Ni la misma oscuridad puede evitar que te sienta

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- ¿Podemos ir al Jam and Roller? - lo pensé dos veces, si íbamos tal vez alguien la llamen "Luna". Pero recordé que había avisado a todos su situación, asi que supuse que simplemente no cometerían el error de hacerlo.

- Por supuesto. Vamos, estamos cerca. - patinamos hasta allí y entramos. Tamara nos vió y se sorprendió. Me hizo señas, así pasaramos a la pista. Apenas entramos, ella se dejó llevar. Dió vueltas sonriendo, estirando sus brazos hasta parar e invitarme a venir. Y fué ahí donde me sentí como antes, patinar con ella era algo que no cambiaría por nada. Solo el notar su mirada en mí y su risa me hacía temblar.

- Eres increíble patinando Chico de los recuerdos. Debo admitirlo.

- Suelen llamarme "El rey de la pista".

- ¿Ah si? - dijo riendose de mí.

-Así es.

- Tengo que contarte mi sueño, después de todo, eres el unico en quien confío.

- Aqui estoy para escucharte. - dije mientras empecé a patinar de espaldas para poder estar frente a ella.

- Bueno, mi mamá apareció.

- Espera, ¿la recuerdas? - dije interrumpiendola.

- Por supuesto, a ella no la olvidé. Después de todo, es mi guía, mi guardiana.

- Entiendo.

- bueno sigo, ella me dió a elejir entre la luna y el sol. Dijo que debía averiguar quién era, y que tenga paciencia.

- tiene sentido, y ¿ya te inclinas por alguno?

- no tengo idea. Tu dime cómo era.

- no puedo decirte nada, pero no puedo ocultar que tienes partes de la luna y el sol. Tu debes averiguarlo por tu cuenta. - no tardé en recordar nuestro día en la asotea, cuando le dije "eres Luna pero brillas como el sol".

- tienes razón, gracias. Pero debo decirte que te pediré ayuda en esta busqueda de mi misma.

- con gusto seré tu chico de los recuerdos. - me sonrió y se sonrojó mirando hacia abajo. Volví a su lado y seguimos patinando.

Pasaron horas charlando, riendo y patinando juntos de las cuales no nos percatamos. Las luces se apagaron, ya el Jam and Roller estaba cerrando. Paramos y nos miramos, aunque apenas podíamos notar nuestros ojos en la oscuridad.

- No sé porqué siento que cambiaste mi vida. De alguna forma, hay algo que nos une que es más fuerte que nosotros. Y no necesito de mi memoria para darme cuenta. - su repentina confesión hizo que me estremeciera y ya no importaba todo lo demás. Literalmente estabamos solos y a oscuras. Como la extrañaba. Como extrañaba a mi Luna, la dueña de mi corazón. Esas palabras parecían ser de ella, aunque no lo eran del todo. - te recordaré y sabré quien eres.

- Eso espero. Hasta entonces, yo seré quien esté ahí para ti. - sentí una mano tocar mi mejilla suavemente. De ahí partió hacia mi cuello.

- no entiendo cómo puedo sentir algo por alguien que apenas conozco.

- me conoces más de lo que crees, puedo jurarlo.

- ¿tu solías sentir algo por mi? ¿O sientes?

- no puedo decirte si sentía, pero ahora puedo decirte que si siento.- no pude resistirme, necesitaba decirle que la amaba, después de todo, ¿que tenía yo para perder?

- es suficiente para mí. - no podía verla, pero su sola presencia se notaba. El ambiente había cambiado totalmente y podía respirar sus suspiros. Las luces se encendieron y pude ver sus ojos. Solo sonreí a la luz de sus ojos.

- ¡Chicos! ¿Qué hacen acá? El Jam and Roller ya cerró y vine a revisar la pista. - dijo Tamara y al darnos cuenta nos asustamos.

- Lo sentimos, no nos dimos cuenta Tamara. - dijo ella mientras yo la miré con sorpresa.

- ¿me recuerdas?

- si, no recuerdo mi nombre pero el tuyo si. Solo ver tu cara me dió un flashback. - Tamara la abrazó con ternura. Había estado muy preocupada por Luna, y saber que estaba bien la hizo sentir bastante bien.

Finalmente salimos del Jam and Roller y llevé a Luna a su casa. Se lo ofrecí a Tamara, pero ella se quedaría un poco más.

- Gracias por este día, fué increible. - dijo mientas subía las escaleras de la puerta principal y se daba la vuelta para verme.

- No fué nada.

- Además humilde, no dejas de sorprenderme chico de los recuerdos. - volvió a bajar las escaleras rapidamente y besó mi mejilla. - nos vemos pronto.

- adios. - mi corazón se aceleró y ví como se alejaba lentamente con una sonrisa en su rostro con facciones tan perfectas que parecían ser tal cuales a una diosa.

No habrá distancia que Cambie lo que siento por TiWhere stories live. Discover now