25: Desaparecido

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Aída Pierce.

No estaba cansada, pero no tenía ganas de hacer algo, quería pensar en todo lo que ha sucedido, ¿Cómo me van a desvincular de la princesa Vampiro? Sólo espero que ésto no se de a conocer en todo el mundo, porque sí un vampiro, hombre lobo, bruja o híbrido, quiere matar a la princesa, me buscarán a mi y acabarán conmigo fácilmente.

Raymon que me sujetaba de la mano se me quedó viendo fijamente con una sonrisa de lado. Creó que sigue sin comprender el hecho de que quiero pensar.

—Estoy hablando en serio Raymon— me suelto de su agarré e intentó alejarme de él.

Escucho como suspira enojado, y sus pies presionan el piso para que lentamente se acerquen hacia mí. En un abrir y cerrar de ojos Raymon está justo al frente mío.

—Entiendo, no seré egoísta otra vez. Te dejaré con Anzel—  me sonríe falsamente y se retira del lugar.

No dije nada, sólo miré como se alejaba, para después subir las escaleras y dirigirme directamente a mi habitación que es donde se encontraba Anzel.

Ahí estaba el nuevo vampiro, acostado mientras se cubría con mi sabana roja.  No quise despertarlo, se veía demasiado cómodo, por lo tanto tomé mi pijama, que era un short y una camisa de tirantes negra.

Me tumbe en la otra cama, que era la de mi hermana, cubierta de un poco de polvo, hace semanas que Soraya no duerme aquí y la suciedad se acumulado. Debería preocuparme, pero la verdad es que no es así.

__________

No sé qué hora era, pero me había despertado repentinamente. Me puse de pie para ir a servirme un poco de sangre que había en la nevera, pero me detuve al darme cuenta que la otra cama estaba vacía, sólo mi sabana roja a mitad de colchón. Anzel no estaba.

Baje las escaleras corriendo y preocupada pero no había nadie, continuaba sin encontrar a Anzel. Grité su nombre un par de veces, pero no obtenía alguna respuesta. Nuevamente subí las escaleras y tomé mi celular, dí click en su nombre y comencé a llamar, pero a los segundos se escuchó una canción de Ariana Grande en mi habitación, era su sonido de celular, el de Anzel. Lo había dejado aquí.

Caminé por todo el lugar, hasta llegar a la cocina, donde me encontré todas las botellas de sangre que quedaban vacías. Anzel las había bebido todas.

Después de revisar y gritar, verifique que Anzel no estuviera en ningún sitio de la casa. Tenía que encontrarlo. Me coloqué los tenis que tenía a la mano, con mi celular a la mano y mi pijama puesta salí a la calle en busca de mi amigo.

—¡Anzel!— grité tres veces, pero sólo ocasionaba molestia a los vecinos. Llamé a Soraya, tal vez seguía con los hombres lobo  y se encontraba ahí el novio de Anzel, bueno su pretendiente, la verdad ya no sé que son.

—Soraya, ¿Estás con los hombres lobo?— dije al teléfono.

—Hola hermana, de nada por encontrar una solución para desvincularte, ah sí, estoy muy bi— dice Soraya a través de la llamada, enseguida la interrumpo.

—¿Estás con ellos si o no?— insisto.

—Si lo estoy, por cierto, todos son muy atractivos, más que los dos vampiros que traes..

—¿Está ahí el novio de Anzel?

Se queda callada pero alcanzó a escuchar movimiento.

—Soraya es urgente— presionó.

—No quería despertar a Liam— susurra.

¿Liam? ¿Quién demonios es?

—¿Liam? ¿En serio Soraya? ¿Con un hombre lobo? Que bajo caiste— me quejó, supuse enseguida que habían tenido relaciones, —Como sea, ¿Está ahí el chico?

Inmortales I: Prisionera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora