Corazones estrellados

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Punto de vista narrador omniciente

Luna llamó un par de veces a Matteo, pero este no contestaba. Mientras Luna moría de nervios, Matteo buscaba la manera de sacar a Paulina de su casa, y que todo fuera normal en la cena.

—Matteo, contestame, por Dios...—Luna observaba su celular. Luego fijo su mirada en el reloj. Eran las 4 de la tarde, y la cena comenzaba a las 6. Los nervios recorrían su cuerpo mientras buscaba que colocarse.

—Luna.—Alguien interrumpió sus pensamientos mientras ingresaba a la habitación... Era la señora Sharon, o más bien su tía...

—Señora.—Dijo rápidamente. La mirada de Sharon fue algo seria.—Lo siento, tía...

Era muy raro acostumbrarse a llamar a Sharon así.

—Te traje esto, espero que te guste. Pase por una tienda y pensé en que se te vería muy bonito.—Sharon le pasó una bolsa a Luna, y esta asintió con una sonrisa. De sus labios salio un pequeño 'Gracias'.

Su tía abandono la habitación y Luna procedió a observar el vestido que se encontraba en la bolsa. Era azul, demasiado lindo. Tomó de su cajita el collar del sol y la luna y se lo colocó.

Por otro lado Matteo aún no estaba listo, Paulina era demasiado... Intensa.

No paraba de criticar a Luna sin siquiera conocerla.

—Si te compró un pasaje a Marte, ¿te irás?—Dijo Matteo.

—Que chistosito eres, lindo.—Paulina arrugo su nariz y le sonrió a Matteo.

—Hijo... ¿Podemos hablar?—Matteo asintió saliendo de la habitación dejando a Paulina sola.

—¿Qué sucede? —Dijo cerrando la puerta.

—Comportate bien con Paulina si no quieres regresar a Italia. Sus padres nos ayudarán para que mi empresa no vaya a caer en la ruina. Y si tu dañas todo el plan, tendremos que volver.

Joder, joder, joder y joder.

...

Matteo observó su celular, tenia 15 llamadas perdidas de Luna. "Mierda" Pensó.
Faltaban minutos para que Luna llegará y el aún ni siquiera estaba listo.

— ¡Mi amor! — Paulina entró a su habitación, ella mágicamente ya se encontraba peinada y arreglada.

— No me llames así — Matteo gira los ojos — Creo que actúas así a propósito ¿no? — él tocó sus sienes, aquella actitud de Paulina ya le estaba molestando.

— Si — Paulina río — Pero igual te quería decir que no tu novia está abajo, oh, y tu padre aún no ha bajado.

— ¿¡Luna ya está aquí?!

Matteo miró su ropa, de cualquier forma no tenia ninguna diferencia a algo formal.

— ¡Owww! Que tierno ¿su nombre es Luna?

— No está abajo ¿no? — Matteo suspira frustrado, Paulina y sus juegos lo estaban cansando.

— No pero deberíamos ir bajando, por favor — Paulina le dijo y él asintió suspirando.

— Bien, pero no me toques.

Paulina se encogió de hombros, la verdad es que molestar a Matteo se estaba convirtiendo en uno de sus pasatiempos favoritos.

Luna caminaba por él ancho jardín delantero de la casa de Matteo, la verdad es que no habían dejado entrar al transporte de Luna y para no pelear decidió bajarse y caminar, de cualquier forma, solo serian unos metros ¿no?

No habrá distancia que Cambie lo que siento por TiWhere stories live. Discover now