Capitulo 1

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—Kei... —Julian dio un paso hacia él, conteniendo mal las lágrimas que ya comenzaban a abrasarle los ojos—. Kei.

—¿Qué crees que estás haciendo, niñato?

Los ojos de Kei lo atravesaron completamente y Julian contuvo la respiración, aturdido. Llevaba meses esperando, deseando que llegara ese momento, que realmente existiera, y ahora que sucedía, que Kei estaba frente a él, vivo, ni siquiera era capaz de decir nada, ni siquiera de contener las lágrimas. Era como si nada hubiera ocurrido, como si jamás hubiera existido ese lapsus de tiempo en el que le habían obligado a creer que Kei estaba muerto

—Kei... —repitió, incapaz de contener un sollozo.

—¿Que pasa? ¿Me vas a saltar que quieres abrazarme en medio de la calle? —soltó Kei burlón, sonriendo débilmente mientras dejaba caer el cigarrillo al suelo y lo apagaba con una de sus botas negras.

Julian siguió con la mirada los movimientos de Kei, en silencio y se limpió los ojos con la manga, notando la boca tan seca que no creía ser capaz de decir algo sin ponerse a llorar.

—Pensé... —dijo Julian tomando aire—. Creí... creí...

—¿Que había muerto?  —le ayudó Kei, mirándolo fijamente.

Julian sintió un nudo en el estómago y notó como la culpa le revolvía el cuerpo. Dio un paso hacia atrás y miró a Kei con aprensión. Era verdad. Kei estaba vivo, ¿y los demás? ¿Dónde estaban Oshi, Rykou y los demás? ¿Dónde estaba Kevin?

—¿Dónde están... los demás?

La expresión de Kei se ensombreció bruscamente y Julian se llevó una mano fuertemente apretada al pecho. Le costaba respirar y el miedo le consumía, pero no encontraba las palabras para decir lo siento, para explicar lo que había sucedido aquel día... No, no podía... no podía...

Y lo peor de todo era que la culpa se mezclaba con la felicidad de volver a verlo y eso hacía que se sintiera mucho peor. Las palabras de Kevin volvían a su cabeza y eso hacía que pensara en él, en aquel momento, en la manera en la que todo había ocurrido, en el miedo de perder al hombre que tenía delante, aquel sentimiento que le había estado consumiendo poco a poco.

Kei estaba vivo.

Julian se llevó una mano a la boca y se dio cuenta que respiraba con dificultad y que comenzaba a sudar con fuerza.

Incluso si Kei había regresado para matarle merecía la pena saber que había sobrevivido. Levantó la cabeza lentamente y se humedeció los labios antes de hablar.

—¿Kevin...?

Kei lo miró fijamente un momento y tras unos segundos en los que no dijo nada, se levantó lentamente, ajustándose la cazadora negra. Julian retrocedió instintivamente, encogiéndose asustado y vio inquieto como Kei lo observaba, aún en silencio.

—Ven conmigo.

Julian contuvo la respiración.

—¿A dónde?

            Kei comenzó a andar sin esperarlo.

           

            —A mi casa.

            Julian miró su espalda en silencio, con ansiedad. Kei no se giró para averiguar si lo seguía o no y Julian tuvo la inquietante sensación que Kei no esperaba que lo siguiera, sino que simplemente se lo estaba dejando a su decisión si seguirlo o no. Se mordió el labio con fuerza y comenzó a caminar deprisa tras sus pasos.

            Volver a casa de Kei era enervante. La casa tenía ese aspecto de un lugar que había estado mucho tiempo abandonado y cerrado. Motitas de polvo bailaban en el ambiente y Julian volvió a sentir ese desgarrador desasosiego. Estaba seguro de que aquel abandono no podía ser normal; Julian estaba convencido que hasta lo ocurrido en Rusia aquella casa había estado cuidada, o, al menos, alguien la hubiera preparado con antelación para que su dueño la recibiera inmaculada y cómoda.

Cuando habla el Corazón 2 (chico x chico)Where stories live. Discover now