-35

9.2K 693 43
                                    

―dale de comer a esa mierda― uno de ellos habló― me está poniendo nervioso su llanto.

―lo estás asustando― le dije, lo más calmada que pude― no grites todo el tiempo y él dejará de llorar.

El hombre se giró en el auto y me miró.

―¿Por qué escapaste realmente?

―no te importa― Badr puso su pequeña manito en mi cara― Rahim puso en riesgo la vida de mi bebé y eso era algo que no podía permitirme.

―pues Rahim no tiene idea de que has dado a luz― comentó el segundo― ni de que seguías embarazada― dijo mientras se metía una manzana en la boca― pensó que lo habías perdido.

―qué buena sorpresa se llevará ese tipo― dijo el primero.

Badr dejó de llorar cuando pasé mi mano por su cabecita. Tenía miedo de que Rahim fuera a hacerle daño. Tenía miedo de que Rahim se las cobrara con Badr por mi culpa. Tenía tanto miedo...

―¿A dónde están las demás? ― pregunté.

No estaba segura de querer oír la respuesta.

―las que se identificaron han sido devueltas con sus esposos y ellos decidirán sus castigos― comentó el de la manzana― las demás... han sido matadas.

Quise llorar.

―pensé que nos irían a matar a todas.

El que manejaba se giró, dejando de ver la ruta.

―todavía estoy a tiempo― me gruñó― si no cierras la puta boca, lo haré.

Cerré los ojos, intentando que eso no me afectara.

Tenía que ser fuerte. Por Badr, por mí.

Mi bebé se aferró a mi dedo pulgar cuando toqué su carita y me sonrió.

―hola, pequeñito― le susurré. Él se rio― sh, no debemos hacer ruido.

―ahora el bebé se ríe, genial― comentó el que manejaba. Parecía ser el más cascarrabias.

―¿Quieres que llore? ― le dijo el copiloto― ya bastante con tener que escuchar los gritos de su esposo por teléfono― sigiuió― además, la mujer está portándose bastante bien, solo hablas demasiado― me miró en la última parte.

―lo siento.

No es que me hubiera rendido, pero tenía que reorganizar mis prioridades. Ahora no era más escapar. Ahora tenía que cuidar de mi hijo y si eso implicaba mantener la boca cerrada y portarme bien, lo haría.

―Rahim se va a llevar una interesante sorpresa― comentó el tercero. El que estaba sentado a mi derecha― cuando vea que su esposa está viva y que además su hijo ha nacido...por cierto, ¿Qué tiempo...?

―nació prematuro― respondí― Badr nació con siete meses.

―¿Y ahora? ― miró al bebé en mis brazos― ¿Qué tiempo tiene?

―menos de dos semanas― musité.

El copiloto me miró por el retrovisor y frunció el ceño.

―deberíamos llevarlos a un hospital antes― dijo.

―está bien― me apresuré― él nació sano, solamente se adelantó el parto.

No hablaron― ni yo― por varias horas. Habíamos pasado el hospital del que me había escapado y en ese momento estábamos entrando a la ciudad. No faltaría mucho para llegar a la casa de Rahim

Saghir, amor árabeTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang