Jungkook
Si tan solo tuviera amigos sabría lo que es tener una compañía de verdad, y a mis veinte años no puedo entender la razón de mi soledad. Tal vez sea que lo único que hago es salir yo solo, y ahogarme algunas veces en el alcohol.
Necesito algo nuevo, algo que me haga erizar los vellos... No creo que lo que haré sea una equivocación.
Soy un chico inocente, alguien que solo ha tenido sexo dos veces en toda su vida, y es que no lo veo necesario si me tengo a mi mismo y un computador a lado mía. Soy alguien que con que le des un simple cigarrillo te hará cualquier favor. Si, soy un tanto sumiso a las personas.
Dejando a un lado mis debilidades, estoy listo para quemar ese gramo de inocencia que me queda. Sé que no es un pecado, pero jamás había ido a un prostíbulo. Sé que está mal. Es una red de maldad en la que las chicas son abusadas constantemente y seré parte de eso. Me doy asco, pero estoy tan hipnotizado por mi propia soledad, que ya no sé qué es lo que debería hacer.
Me sonrojo al pensar demasiadas cosas que pueden pasar ahí, pero mejor solo voy camino al mejor que pude haber encontrado en internet. Además, aquí en Corea las zonas rojas se conocen por tener "buena" seguridad. No le haría nada a ninguna chica sin su consentimiento... Solo busco compañía, y si algo pasa, que sea porque los dos queremos.
Camino por las calles y siento el frío aire moviendo de un lado a otro mi cabello. Es genial esta brisa, y me llena de vida en cierto punto.
He llegado, y es tal como lo imaginaba: primero un par de chicas con poca ropa moviéndose de un lado a otro mientras todos los hombres a sus alrededores las ven con ojos acechadores. Joder, que asco me dan. Después está una barra con un mesero detrás sirviendo tragos de Vodka y Tequila. En el fondo se distinguen un par de puertas que se ven un tanto rosas por las luces, no sé qué habrá adentro, pero quiero averiguarlo en un futuro.
Primero quiero que el alcohol corra por mis venas, para poder tener el valor de pedir un baile o lo más mínimo, porque sin una gota de alcohol corriendo por mi cuerpo, no soy más que un chico tímido sin propósitos algunos.
Estoy sentado en un sofá de piel, con una mujer castaña bailándome y tocándome al mismo tiempo. Tomo su trasero intentando ser extrovertido acariciándolo mientras se le ve una sonrisa maliciosa. Me siento mal de hacerlo.
Esto se repite una y otra vez; aburrido. Hago a un lado la señorita que me acompañó por algunos minutos y camino hacia una de las misteriosas puertas.
No es correcto hacerlo, pero me siento algo mareado, además de que no estoy dispuesto a volver a casa ahora mismo.
Miro a mi alrededor para comprobar que nadie me ve, y abro las puertas.
Inmediatamente las cierro detrás de mí y camino por este gran despacho. Además de la inmobiliaria, hay algunos sofás como los de afuera, pero estos son color hueso. Espero que esto no sea como "la curiosidad mató al gato".
Veo sobre el escritorio la foto de un chico con cabello castaño con ojos del mismo color. Tomo la fotografía y miro con más atención al apuesto chico. Se le ve que es alguien destacado y poco elegante, que tiene una vida digna y un trabajo estable, algo que yo no pude hacer desde que me salí de la universidad. Fue un gran error, porque desde ese punto lo único que he conseguido son trabajos temporales y con suerte, puedo pagar la renta de mi departamento.
Me siento demasiado culpable de permanecer aquí dentro, así que es mejor que me vaya ahora, pero tan pronto como me doy la vuelta escucho a alguien acercándose. Estoy jodido.
—Solo encárgate de ellas —dice el hombre que entra mientras mantiene su mirada al frente y no se inmuta ante mi presencia.
Es... Es el de la foto. ¿Será el dueño? ¿Quién es? ¿Y por qué siento que ya lo conozco?
Cuando logra verme solo se queda frente a la puerta mientras abre un poco sus labios y me mira desafiante.
Comienzo a tener algo de miedo, pero solo me quedo inmóvil mirándolo igualmente intentando retarlo.
Tiene una camisa blanca con un estampado rojo, y unos pantalones negros rotos. Es demasiado joven. Podría decir que tiene mi edad.
Saca de su bolsillo una caja de cigarrillos, toma uno con bastante tranquilidad y lo mete a su boca mientras se acerca a mí. Estoy temblando y no sé por qué. Deja salir el humo del cigarro cuando está en frente, pone sus manos en el escritorio a mis lados acorralándome y vuelve a abrir un poco los labios.
—¿Qué se supone que haces aquí? —pregunta mirándome sin ningún problema.
Mi voz tiembla y trato de contestar, pero no puedo del todo, está demasiado cerca de mí y sus ojos me intimidan. Entiendo que se sienta molesto, a fin de cuentas soy yo el que está invadiendo un espacio que es probablemente privado. Soy un idiota, ahora tengo miedo de que pueda darme una putiza.
—Lo siento, de verdad lo siento. Me iré ahora —sonríe y lame sus carnosos labios. ¿Por qué sonríe? Joder, que miedo.
Acerca su mano hacia mí, y con su pulgar acaricia mis labios suavemente y pregunta:
—¿Cuál es tu nombre? —quito su mano rápidamente cuando me toca y comienzo a pensar: «¿tengo que decirle la verdad?» No sé quién es, ni qué puesto tiene en este lugar, por eso mi temor aumenta con cada pregunta. Estos lugares no son de fiar.
Su delicioso perfume se mezcla con el olor del cigarro. Fascinante.
—Jeon... Jungkook —mete el cigarro en mi boca y me hace un gesto para que lo pruebe. Le doy una calada y echo el humo hacia un lado.
Supongo que esto es coquetear si ignoro que si fuera cualquier otra persona igual sería acoso pero es que en realidad nunca he tenido ninguna experiencia con algún hombre, pero no me incomoda lo que está haciendo, y me halaga que esté interesado en mí. Tal vez debería aprovechar y si él quiere intentar tener relaciones. Después de todo este es un lugar en el que cualquiera viene solo a coger. ¿Es el alcohol lo que me ayuda a pensar en esto?
—Te conozco —¿Qué está diciendo? No recuerdo haberlo visto en otro lugar a pesar de que se me hace conocido—. No pongas tu inocencia contra mí, porque me dan ganas de... —Pasa su mano por mi pierna, pero rápidamente frunzo el ceño y aparto su mano sin cortesía. Sé que dije que me gustaría tener sexo, pero aún ni siquiera sé cómo hacerlo y me asusta.
—Tu... ¿Quién eres?
—Kim Taehyung —su voz se vuelve más grave de lo que ya es cuando susurra, pero lo ha hecho contra mi cuello. Me estremezco mientras son pocos los recuerdos que pasan por mi cabeza. Debería apartarme, pero extrañamente me gusta la sensación de estar siendo controlado por este hombre.
—Nunca he estado con un chico... —Suspiro con inocencia mientras intento recordar de dónde me conoce este hombre.
—¿Y quieres hacerlo? —pregunta siendo más atractivo cada segundo que pasa. Me abstengo a responder ya que mi mente está demasiado ocupada tratando de hacer memoria, pero mi cabeza asiente y mi boca se abre un poco deseando su lengua dentro de mi boca.
¡Lo tengo! Él, Kim Taehyung, uno de los mejores del último grado en la secundaria. Imposible olvidarle... Jamás nos hablamos como amigos, pero todos los días sentía esas miradas penetrantes que él me proporcionaba. Es un raro. Esto es raro.
Yoongi siempre repetía que él sentía algo por mí, pero no quise aceptarlo.
Y ahora que lo tengo tan cerca de mí, creo que debí escuchar a Yoongi, pero estaba tan concentrado en conocer nueva gente en la secundaria que a mi mejor amigo de aquel entonces no le presté atención.
Incluso hablé un par de veces con Jimin, quien era alguien cercano a Taehyung, pero no me decía mucho, al parecer guardaba el secreto de su amigo.
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¡Hey! Bienvenidos nuevos lectores. Espero que disfruten la lectura. Nos vemos, ¡hasta otra! 🌈
-Kai.

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taekook; sweet skin (달콤한 피부) ✨ EDITANDO
RomanceLIBRO 1 Y 2 "Me sigo cuestionando este gusto que le tengo, este amor. Pero mientras más lo pienso, más confirmo que no es solo algo pasajero". Kim Taehyung vive su adolescencia enamorado del chico menor de la mejor clase del colegio: Jeon Jungkook...