LUEGO DE HACER NEVAR EN TODO el hemisferio norte y en alguno que otro país del sur donde me dieron ganas de causar leves cambios meteorológicos, me dirigí al Taller de Norte. Cuando llegué, todo era caos y yo todavía no había hecho ninguna jugarreta. Los yetis iban tan rápido de un lado a otro, actuando como si se les fuera la vida, que ni siquiera notaron mi presencia.
—Hola Phil —saludé al enorme yeti parado frente a mí.
Traté de pasar por su lado, pero me bloqueó el camino.
—¿Qué? —Estaba cruzado de brazos y me miraba molesto. Luego, señaló la salida con su brazo izquierdo—. ¿Me estás botando? —Él asintió—. Tú no me puedes botar, solo Norte podría y aun así no me iría, quiero ver cómo es el día de navidad aquí, he estado esperando años para poder ver este lugar así de atareado. No me lo vas a malograr.
Volé sobre Phil, iba tan alto que ni siquiera él me podría alcanzar. Me reí de sus intentos por evitar que me adentrara en el taller, pero al final dejó que me fuera. Es decir, no voy a causar tantos destrozos.
Fui hasta la oficina de Norte, donde él estaba leyendo una gran lista. Los niños buenos y los malos. Me pregunto si todavía figuro en la lista negra o si ya me sacó de ahí porque ahora soy un guardián.
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Me rehúso a creer en Jack Frost | MRCJF #1
FanfictionBianca es una chica de 16 años que vive en un orfanato. Su día consiste en trabajar, trabajar y trabajar para luego llegar y tener que darle casi todos sus ingresos a la insufrible de Roberta, la dueña del orfanato. Ella no cree en ninguno de los cu...