Casa Hogar #7

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Namjoon se sentía un tanto molesto. Se encontraba frente a aquel edificio blanco con ventanas enrejadas y una puerta bastante descuidada, donde al lado estaba una placa con el nombre "Casa Hogar #7" y una campanilla. Llevaba más de veinte minutos ahí y ya estaba desesperado.

Acababa de colgar la llamada con Seokjin, quien se disculpaba argumentando que había tenido un problema en su restaurante y apenas había salido para ir a su encuentro, donde pedirían por doceava ocasión informes para adoptar. No se hallaban desesperados, pero sí un tanto hartos de ser tratados igual en los lugares a los que iban.

El peliblanco consideró irse a caminar, tal vez a por un café mientras terminaba de esperar. Su pareja haría alrededor de media hora para llegar a donde estaba la casa hogar. Miró al edificio de tres pisos, le daba desconfianza. Desgastado, y muy descolorido, no parecía ser un lugar para niños.

Negó con su cabeza, preferiría preguntar en otra parte. Apenas dio unos pasos la puerta fue abierta y por ella salió una mujer mayor, de la tercera edad. Nam no le iba  a tomar importancia, hasta que vio por el rabillo del ojo que al bajar los escalones se tambaleó.

Por instinto se giró y estiró los brazos, para protegerla de la caída. Por suerte ella logró tomar el barandal y estabilizarse. Soltó una carcajada, aliviada por el susto, mientras que Namjoon volvía a sentir su corazón latir apresurado.

--¿Se encuentra bien?-- preguntó acercándose a la mujer y ofreciendo su mano, para que bajara los restantes escalones sin problema.

--De maravilla-- respondió aceptando el gesto del joven hombre, soltando su mano hasta que llegó a la acera --, te agradezco el gesto.

--¿No está mareada o algo? No debería salir si se siente mal.

Ella volvió a reír, negando con la cabeza --Un pequeño dolor de rodilla no impedirá que me mueva, tengo que salir, y cuando debo hacer algo, lo hago.-- le dijo la mujer.

Y dicho aquello, volvió a agradecer y se puso en marcha, avanzando por la acera. El hombre la observó, preguntándose si debía ofrecer su ayuda o no. No tenía nada que hacer, y aquella mujer parecía necesitar ayuda para caminar.

Suspiró y ordenó a sus pies moverse, llegando hasta su lado --Si me lo permite, la acompañaré.-- y ofreció su brazo, a pesar de ser más alto lo colocó en un ángulo en el que ambos pudieran avanzar cómodos.

--Oh no jovencito, no quiero quitarte tu preciado tiempo.

Namjoon rió, insistiendo --No podría malgastar mi tiempo ayudando a una hermosa mujer-- ella soltó una carcajada, deteniéndose --, vamos, en serio deseo ayudarla.

Finalmente la mujer colgó su brazo y siguieron avanzando por la calle --Mi nombre es Jin Kyong, mucho gusto muchacho ¿Y él tuyo?

--Kim Namjoon, un placer.

Y continuaron caminando, y hablando hacia un lugar desconocido para el más joven.

*****

Para cuando Jin llegó, había recibido un mensaje ya hacia rato de su pareja diciéndole que ya estaba dentro. Aquello le confundió un poco. Una vez frente a la puerta tuvo la misma primera impresión que Namjoon, el lugar no le agradó.

Sin embargo, subió los escalones y tiró de la campanilla para avisar su llegada. No esperó mucho cuando, como si fuera su casa, Nam le abrió la puerta --¡Hola!-- se veía muy sonriente, y aquello provocó lo mismo en Seokjin --Pasa, quiero presentarte a alguien.

El corazón de Jin se aceleró, a la vez que se adentraba al lugar y era tomado de la mano por su novio. La puerta se cerró sola, y la pareja avanzó por una descuidada sala de espera hasta una oficina.

La misma mujer que los atención, junto con una muchacha muchísimo más joven que ellos, estaban sentadas en un sillón.

--Buenas tardes.-- saludó el recién llegado, inclinándose un poco para adelante.

--Jin, cariño, te presentó a la dueña del lugar, Jin Kyong-- se sorprendió por dos cosas. Por ser llamado de esa manera frente a las mujeres y por tener el mismo nombre que la mayor de la sala, pero de igual forma mostró su encantadora sonrisa --, y su nieta Min Jee.

--Namjoon me ha hablado mucho de ti en este tiempo-- comentó la mujer mayor, indicando con su mano que tomara asiento. Así lo hizo el confundido Jin, sin soltar a Namjoon obligándolo a sentarse a su lado en una de las silla frente a un escritorio --, me mencionó que quieren adoptar.

Su sonrisa comenzó a borrarse, pero no se dio cuenta de ello. Simplemente estaba consternado. A todos los lugares que habían ido les había pasado lo mismo, habían sido rechazados por gente más joven que era mujer. Y ahora, ella, que seguro superaba los 70 años, los observaba con cariño y aceptación.

--La acompañe a comprar algunas cosas que faltaban para la cena y me fue imposible no contarle de nuestra situación una vez y tomé confianza-- le dijo Nam, acariciando su mano --, quiere ayudarnos.

Ella asintió, y Seokjin quiso llorar y abrazarla, pero se quedó congelado --No les niego que será difícil, vivimos en un país un tanto homofóbico, sin embargo no es su totalidad. Mi nieta me ha ayudado mucho a comprender como es el mundo actual, y sé sacar ventaja de algunas cosas.

--Ya hemos ayudado a parejas homosexuales antes-- habló por primera vez la chica y les sonrió --, no sé preocupen, trabajaremos duro para darles lo que desean.

--Gracias.--murmuró Jin, casi sin voz, estaba a nada de llorar. Namjoon lo captó y apretó su mano.

--Agradézcanos cuanto tengan a un pequeño en sus brazos-- Jin Kyong, con ayuda de la muchacha se puso de pie y fue hasta el escritorio, tomando asiento en una silla --, pero primero tengo que hacerles unas preguntas ¿Comenzamos ahora?

--Sí, por favor.-- respondieron los al mismo tiempo, y los cuatro en el cuarto soltaron una pequeña risa. La alegría flotaba en el aire.

Cosas De Padres - NamjinWhere stories live. Discover now