Fin de semana

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El viernes había llegado, con él cumpliéndose dos días desde el incidente de V. La buena noticia era que ya no había más peleas, la mala, era porque se ignoraban.

Interactuaban lo necesario entre ellos, pues al convivir el día entero les era inevitable no tener ningún contacto. Ya no había gritos, peleas ni competencias. El único que continuaba como si nada era Jungkook, quien podría decirse estaba hasta más feliz. Se la pasaba hablando todo el día y de un lado a otro, encantado con la inactividad de sus hermanos.

Hoseok y Jimin se la pasaban dibujando y coloreando, normalmente en el comedor o en la sala, mientras que Tae y Yoongi ocupaban el cuarto jugando con sus carritos a control remoto o con sus demás juguetes.

La pareja habló con los cuatro niños, sin lograr nada de provecho. Seguían molestos. Obvio no se iban a rendir, y ya estaban en el proceso de jugar una carta más para hacer que los niños se llevaran bien y acabaran las peleas.

Jungkook iba en medio del asiento para cuatro personas adultas, en su silla especial, muy seguro y "cantando" lo que sonaba en la radio. A su derecha estaba Jimin y a su izquierda Taehyung, ambos también en sillas. El menor por meses jugaba con unos animales y el cachetón ya estaba dormido. Detrás de ellos, en otro asiento para cuatro, Yoongi iba mirando con indiferencia por la ventana, con su ya típica expresión neutral. Y Hoseok no se quedaba a tras con miradas desanimadas, solo que él observaba el suelo de la camioneta rentada, suspirando cada tres minutos.

En los asientos delanteros, Namjoon iba atento al camino de la carretera y Seokjin iba a su lado poniendo música desde su móvil mientras se comía una bolsita con gomitas por sí solo.

Ese fue el plan de Nam, compartir con los niños un fin de semana alejados de la ciudad (desde el viernes temprano hasta la tarde del domingo), para que conocieran un nuevo lugar y tal vez crearan buenos recuerdos juntos. El mayor se volteó un momento, sonriendo al verlos a todos en sus lugares. Oraría para que las cosas funcionarán de una vez, nada le alegraría más que verlos a todos convivir como verdaderos hermanos. 

Los ojos inexpresivos de Yoongi observaban el pasar de la carretera, como cada vez se introducían en un área boscosa. Estaba decidido a no dejar que ellos arruinaran el viaje, aun sin saber cual era el destino. Por primera vez en su vida salía de la ciudad, y aún mejor, con sus padres y Tae. Aprovecharía cada segundo.

--¿Ya casi llegamos?-- la voz de Tae sonó por sobre la música, y Seokjin sonrió al oírle. Era la cuarta ocasión que preguntaba eso en los últimos veinte minutos.

--Ya casi Tae, ¿Quieres una gomita?-- le preguntó Jin. El pequeño asintió una y otra vez dejando caer sus juguetes para estirar sus manitas en la espera del dulce.

--¡Quiero dulce!-- gritó Jungkook al ver como le daba un puñado al castaño. Seokjin le dio una menor porción al pelinegro, y no pudo evitar reír al ver como Tae se comía la mitad de pronto y lo demás lo guardaba en el bolsillo de su suéter.

--Tae, sabes que no debes poner los dulces en tu ropa.

Hizo un puchero y los sacó para sostenerlos con una de sus manos mientras que con la otra los llevaba a su boca.

Mientras todo eso pasaba, Namjoon entró en la zona donde pasarían tres días y dos noches. Un lugar boscoso en medio de una montaña, completamente verde gracias a la temporada de lluvia y a los continuos cuidados. Una ola de bellos recuerdos llegó a la pareja, allí habían disfrutado uno de sus tantos aniversarios. Pasaron por la caseta y pagaron sus entradas y las de Yoongi, los demás entraron gratis al ser menores de seis años. 

Luego de un intercambio de información y de una hoja que validaba la renta de una de las cabañas, el amable señor les dio las llaves del lugar donde se hospedarían y les dejó pasar.

Quienes se hallaban despiertos de los menores, observaron con sus ojitos bien abiertos a su entorno, asombrándose con tanta naturaleza junta. De pronto la emoción les embargó, y también la curiosidad.

Los dedos del conductor tamborearon al volante con una radiante sonrisa, tenía una gran confianza aquel lugar y estaba seguro de que a los niños les encantaría. Sus ojos divisaron una zona con cabañas. En total eran ocho, y estaban ocupadas tres contando la de ellos, eso lo supo al ver los autos estacionados fuera de estas.

Se estacionó, y junto a Jin, bajó del auto. Entre los dos retiraron los cinturones de los inquietos niños, Jungkook y Tae brincaban en sus lugares, rogando ser liberados para ver el lugar, mientras que Jimin apenas se tallaba sus ojitos tratando de encontrarle forma a algo de su difuminada vista. Hoseok y Yoongi no se esperaron y se pasaron por sobre el asiento por sí mismos, para salir corriendo por las puertas abiertas.

--¡No vayan al lago!-- gritó Jin provocando que frenaran.

--Papi Jin, yo quiero ver.-- Tae agarró la parte inferior de su camisa mientras tiraba de ella y brincaba.

--Iremos cuando ayuden a bajar las cosas y las metamos a la cabaña.-- les dijo, y los niños accedieron de mala gana.

Seokjin y Namjoon se miraron contentos por el  entusiasmo de los menores. Les esperaba un gran fin de semana.



Cosas De Padres - NamjinWhere stories live. Discover now