C11: Él Gran Alfa

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Aída.

Enseguida los chicos comenzaron a murmurar, él joven que contaba con una arma la sacó de su pantalón y apuntó hacia nosotros.

—Creo que no nos entendemos..— dijo Glenn viéndolo fijamente, causando escalofríos y temor en él chico

—Ustedes son los que no entienden, ¿vinieron hacerse los graciosos? ¡perfecto! Ya saquen la cámara..— se defendía el humano mientras movía su pistola de un lado hacía otro, me daba miedo que le fuera a disparar accidentalmente a sus amigos.

—¿Los graciosos? Espera, ¿Hemos dicho un chiste?— decía Raymon mientras se le acercaba —¿Esto te parece una broma?— abrió la boca para mostrarle sus colmillos y sus ojos que se tornaban a rojo.

Inmediatamente él joven humano se hizo para atrás, por poco caía al suelo, no podía mantener el equilibrio por el miedo.

Sus amigos de alrededor se ponían de pie lentamente, intentando que nosotros no nos diéramos cuenta. Pero yo ya los veía, de igual manera yo no iba a decir nada.

—Raymon déjalo...— le dije desde atrás.

Esté se giró para verme directamente a los ojos y sonrió irónico, ahí fue cuando se escucho un balazo, pues el humano había aprovechado para defenderse con su inútil arma.

Raymon se retorció un poco la espalda, ya que en esa área es donde había impactado la bala. Él Vampiro se rió e inmediatamente se volteó para ver al joven.

—No debiste haber hecho eso..— le murmuró, y ahí fue donde en un dos por tres Raymon le cortó la cabeza, pude observar como no le había importado, sólo tomó su cuello y lentamente lo arrancó, provocándole un fuerte sufrimiento.

Oh Dios mío...

Glenn se rió, tenía una mirada como si estuviera viendo una obra de teatro, una película. Estaba entretenido.

Yo no me lo podía creer, hace años que no veía una escena como esa, sólo no podía ver más.

Todo iba también con la huida "discreta" de los demás hasta que se escucho como alguien había pisado una rama.

Inmediatamente el menor los volteó a ver sonriente. Una sonrisa malévola.

—¿Iban alguna parte?— les preguntó esté.

Los pobres chicos negaron con la cabeza, estaban más que asustados.

—Bueno en minutos es su turno, si quieren disfrutar sus últimos momentos, no se muevan.— les ordenó esté.

Me sentía muy inútil, no podía defender a esos humanos, y menos como estoy ahora, sin fuerzas ni energía.

Sentía como mis venas comenzaron arder más de lo normal, pues la sangre del chico muerto estaba formando un lago.

Me acerqué lentamente y así poderme alimentar, me sentía muy culpable, pero esté ya había muerto, así que esto sería mejor a tomar a alguien vivo.

A penas me ponía de rodillas para así beber, pero Raymon me tomó del brazo y me levantó.

—No tan fácil, Mejor carne fresca..— me dijo esté y a la vez veía a los humanos que estaban sentados.

Me llevó hasta ellos, y lo único que podía sentir era su sangre.

—Hazlo, mi pequeña Pierce..— dijo Glenn entusiasmado.

Lo fulmine con la mirada y no hice nada.

—Hazlo— me gritó Raymon.

—No quiero hacerlo..

Inmortales I: Prisionera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora