Bianca es una chica de 16 años que vive en un orfanato. Su día consiste en trabajar, trabajar y trabajar para luego llegar y tener que darle casi todos sus ingresos a la insufrible de Roberta, la dueña del orfanato. Ella no cree en ninguno de los cu...
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Abril, 1705—Siglo XVIII
SI TUVIERA QUE ELEGIR MI lugar favorito en todo el mundo, entonces elegiría Francia. No hay duda en ello. Hay algo en ese país que me ha atraído siempre. Recorrer sus calles me fascinaba, en especial adoraba sobrevolar el Palacio de Versalles. Había presenciado toda su construcción, aunque aún seguían adicionándole cosas—lo juro, el rey no se satisface con nada—; para mí el palacio ya era hermoso y por eso amaba visitarlo, como ahora.
Damas y caballeros de las mejores familias caminaban por los jardines y la entrada del palacio. No había una persona que no perteneciera a la alta sociedad. Bueno, no cuento a los sirvientes, los pobres hacen un gran trabajo para pasar desapercibidos, yo sé lo que es eso.
Cuando era humana no pertenecía a la alta sociedad, era una simple chica de pueblo. Aunque nunca gocé de lujos, siempre amé mi vida, fui bastante feliz. Jamás soñé con ser una princesa o formar parte de la realeza. Siempre fui práctica y—sobre todo—realista. Por esa razón todos me consideraban una rara, solamente porque no soñaba con conocer a un príncipe que se enamorara de mí y decidiera casarse. En mi opinión, eso siempre fue estúpido.
Claro, para todas las muchachas del pueblo—que amaban soñar con eso—yo era la que no encajaba. De todas formas, no me importaba, pues casi no tenía tiempo libre. Siempre estuve trabajando, desde muy pequeña, para ayudar a mi familia. Como dije, nunca tuvimos lujos.
