Solo una mirada.

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Estaba demaciado confundida para entender todo. ¿Yo amo a Matteo pero estoy con Felipe? La culpa me invadía. Me puse a analizarlo. Siento que el Chico Fresa es todo para mí, pero al mismo tiempo, Felipe es me ha ayudado muchisimo, siempre estuvo ahí para mí y yo empezaba a quererlo. Pero es imposible olvidarme de Matteo si lo tengo cerca, es imposible amar a Felipe. Yo no quiero lastimarlo, él me ayudó cuando yo lo estaba. Mi cabeza daba vueltas hasta que llegó Nina.

- ¿Luna? ¿Que te pasa?

- Nina yo ya no sé ni lo que me pasa, así que a esa pregunta no te la puedo responder.

- pero, ¿hay algo que yo pueda hacer?

- solo abrazarme amiga. - Nina sonrió y nos abrazamos. Eso me hizo sentir mejor, aunque era un tanto dificil. - ¿y que tal va todo con Gastón?

- Todo va bien, resulta que lo que me escondía era la llegada de Matteo y nada más. Vamos a hacer un blog entre los dos.

- ¡Eso estaría padrisimo Nina!

- Gracias Luna - me giñó el ojo y sonó el timbre.

- Vamos, tenemos literatura.

En el pasillo ví a Matteo y me perdí. Mis lios amorosos volvieron a mi cabeza, y él a mi mente. ¿Cómo un chico Fresa podría haberme enamorado de esta forma? Nina me tomó del brazo y finalmente me llevó al aula.

- Basta Luna, concentrate. Tenemos clases.

- Perdón, es que solo...

- ¿Es que solo qué? - salió Felipe de la nada. - vamos Luna, tenemos clases. El profesor va a llegar y ustedes dos van a seguir charlando.

- Esta bien, ya entramos - le dije con una sonrisa forzada. Me dolía tener que ocultarle lo que me pasaba, pero no quería lastimarlo.

Luego de clases, salí para el Jam and Roller. Entré a la pista y mis problemas desaparecieron al instante. Patinar, saltar, rodar, liberarme. Sentí algo en mi pecho y me dí la vuelta.

- Veo que sigues siendo igual Chica Delivery - le sonreí y me acerqué.

- y pues claro Chico Fresa, nadie va a parar mis ganas de patinar.

- lo sigues conservando - vió hacia mi cuello, en donde estaba el collar que me había regalado.

- está siempre conmigo. - los dos levantamos la mirada. Era una de esas miradas las cuales habíamos tenido desde que nos conocimos.

Nos perdimos por unos segundos, hasta que por fín una palabra salió de su boca

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Nos perdimos por unos segundos, hasta que por fín una palabra salió de su boca.

- Vamos - me tomó de la mano - hay que patinar. - sus palabras me emocionaron y sin dudarlo patiné con él como antes, el viento en nuestras caras, nuestra cercanía, nuestro amor sobre ruedas. En un truco, caí en sus brazos y nuestras miradas volvieron a encontrarse. Me levantó.

-No sé como lo haces pero no puedo enojarme contigo. - le sonreí. En ese momento sentí como alguien besaba mi mejilla y me asusté.

- Hola preciosa. - era Felipe, cómo no.

- Hola Felipe, me asustaste - Matteo soltó mi mano y se fué. Yo traté de seguirlo pero Felipe me tenía acorralada. En ese momento sentí que lo perdía y un dolor se apoderó de mi corazón.

- Vamos a tomar algo, ¿te parece?

- Si, la verdad tengo que decirte algo importante.

No habrá distancia que Cambie lo que siento por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora