Preocupados

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--¡Ya!-- sollozó Hoseok cuando el algodón con alcohol hizo contacto con su mejilla. Jin hizo una mueca, más de impotencia que de desesperación, y continuó limpiando el rasguño.

Apenas Namjoon le notificó de su estado, Seokjin se disculpó una y otra vez con sus compañeros y se fue del trabajo, un poco calmado con eso ya que su madre estaba ese día y le aseguró que ella se encargaba de todo.

Al llegar a casa, cambió de ropa a su pequeño encontrándose con más marcas. Rasguños en sus brazos y rostro, una mordida un poco más arriba del codo, en su mano, raspones en la rodillas y moretes regados por el cuerpo, él más notorio era uno en el estómago. Parte donde se marcaba la suela de un zapato en su ropa.

El pequeño lloraba ante el ardor que le causaba el alcohol, sentado en las piernas de Nam mientras Seokjin limpiaba las heridas hincado frente a los dos. Y los padres, por supuesto que se sentían preocupados por eso, bastante angustiados por ver todas esas marcas en su cuerpecito. Y lo peor, era que él no decía nada, no quería explicar que había ocurrido en la escuela.

--Perdón Hobi-- murmuró Jin, mordiendo su labio --, es para que estés bien. 

El menor cerró sus ojos, esperando otra vez el contacto, pero no pasó nada. Ya había acabado. El castaño dejó al algodón sobre la mesita ratona, acarició la mejilla no lastimada, con cariño.

》Ya acabe.

Y menor levantó poco a poco su cabeza, abriendo solo un ojo para ver a Seokjin.

--¿Ya?

--Sí, ya está hecho-- le sonrió, por muy poco tiempo pues sus ojos no podían despegarse de esa marca en su mejilla. Llevó su mano a su mentón, acariciándolo --. Hobi, ¿Nos vas a decir ya que pasó?

Hoseok se volteó a otra parte. Ya estaba lejos de la escuela, lejos de sus compañeros, ya podía hablar en la seguridad de su hogar, pero seguía prefiriendo no decir nada.

Se impulsó para bajarse de las piernas de Namjoon, siendo en seguida sostenido del brazo cuando tocó el suelo --Hoseok.-- susurró el peli rosa, mirándolo con una mueca. Le dolía ver que el menor no confiaba en ellos. Le dolía verle lastimado, y sin poder hacer algo para defenderle. 

El pequeño se zafó, para irse corriendo hacia su cuarto, ignorando que dejaba a Seokjin y a Namjoon con el pecho adolorido. Vieron como desaparecía en el pasillo, donde sus hermanos habían estado espiando todo lo que había ocurrido antes. 

Seokjin suspiró, dejándose caer en el sillón, para ocultar su rostro entre sus manos. Deseaba gritar de la impotencia, deseaba sacar a Hoseok de esa escuela, deseaba ponerle un escudo para que nadie le hiciera daño jamás en su vida. Pero no podía.

Sintió la presencia de su novio a su lado, cuando Namjoon se sentó a su lado, del mismo ánimo que él --¿Por qué no quiere decir nada?

La pregunta de Jin provocó que Nam suspirara, recargándose en el respaldo del sofá y dejando caer la cabeza, para ver el techo --No lo sé.

Guardaron silencio, tratando no solo de encontrar una respuesta a las incógnitas de su cabeza, también intentaban escuchar algo, pero todo estaba en silencio. Ni siquiera se oía a Jungkook gritar o decir algo, no, la casa entera estaba sumida en una seria aura.

--Seguramente la maestra se ponga al pendiente, y descubra quién le hizo eso.-- Jin escupió las últimas palabras con rabia. Realmente no soportaba ver a Hoseok en ese estado.

Nam asintió cerrando sus ojos --Probablemente, pero me gustaría que Hoseok nos lo contara-- en eso concordaban los dos --. O tal vez nos lo diga pronto, habrá que dejarle solo un rato.

