Siempre estaré contigo.

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Me estaba costando bastante dormir con lo que había pasado. No puedo creer que descubrí quienes son mi verdadera familia. Mi cabeza daba vueltas como un carrusel. Me quedé hasta tarde hasta que por fín cerré mis parpados. Soñé, como siempre. En el sueño era una niña apenas y me sentía un tanto distinta.

- ¿Sol? ¿Donde estás preciosa?

- ¡mami! - corrí hasta los brazos de la mujer que había visto en todos mis sueños, que resulta ser mi madre.

- ¿y tu medallita donde la dejaste?

- en mi cuarto, ambar y yo estábamos jugando con ella.

- bueno, no hay problema. Voy a dejar calentar agua mientras voy y busco tu medallita. Te amo, ya vuelvo.

- Tambien te amo.

Estaba comiendo una galleta, cuando de la nada de la tetera empezó a salir humo seguido por fuego. No sabía que hacer, me desespé y corrí hacia el comedor. Podía ver como el fuego se extendía y avanzaba, y yo solo veía las brazas entretenida, era muy pequeña para entenderlo. Mi mamá bajó y vió que todo estaba envuelto en llamas y que yo estaba en una esquina, temblorosa. Corrió hacia mí, pero al caer los escombros era dificil avanzar. Pero no se dió por vencida, ví en sus ojos la valentía y el amor que me tenía. Una pila de escombros cayó justo entre nosotras.

- ¡Sol! ¡Sol! - trataba de estirar la mano para alcanzarme y yo le dí la mano. En ella se encontraba mi medallita, pero esta vez no era solo una luna sino que tenía un sol en el medio - siempre estaré contigo hijita.
Yo solo observaba su mano que acariciaba la mía. Sentí a alguien agarrarme y cargarme y se soltaron nuestras manos. Llevé mi medallita conmigo.

- ¡Mamá! ¡mamá! - Comencé a llorar y a patear para que me soltara, pero no había caso, no lo haría. El sentimiento de dolor, frustración y enojo ivadió mi estomago, extendiendose a todo mi cuerpo. Fué ahí cuando desperté.

Mi corazón palpitaba fuerte y había lagrimas en mis mejillas. Era de mañana. Pequeños rayos de sol se asomaban por mi ventana pero no me podían calmar de todas formas. El sentimiento de no haber podido luchar por ella seguía ahí.

- ¿Luna, estás bien hija? - mi papá, Miguel, se acercó a mí.

- Tuve una pesadilla, es solo eso.

- Bueno, ya pasó. Ven aqui. - lo abracé con ternura por un rato, lo necesitaba. Pude parar de llorar - creo que deberías tener esto. - obsevé como sacaba de su bolsillo una medallita en forma de sol. Era la de mi sueño, la que se encontraba en medio de la Luna.

- ¿y eso?

- es la otra parte de tu medallita, Luna. Tuvo un largo camino hasta que llegó a mis manos. Cato se la regaló a Amanda y ella aceptó devolvertela esta mañana. De todas formas, es parte de tí, hija. - la agarré delicadamente y la observé. La coloqué en mi medallita de luna y encajaba a la perfección. Sentí algo extraño dentro de mí, me sentí completa.

Sonreí y recordé las palabras de mi madre cuando me entregó la medallita: "Siempre estaré contigo hijita"

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Sonreí y recordé las palabras de mi madre cuando me entregó la medallita: "Siempre estaré contigo hijita" . Eso me reconfortó y alivió mi pesar. "Gracias mami" dije en mi mente.

Dos horas después...

Llegué al Blake, con mi medallita en mi pecho y sintiendome segura, acompañada. El baile de mascaras se acercaba y yo ya no podía esperar. Me perdí pensando, como siempre, la distraida Luna en la luna.

- ¡Luna!

- Hola Nina, ¿cómo estas?

- ¿cómo estas vos? Digo, ¿te sientes bien?

- muy feliz, soñé con mi mamá. Mi subconsciente me ayudó a recordarla. - Todo el tiempo, fué como si ella quisiese comunicarse conmigo a través de mis sueños. Ahora lo entiendo. Desde ahí me cuida, me avisa, me advierte.

- que bueno amiga, quiero que sepas que estoy aquí para ti.

- gracias Nina, significa mucho para mí. - sentí labios en mi mejilla y me dí la vuelta.

- ¡Matteo! - lo abracé con fuerza. Solo con tenerlo cerca, me hacía reir y quererle contar todo.

Me dí la vuelta otra vez para ver a Nina.

- yo me voy a....hacer tarea de historia. Nos vemos. - le sonreí, sus típicas escusas para dejarme sola con Matteo solían molestarme, pero luego, empecé a agradecerle.

- ¿cómo estás Chica Delivery?

- muy bien de hecho. Amanecí un poco triste pero ahora estoy mejor.

- soñaste algo, ¿verdad? - una sonrisa se dibujó automáticamente en mi cara y lo empujé levemente.

- ¿pero cómo lo sabias? ¿Me has estado espiando o qué?

- simplemente lo sé, cuentame. Quiero saberlo todo con detalle.

 Quiero saberlo todo con detalle

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No habrá distancia que Cambie lo que siento por TiWhere stories live. Discover now