24: No lo merecía

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Aída Pierce.

Estoy aterrada, no sé de qué es capaz de hacer la princesa, pero sí está decidida en matar a mi mejor amigo, yo también estoy decidida en arriesgar mi vida por él.

¿cuál problema tiene contra Anzel?

Él sólo es un humano, no puede causar tantos problemas..

—¡Déjalo en paz!— le grité mientras me acercaba —¡Maldita zorra!

La cazadora me tomo de un hombro y me alejó de la princesa vampiro.

—Hay que seguir el plan— susurró en mi oído.

Me giré hacia ella y suspiré unas tres veces, estaba desesperada. Mi mejor amigo, mi hermano, su vida ahora mismo depende de mi.

—Que malos modales tiene está niña— me lanzó una mirada furibunda.

—Si lo tocas una vez más, acabaré con nuestras vidas— dije con tono desafiante.

—¡Uy! Que miedo— se comenzó a reír como loca, estaba doblada de la risa, carcajeandose y resoplando —Llevo milenios en este mundo, ¿Crees que temo irme?

Tragué saliva.

—Entonces ¿Porque hace todo esto?— pregunté —¿porque le gusta dañar a los demás?

—Porque quiero y puedo..— encogió los hombros. —Y eso es justo lo que haré.

En cuestión de segundos, la princesa penetró sus colmillos en el cuello de Anzel.

—¡No!— Solté un fuerte gritó.

Enseguida la cazadora me giró hacia ella, estaba lista para sacar mi corazón, pero en un cerrar y abrir de ojos, llegó Raymon y arrancó la cabeza de la cazadora sin pensarlo.

—¡¿Que haces?!— le grité y a la vez golpee su pecho, —Oh no, Anzel— me di la vuelta hacia la princesa, y se encontraba peleando contra Glenn, pero mi amigo estaba tirado, mientras su cuello no paraba de derramar sangre.

Corrí sin más hacia Anzel.

—Vamos Anzel— le decía mientras movía su cuerpo, intentaba que reaccionará, pero no logré nada, sus ojos estaban cerrados, como si estuviera soñando profundamente, su cuello llenó de sangre y sus labios rojizos sin vida.

—¡Anzel!— gritaba con desesperó, necesitaba darle los primeros auxilios, de algo me tuvo que servir fingir ser una humana durante años.

Me coloqué, y empecé, en el centro del pecho, exactamente debajo de una línea imaginaria trazada entre los pezones, coloqué las dos manos juntas y comprimi el pecho hacia abajo varias veces. Esperando una reacción por parte de él.

Después de 30 compresiones, realicé dos respiraciones de rescate y revisé los signos vitales. Pero las respiraciones seguían bloqueadas, no había respuestas por parte de él.

—tienes mucha vida por delante— murmuré mientras mis lágrimas caían.

No puede ser.

No hay manera.

Mi mejor amigo está muerto.

Anzel murió a manos de la princesa Vampiro.

Estaba desesperada es como caer en un agujero, es algo que lo controlas o puede acabar contigo sin titubear, el odio me consumía, la venganza, el enojó, la tristeza, la pérdida, el coraje, todas juntas me hacían daño. Mi respiración era entrecortada, solamente no podía creerlo.

Inmortales I: Prisionera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora