Bianca es una chica de 16 años que vive en un orfanato. Su día consiste en trabajar, trabajar y trabajar para luego llegar y tener que darle casi todos sus ingresos a la insufrible de Roberta, la dueña del orfanato. Ella no cree en ninguno de los cu...
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—¡BIANCA! ¡QUÉ BUENO ES VERTE de nuevo! —exclamó nada más y nada menos que Norte.
Con sus grandes manos me tomó de los brazos y me levantó del piso como si yo fuera una muñeca de trapo. Posó un beso en cada una de mis mejillas y luego me dejó en el suelo.
—Por favor entra, te hemos estado esperando —manifestó. Sonaba demasiado alegre, yo por otro lado, seguía estupefacta y sin la habilidad de decir una sola palabra.
Norte no se veía para nada como antes. En lugar de su cabellera blanca, tenía cabello castaño corto y su barba ya no se encontraba reposando sobre su pecho, esta no pasaba de su mentón, por lo que era capaz de ver su cuello. Sus ojos; sin embargo, seguían siendo el mismo color azul de siempre. Su altura y contextura tampoco habían cambiado.
Cuando por fin regresé de mi trance, pregunté—: ¿Quién me espera?
—Sandy, Tooth y yo, por supuesto —respondió—. Estamos muy preocupados por Jack y Conejo, no sabemos nada sobre ellos.
—Bueno, creo que puedo ayudarte con eso —confesé.
Norte me miró extrañado, yo sonreí y giré sobre mis pies para llamar a los dos guardianes que seguían escondidos detrás del auto. Ambos se asomaron al oír mi voz y se alegraron de ver a Norte.
