu me darás ventaja?-pregunto y ella asintió.-Esta bien, el ganador decide que hacer con el otro ¿Qué te parece?

Andrea: Echo.-dijo divertida mientras el la miraba fijamente y Samuel se preparo.

Dio tres brazadas y entonces vio que una bala pasaba a su lado. Divertido por el desafío se esforzó plenamente en la apuesta, había salido con mujeres a lo largo de los años en los que Andrea se había ido, con algunas tuvo oportunidad de jugar en los diferentes lugares a los que asistía, e incluso había sentido la tentación de dejarlas ganar, pero con Andrea, no tenia deseo alguno de perder y eso era lo que le encantaba.

Cuando dieron la vuelta tras hacer el primer largo, iban emparejados, no podía adelantarla, pero poco a poco con gran esfuerzo, consiguió robarle centímetros, cuando llegaron a la meta, Samuel solo hizo medio cuerpo delante de ella.

Andrea: Noo eso es trampa!-grito agitada mientras los dos llegaban a la meta asignada.

Samuel: No, claro que no.-dijo sonriendo y la tomo de la cintura.

Andrea: Contigo no se puede competir, haces trampa.

Samuel: Lo que pasa es que es difícil competir contra mi, y aceptar que te gane.

Andrea: La próxima ves no te daré ventaja.-dijo seria y el comenzó a reír.

Samuel: Te ganare de todas formas. Ahora como buena perdedora debes aceptar lo que quedamos.

Andrea: Bien, ¿Y que es eso que quieres?-pregunto colocando sus manos alrededor del cuello de este y se pego más a su cuerpo.

Samuel: Quiero...besarte de todas las maneras posibles, todo el día.-dijo sonriendo y se abrazo a él dibujando una ligera sonrisa.

Andrea: Entonces que esperas?-dijo y Samuel tomo su cara repartiendo besos dulces por sus mejillas, cejas, ojos, frente y la beso de una forma dulce cuando llego a sus labios...

INDIFERENTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora