Epílogo

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*Mensaje importante, 2da temporada ya lista en mi perfil*

Aída Adamson.

Los nervios me persiguieron en ese momento, invadiendome por completo. Pero levanté la mirada, encontrándome con la sonrisa y ojos llorosos de Raymon. Tan azules y serenos, esfumando mis temores.

Solté una sonrisa mientras continuaba caminando, pero cada vez el aroma era más penetrante. Miré a los lados atemorizada y no noté nada extraño, o alguien desconocido. Volví a sonreír y puse en lo más alto mi mirada.

Mi padre procede por entregarme a Raymon que continuaba con su sonrisa deslumbrante.

En ese momento, escucho la voz del hombre que nos iba a casar. Siento como todo empieza a desenvolverse rápido.

—Estamos aquí reunidos para presenciar la unión de Raymon Adamson y Aída Pierce..

Una sonrisa en mi rostro se forma de oreja a oreja.

—Pero antes de comenzar, si alguien tiene una oposición con está unión, que hable ahora o calle para siempre.— menciona e inmediatamente ambos volteamos a los invitados que continuaban sentados con alegría en sus ojos.

—Bueno, parece ser que nadie tiene inconvenientes, por lo tanto procederemos con está ceremonia.

Miró a Raymon fijamente llenandome de alegría con tan sólo un intercambio de miradas.

—Raymon Adamson, ¿Quieres recibir a Aída Piece como esposa, y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y así, amarla y respetarla todos los días de tu vida?

—Si, acepto— declaró.

—Yo, Aída Pierce, prometo amarte y honrarte siempre. Prometo permanecer junto a ti en lo bueno y en lo malo. Prometo ser la más comprensiva en la enfermedad y la tristeza. Prometo entregarte mi alma.

Sonrió emocionada mientras siento como lentamente mis lágrimas se sumergen. Realmente nunca había sentido dicho sentimiento, una emoción de felicidad pura, sin egoísmo, sin engaños, únicamente amor.

Nos entregan los anillos. Estaban preciosos, tan delicados y finos.

—Me entrego a ti, Aída Pierce, esté día, para compartir mi vida contigo. Puedes confiar en mi amor, por que es real. Protegeré tus sueños como tus esperanzas. Todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo desde este momento hasta la eternidad.— declara Raymon mientras me coloca el anillo con amabilidad.

—Desde este momento me entrego a ti, como tú mejor amiga, fiel compañera, confidente, amante, para toda nuestra inmortalidad.— prosigo por situar la joya en su dedo anular.

Fue entonces cuando el sujeto pronunció las palabras célebres.

—Yo los declaró marido y mujer.— manifestó. —Puede besar a la novia.

Su sonrisa era cálida, amorosa, serena, dulce, tierna. Era una sonrisa que afloraba desde dentro, mientras que sus ojos cristalinos brillaban.

Pasó sus manos por mi cintura, y yo por su nuca, hasta que unimos nuestros labios, provocando un beso lento y apasionado. Justo en ese momento siento como los invitados comienzan aplaudir de pie.

—¡Que vivan los novios!— grito Anzel desde su lugar.

Nos separamos con delicadeza, ambos con una sonrisa en nuestros rostros, estábamos contentos, felices y entusiasmados por el inicio de está nueva aventura. Caminando de la mano salimos del patio, para después pasar al salón que estaba decorado de bellos adornos florales blancos, todo lucia hermoso y resplandeciente.

Inmortales I: Prisionera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora