C8: Un Adamson

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Aída.

Creo que Ian Tanner, es un chico muy presumido, me llamo la atención pero no es para tanto.

—¿Piensas que muero por tí?— le pregunté.

Iker se rió.
—no lo se, dímelo tú, recuerda que también soy Vampiro y puedo escuchar como tú corazón se acelera al yo estar cercas de tí..

—¿Y por eso me gustas según tu? Si me aceleró es por el miedo que te tengo..

Ambos se rieron.
—¿Entonces de que era el proyecto?— cambio de tema Iker.

A los lados había otros alumnos trabajando, entre ellos Anzel y mi hermana.

Primero grabamos la zona de los casilleros y salones, en esa parte me tocó explicar a mí, mostrando como es el interior del instituto.

—Ire a ver si tienen cargador— dijo Iker mientras salía de los pasillos para ir a donde están los demás, dejándome con Ian.

Sólo asentí, y voltee a ver mis notas, para saber que más teníamos que hacer.
—¿Que me va a tocar explicar?— me preguntó Ian mientras se me acercaba.

—Checa estás hojas, donde diga tu nombre es lo que dirás..— le pasé unos papeles.

Se me quedó viendo fijamente.
—¿Pasa algo?— le pregunté.

—No, sólo que tienes unos ojos muy lindos..

Me reí, sabía que era mentira.
—No tengo tiempo para tus bromas..

Él se comenzó a reír, como si de repente me hubiera convertido en el payaso de la fiesta.

—Vampiros..— murmuró este, como si estuviera agobiado de nosotros.

—Híbridos— lo imite.

El me volteó mientras fruncía el entrecejo.
—Mujeres— esté dijo con el mismo tono.

—Hombres..

Se le escapó una sonrisa tan linda, como si el chico malo hubiera desaparecido pero eso se esfumó enseguida volviendo a su cara de seriedad y atractividad.

—¿Nunca sonries?— pregunté mirando los papeles que tomaba entre mis dedos.

—¿Por que hacerlo?

—¿Por que no hacerlo?— el me volteó a ver frunciendo el ceño.

—Porque no quiero— me dijo y a la vez sus ojos se tornan a naranja, como los de un hombre lobo.

—¿Seguro? ¿O es tu gran personaje de "chico malo" que no te deja?— lo provoqué y a la vez me le acerqué.

El arqueó una ceja —¿Un personaje? ¿Eso crees que soy?— se me acercó demasiado.

—Y sacado de una película muy mala

Este me tomo de los brazos y me llevo contra la pared, su respiración se sentía en mi piel, luego el calor de su sangre que se acumula en sus labios haciendo que se vean aun mas rojizos, mire sus ojos y sentía una enorme sensación, tenía miedo.

—No te hagas la ruda conmigo cariño— este me susurraba en la boca, acompañado de una sonrisa irónica.

—¿Hacerme la ruda?— pregunté, sus ojos me veían fijamente, su mirada simplemente me penetraba, causandome escalofríos, —Yo no me hago la ruda

Esté me miró irónico, una mano la deslizó hasta mi cintura, causandome muchas emociones a la vez.

— Entonces no te hagas la valiente — susurró en mi oído, había sentido sus labios tocarme.

Inmortales I: Prisionera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora