Bianca es una chica de 16 años que vive en un orfanato. Su día consiste en trabajar, trabajar y trabajar para luego llegar y tener que darle casi todos sus ingresos a la insufrible de Roberta, la dueña del orfanato. Ella no cree en ninguno de los cu...
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GRITÉ EL NOMBRE DE BIANCA VARIAS veces luego de que desapareció en la niebla. Es tonto, lo sé, ella ya no estaba, no me oiría, pero necesitaba hacerlo, necesitaba llamarla. Aun me aferraba a la idea de que todo esto era una pesadilla, no puede ser real, me rehúso a creer que todo lo que ha sucedido no es más que producto de mi imaginación.
Esto tiene que ser un sueño, es un sueño, es un sueño.
«Recuerda que esto no es un sueño. Te vamos a necesitar». Las palabras de Bianca resonaron en mi cabeza una vez más.
Esto no podía ser un sueño. No. Si lo fuera, entonces, yo ya habría despertado. Además, no creo tener la imaginación para crear todos estos eventos. Todo lo que Bianca me dijo era verdad. Las personas que conocí son seres mitológicos. Son guardianes. Santa Claus y todos los demás son reales, siempre lo han sido.
He sido un idiota.
Debí hacerle caso a Bianca desde un inicio, de haberlo hecho, todo esto no habría sucedido. Tal vez los guardianes no estarían inconscientes en la sala, habrían luchado contra el hombre de negro con cara de pervertido. Si hubiese creído en las palabras de Bianca, ella seguiría aquí.
Giré mi cabeza en dirección a la sala cuando escuché un ruido. Noté, entonces, que Jack se había despertado.
—¿Qué pasó? —preguntó. Cuando notó mi presencia, noté una mirada acusatoria—. ¿Qué hiciste?
