28: Muchedumbre lista

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Aída Pierce.

El aire fresco de la mañana se cuela por una pequeña ranura abierta en la ventana, Raymon y yo nos vamos despertando lentamente, casi a la vez.  
El vampiro me mira sonriente y a la vez satisfecho.

Me cubrí completamente con la cobija y me pongo de pie para dirigirme al baño. Tenía pensado tomar una ducha fría. La verdad que lo de anoche lo disfrute demasiado, no me arrepiento de nada. 

Justo cuando iba en camino al baño, Anzel y Glenn abren la puerta divertidos, pero su expresión cambia a seriedad cuando me miran andando desnuda pero cubierta con la cobija, y a Raymon en la cama semi desnudo.

  —¿Que hacen aquí?—  les pregunta Raymon. — ¡Largo!—  pega un grito, pero los dos chicos seguían inmóviles analizando la escena.

Realmente estaba apenada, así que corrí al baño. Igual solo me faltaban uno que otro paso para llegar. 

—¿Que le hiciste?—  escucho como Anzel le pregunta a Raymon.

— Creó que eso esta claro..—  responde.

— Déjenme con Aída.—  les ordena mi amigo pero no escucho movimiento por parte de ellos. —  Estoy hablando en serio.—  dice algo mas rudo. 

Raymon se ríe pero al final se va junto a Glenn.

  — Sal de ahí—  me pide Anzel mientras toca la puerta del baño. La abro lentamente y su rostro de decepción me hacia sentir demasiado mal, como si realmente hubiera hecho algo malo. Se sienta en el borde de la cama mientras me mira fijamente.

— Anzel— murmuro y me siento a su lado. —Solamente quiero decirte que..—el chico me interrumpe. Casi espantandome.

— Tienes que contármelo todo, y cuando digo todo, es TODO—   Dice emocionado y con la sonrisa que lo caracteriza. 

— Ay dios mio— suspiro —. Me habías asustado. 

El chico se comienza a reír burlón.

— Solamente deja me cambio ¿si? —  le digo mientras me miro de pies a cabeza, pues la verdad no es nada confortable andar con esta cobija.

— Si, pero rápido. —  dice.

A velocidad vampiro tomo la ropa que estaba sobre el tocador de la habitación, corro al baño y ahí me cambio en cuestión de segundos. Salgo y nuevamente me siento aun lado de Anzel.

—¿Como estuvo?—  pregunta sin más.

— Cuando ustedes se fueron, comenzamos a besarn— me interrumpe.

— Sabia que no debería dejarlos solos, bueno, continua.

Le cuento todo, omitiendo algunos detalles, obviamente. Al finalizar, era yo la que quería saber que había pasado en esa fiesta.

— ¿Te lo suelto así sin más?—  asiento —. Iker y Soraya lo hicieron..

— Oh...—  digo —.Espera, ¿tú como sabes eso? 

— No tenía donde pasar la noche, entonces fuí a tu casa. Cuando abrí la puerta me encontré a Iker encima de Soraya. Lo estaban haciendo en la sala.

 — Ay Anzel...— me rió — ¿y que hicieron cuando te vieron?

  —Iker dijo "no le digas a Aída" luego Soraya me grito que me largara.

— Por eso te amo.—  continuo riéndome.

— Todavía paso algo más..— dice aun mas intrigado. Definitivamente su alimento son los chismes. — ¿recuerdas al hombre lobo sexy?

Inmortales I: Prisionera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora