C4: Terminó

11.9K 934 92
                                    

<Día Presenté>

La vena de su frente estaba conectada con la de su cuello, sus alas se abrieron, eran negras se asemejan a la coloración del carbón. Sus ojos parecían estar llenos de odio.

Estaba jadeando y sudando. No podría aguantar más, con sus alas él era más veloz qué yo, comúnmente nosotros los vampiros no nos cansamos, pero él me hacía débil, tenía poder.

Yo también podría dejar salir mis alas, pero si lo hago, mi sed por la sangre se acrecentaría.

Unos pasos se escuchaban acercarse. Por su sonido supuse que eran enormes, en el momento imagine que serían los hombres lobo, que habían despertado.

-No..-murmuré.

No podía parar de huir, el hombre de atrás me llevaría con la princesa vampiro, algo que nadie quiere.
Estuve huyendo de él, recorriendo la mitad del bosque.

Rozando las ramas llenas de espinas, Haciéndome ligeras cortadas en mis brazos y piernas.

De un momento a otro ya no estaba la persona, la había perdido.

Entre los arbustos salió alguien..

—Iker, ¿Que haces aquí?—  pregunte cruzando los brazos y planteandome en el camino de esté.

Meses antes.

Entré a la pista de baile, iría con Ian, pero me detuve al ver como Briana se ponía al frente de él y ambos bailaban con ternura, dulzura, provocando envidiar su relación amorosa.

Entré a la pista de baile, iría con Ian, pero me detuve al ver como Briana se ponía al frente de él y ambos bailaban con ternura, dulzura, provocando envidiar su relación amorosa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Hola Aída— alguien me habló detrás, su voz era masculina, se me hacía reconocida, pero no recordaba quien era.

Me dí la vuelta encontrándome con él mejor amigo de Iker. Un chico alto, de cabello rubio, ojos como la miel, y unas cejas gruesas.

—Hola Steve

—Que linda te ves, creó que siempre, pero no puedo decírtelo por tu "gran" novio Iker— hizo comillas en gran.

Por su apariencia, tono de voz, lo que decía parecía estar vacilando.

—¿Cuanto has tomado?— me le acerqué y puse mis manos en su barbilla.

—Solo un poquito

Estaba mintiendo, Todo el mundo sabe que cuando en una noche hay alcohol, te pasas de copas tomando de más, y alcohol se apodera de algunas personas, bueno entre ellas está Steve.

—¡Uy! Hueles muy mal, creo que debes irte— exclamé mientras hacía una cara de mal gustó, olía demasiado a alcohol.

—Pero yo quiero estar contigo— tomó mi mano —¿Bailamos?

Inmortales I: Prisionera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora