No habrá distancia que Cambie lo que siento por Ti

Tan perfecta, tanta tentación.

Punto de Vista de Luna

Estaba en el Jam and Roller, pidiendole a Nico que porfavor me hiciera un sandwitch, estaba realmente hambrienta. Sentí a alguien a mi lado y me dí la vuelta creyendo que era Matteo. No, era Felipe.

- Te extraño - me dijo agarrando mi mano. Yo la retiré, incomoda.

- Ya dejamos claro que somos amigos Felipe, lo siento.

- No puedo evitarlo. - se acercó sin darme tiempo de contestar y me robó un beso. Ni cuenta me dí y lo retiré rapidamente.

- ¿Cual es tu problema Felipe, cómo te atreves? - me dí la vuelta llena de coraje y me alejé. Creía que había sido bastante clara con él.

Punto de vista de Matteo

Saliendo del bar, me detuve a acomodar mis patines, era insoportable el dolor que me estaban causando. Paré por un segundo, me senté y levanté la vista. Ahí estaba ella. ¿Cómo podía ser tan perfecta? Pensé en vencer la tentación de ir a hablarle. Inmediatamente, el coraje, el enojo se apoderó de mí cuando ví a Felipe acercarce. "Que pesado, por Dios" susurrabs mientras me levantaba. Pude notar que la besó y mi mundo se detuvo por completo. No podía soportarlo, y los celos se apoderaron de hasta la ultima celula de mi anatomía. ¿No habían cortado? Me dí la vuelta, no quería ni verlos y salí a la velocidad de autos de carrera.

El dolor era un sello marcado en mi cuerpo, y era imposible quitarmelo. Patiné, y sin darme cuenta, cruzé la calle. Pude sentir un impacto, y veía todo en cámara lenta. No ví más que una simple luz y al Sol, que parecía que me miraba, me cuidaba. Unos instantes después cerré mis ojos, todo estaba borroso, tanto que ya ni sabía quien era.

Punto de vista de Simón

Patinamos, reímos, nos caímos. La risa al estar juntos era inevitable. Pero el estar con ella me traía a cada rato una ola de confusión, no sé que siento por ella. Lo que sé es que veo más de lo que imaginé, me doy cuenta que Ambar no es tan mala después de todo.

- Simón, contigo siento que puedo ser yo misma, gracias por eso. - me sonrió, y aún en el piso, me abrazó.

- Me encanta estar contigo Ambar, no tienes por qué agradecerme.

- Nos levantemos, antes que alguien caiga por culpa nuestra - reímos y nuestras miradas se encontraban.

- Buena idea. ¿Te parece ir a comer algo esta noche? - mi propuesta la sorprendió, pero me sonrió.

- Me encantaría. - la verdad nunca creí que la vería de esta manera. Era raro y nuevo para mí.

Punto de vista de Luna

Salí patinando y pasaba por el parque, hasta que ví a muchisima gente rodeada en la calle. Me acerqué a averiguar de qué se trataba, porque al igual que distraida, soy muy curiosa. Ví a una señora y fuí a hablar con ella.

- Disculpé, ¿que sucede?

- Acaban de atropellar a un chico, la ambulancia está viniendo.

- necesitan ayuda?

- si, lo tenemos que cargar para la vereda, los autos se están quejando porque no pueden pasar.

- no hay problema. - me acerqué y pasé entre la gente. Miré abajo y mi corazón se detuvo. Horrorizada, grité.

- ¿¿¡Matteo!?? - mi voz estaba quebrada y toda la gente voltió a verme porque yo lo conocía. Sin pensarlo me arrodillé rapidamente, raspando mis piernas, pero no le dí importancia, pues quien yo amaba estaba agonizando en el suelo. - Matteo no me dejes, te lo suplico. - temblaba y él abrió sus ojos lentamente. Me miraba y trataba de hablar, aunque no podía. Yo no pude más y empecé a llorar.

- L.. Lu.. ¿Luna?

- Si, Matteo soy yo, estoy aqui contigo.

- No t.. te al alejes. - me decía con su tono agonizante y tembloroso. Cada palabra era una puntada en mi pecho.

- Shhh.. Shh. No hables, ya viene la ambulancia. Yo no me aparto, te lo prometo. - dije mientras lloraba, quería abrazarlo, pero tenía un miedo enorme a hacerle daño.