Jin levantó la cabeza, mirando al pasillo con una muy notable expresión de preocupación. 

En la habitación de los pequeños, los otros cuatro miraban a Hoseok, quien se había envuelto a su sabana, oculto en su cama. No hacía ruido alguno, solo sabían que estaba ahí por el movimiento creado por su respiración, y por que vieron como entró ahí.

--¿Hobi?-- Jungkook preguntó preocupado, comenzaba  a pensar que esa sabana verde era en realidad un monstruo que se estaba comiendo a su hermano.

Se puso de pie, con la intención de caminar hacia la cama, pero Jimin tiró de su camisa regresándolo al suelo --No Kookie, quédate aquí.

--¿Y si se murió?-- la pregunta de Taehyung salió de la nada, mientras el pequeño mostraba una expresión preocupada --. ¿O se convirtió en zombie?

 Jimin abrió sus ojos asustado, mirando a su hermano mayor. Recordaba que esos monstruos se caracterizaban por tener heridas en la piel verdosa, y él había visto unos rasguños y raspones en su hermano. 

Miró al mayor --Yoongi hyung, Hobi hyung no se va a convertir en zombie, ¿Verdad?

Él negó lentamente, no muy seguro. Siempre existía la probabilidad de que eso fuera lo que ocurriese. No sabía, pero tenía que investigarlo, era su obligación como hermano mayor.

Se levantó del suelo, miró a los tres pequeños y luego regresó su vista al bulto. Con un poco de inseguridad avanzó hasta la cama, listo para correr en caso de que Hoseok fuese un muerto en vida que se lanzaba a atacarle. Rápidamente negó con su cabeza, los zombies no existían, se repitió mientras sus pies le acercaban al pequeño. "Solo existen en las películas"; pensó. Se quedó quieto frente a la cama, examinando la pequeña figura. Se notaba que estaba en posición fetal, y solo de tan corta distancia, pudo notar que lloraba. Los sollozos eran casi imperceptibles.

Poco a poco se hincó en el suelo, con el colchón quedando a la altura de su estómago. Se inclinó, tomando con sumo cuidado una parte de la sabana para levantarlo. Por un momento, Hoseok hizo fuerza para que no le descubriese, por lo que se quejó en voz alta cuando ambos comenzaron un pequeño tironeó. Cansado, Hoseok se rindió, y Yoongi pudo levantar la sabana lo suficiente para ver su rostro. Obviamente tenía los ojos un tanto rojos, al igual que su nariz brillante de la punta, por las veces que pasó su mano tratando de limpiar lo mocos. Sus ojitos miraron al pálido sin expresión alguna por unos momentos, hasta que intentó dar la vuelta para llorar tranquilo, dando la espalda al mayor.

Al hacerlo, Yoongi vio por primera vez de cerca el rasguño en la mejilla, raspones en su frente, y demás las heridas que Jin había estado limpiando. Dejó caer la sabana, cubriendo el cuerpo del pequeño de vuelta. Se giró hacia sus hermanos menores, notando sus expresiones de preocupación. Se suponía que él era el hermano mayor, tenía que protegerles.

Se sintió decepcionado de sí mismo. No solo tenía que velar por el bien de Tae, ahora él tenía cuatro hermanos menores, y por lo menos debería estar al pendiente de ellos. 

Se subió a la cama con cuidado, acercándose a donde estaba la cabeza de Hoseok --Uhm, Hoseok-- empezó a decir, nervioso --, prometo cuidarte. Ya no te van a molestar.

Tal vez no se había expresado con las mejores palabras, o dicho todo lo que había pasado por su mente, pero dijo la verdad. Quería cumplir su palabra. Se bajó de la cama, para regresar con los otros pequeños, sin saber que esas palabras hicieron que Hoseok dejase de llorar por un momento.

Cosas De Padres - NamjinWhere stories live. Discover now