C16: Adiós Pierce

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CAPITULO CORTO ★

Aída.

Me encontraba en una carretera vacía, iluminada por la luz del semáforo que cambiaba a amarillo constantemente.

El sonido de los extraños gruñidos habían vuelto, pero esta vez se intencificaban como si hubiera una manada detrás mío.

Me di la vuelta y estaba él, parado con sus ojos brillantes, con sus colmillos listos para atacar, y su respiración acelerada por la necesidad de sangré.

Estaba lista para correr, y solo había una opción que sería hacia al bosque, el bosque lleno de mis enemigos, los hombres lobo.
Pero ahora ellos serán el menor problema.

Corrí como vampiro, mirando hacia todos lados, estaba asustada.

Sentía como las ramas detrás mío se quebraban, el me seguía, es igual de rápido que un vampiro.

Le llevaba ventaja, pero aún así no me había alimentado, más que solo una copa de sangre, eso me hacía débil.

El bosque estaba repleto de pinos enormes, a los segundos se escucharon aullidos a lo lejos que hicieron volar a algunas aves que posaban en las copas de los pinos.

Los hombres lobo habían despertado.

¿Como fue en que me metí en esto?
Sólo era cuestión de quedarme con los hermanos Adamson, tenía que obedecer, posiblemente ellos me ayudarían.

No,no, claro que no, ellos son cobardes.

La vena de su frente estaba conectada con la de su cuello, sus alas se abrieron, eran negras se asemejan a la coloración del carbón. Sus ojos parecían estar llenos de odio.

Estaba jadeando y sudando. No podría aguantar más, con sus alas él era más veloz qué yo, comúnmente nosotros los vampiros no nos cansamos, pero él me hacía débil, tenía poder.

Yo también podría dejar salir mis alas, pero si lo hago, mi sed por la sangre se acrecentaría.

Unos pasos se escuchaban acercarse. Por su sonido supuse que eran enormes, en el momento imagine que serían los hombres lobo que habían despertado.

-No..-murmuré.

No podía parar de huir, el hombre de atrás me llevaría con la princesa vampiro, ó no sé que tiene en mente.
Estuve huyendo de él, recorriendo la mitad del bosque.

Rozando las ramas llenas de espinas, Haciéndome ligeras cortadas en mis brazos y piernas.


Actualidad.

De un momento a otro ya no estaba la persona, la había perdido.

Después de un largo recorrido huyendo, pude esconderme entre los grandes árboles verdes, estaba agotada, me sentía mal, tal vez no fue la mejor opción huir, pero esté híbrido viene por mí, y realmente los Adamson solo piensan en ellos mismos, así que me entregarían.

Había dejado de escuchar pasos, hasta que ví a un sujeto parado entre los arbustos viéndome fijamente. Mi temor me estaba consumiendo. Sólo supuse que era el híbrido que me perseguía, hasta que lo ví acercarse y noté que era Iker.

-¿Iker?- pregunté confundida.

-Aída..- murmuró sorprendido.

-¿Que haces aquí?

—Fueron por tú hermana, y supuse que también lo harían contigo..

—¿De que estás hablando?

—Primero hay que irnos de aquí. Iremos a la casa de Ian, con los Tanner.

—¡Pero explícame qué está pasando!

—Deja de hablar. Estamos en medio del bosque, luego responderé tus preguntas.

Él tiene la razón.

Lo seguí, mientras ambos mirábamos a nuestro alrededor por sí alguien se nos acercaba.

Llegamos a la carretera, y un carro negro estaba estacionado en la orilla de esta.

_____________

Ian estaba aún costado de nosotros, se le notaba ansioso. Sus padres no paraban de hacer llamadas, estaban preocupados.

—Iker, ¿Me puedes explicar?

—Tus padres...— decía nervioso —La princesa los tiene.— soltó.

—¡¿Que?! No, no puede ser... Es una broma ¿cierto?

—No Aída— mencionó Ian.

—Ellos siempre la han respetado.., ¿saben por que los tiene?

Todos negaron con la cabeza.

—Espera.. ¿Y Soraya? Iker ¡¿Donde está?!— le grité con desesperó.

—Fueron por ella también...

¿Que demonios pasó en estos días?
Odio a los Adamson, pude haber estado con mi familia cuando lo necesitaban.

Hay que ir a buscarlos.— Opté, pero a ninguno se le veía que eso fuera una opción.

—Okey, no me acompañen, iré sola, pero antes necesito saber en donde se encuentra la Princesa.— los miré, y ninguno decía nada, todo lo que yo decía era una opción suicida.

No les importó, sólo suelten la información.

Iker, por favor, es mi hermana, mi familia..— suplique, pero a él parecía no importarle.

—Si vas, morirás.— está vez habló Ian.

Lo miré extrañada, ¿a el que le importa?

—A ti eso nunca te importo.

—Si vas, te acompañaremos..— dijo esté.

—No gracias, a ustedes los harían pedazos— dijo Raymon al abrir la puerta de la casa junto a Glenn.

No,no,no.. ¿Por que siempre aparecen en todos lados?

—Nosotros te acompañaremos.— dijo Glenn.

—No, nadie me acompañará, y menos ustedes, por malditos cobardes.

Ian se puso a un lado mío, y preguntó.
—Alguien lo tendrá que hacer, ¿Quien quieres que sea?

—¡Ninguno! Yo puedo sola, y prefiero morir sola a estar arriesgando otra vida.

—No me importa, yo iré contigo— me reto Glenn mientras se me acercaba.

—No Glenn, me demostraste que eres un maldito cobarde, con eso fue suficiente.

Los padres de Ian, me miraban extrañada, sí, parecía una demente, estaba desesperada, enojada con todos, y a nadie le importaba mientras mi familia tal vez estaba sufriendo.

Perdón si fue el peor capítulo.
Lo escribí súper rápido y sin muchos detalles, pues he estado en proyectos.
Como siempre, muchas gracias ❤

Inmortales I: Prisionera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora