Bianca es una chica de 16 años que vive en un orfanato. Su día consiste en trabajar, trabajar y trabajar para luego llegar y tener que darle casi todos sus ingresos a la insufrible de Roberta, la dueña del orfanato. Ella no cree en ninguno de los cu...
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TUVE UN SUEÑO DE LO MÁS RARO.
Caminaba por un espeso bosque, los árboles y el gras estaban cubiertos de nieve, era de noche y no había nadie más conmigo. No tenía frío a pesar de estar con un simple polo y un par de jeans, ni siquiera llevaba zapatos, iba descalza. Llegué a un lago congelado y en el centro había algo. Por alguna razón, mi yo del sueño, no consideró que sería estúpido caminar sobre el hielo, así que lo hizo. Al llegar al centro, noté que había un báculo, era de color plateado y en uno de los lados tenía una aguamarina, o al menos eso era lo que me parecía, ya que no soy experta en piedras preciosas.
Había alguien al otro lado del lago, me miraba con una sonrisa. Quería hablar con esa persona, pero cuando intenté, no pude. Sentí que alguien trató de quitarme el báculo de las manos, así que empecé a forcejear para que eso no sucediese. Me di cuenta, en ese momento, de que ya no me encontraba en el lago, sentía que estaba sobre un objeto suave, como un malvavisco, pero aún tenía el báculo en mis manos y aún trataban de quitármelo.
Por alguna razón sentí que debía proteger ese extraño báculo. Abrí los ojos para encontrarme con un hombre, no, con un chico. Él trataba de quitarme el báculo y me molesté. ¿Quién diablos es él? Antes de que él pudiera reaccionar, lo tomé por su casaca y lo lancé sobre la cama (el malvavisco que había sentido) y me coloqué sobre él. El báculo lo presioné contra su cuello, mientras me mis rodillas evitaban que pudiera levantar sus brazos.
