Bianca es una chica de 16 años que vive en un orfanato. Su día consiste en trabajar, trabajar y trabajar para luego llegar y tener que darle casi todos sus ingresos a la insufrible de Roberta, la dueña del orfanato. Ella no cree en ninguno de los cu...
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Abril, 1705—Siglo XVIII
NO APARTAMOS LA MIRADA DEL otro. era la primera vez que él era consciente de mi existencia y no sé cómo sentirme al respecto. Antes nunca me habían visto, no los adultos. Así que esto era nuevo y me ponía nerviosa. A pesar de eso, no podía dejar de mirarlo. Había una conexión, solo no podía descifrar de qué tipo era.
Ambos nos analizamos. Antes no había notado que su cabello estaba algo húmedo y pequeñas gotas caían de las puntas en su frente. Tampoco que estaba descalzo y, por consiguiente, tenía los pies sucios. También noté que era alto, más que yo. Además, sus ojos pardos brillaban, aunque también podía ser por el sol. Lo admitiré, él era bastante atractivo. No es que eso importe, en realidad. Él es un simple humano.
—¿Ya la puedes ves? —la voz de la pequeña nos sacó del extraño trance en el que nos habíamos sumergido.
Rápidamente, aparté la mirada de Jack y me enfoqué en el lago a mi lado derecho. El sol estaba en lo alto y hacia brillar el agua. Se veía precioso.
—S-sí —contestó él, se oía nervioso.
¿Se habrá asustado al verme? Después de todo, soy un espíritu, la parte racional de su cerebro debería pensar que soy un fantasma. Solo que, técnicamente, no lo soy, ya que no soy incorpórea para quienes creen en mí.
