taekook; sweet skin (달콤한 피부) ✨ EDITANDO

VEINTIOCHO✨

Taehyung

—¿Qué haces aquí mocosa? —le espeto. La noto más sonrojada, más avergonzada de lo normal. Como si su desesperación y su forma de llamar la atención se hubiera ido. ¿Será que esta niña maduró?

Jungkook pronto se va por un vaso de agua, me imagino lo que ha de sentir al ver a esta chica. Seguramente un escalofrío en todo su cuerpo, como si esta lo fuera a raptar.

—Taehyung-ssi... ¿Me necesitaba? —frunzo el ceño y trato de no confundirme más con las personas presentes. Primero Hoseok y después Sook Mi, esto es extraño y sospechoso a la vez.

—Jamás te llamé, y además no sé cómo están aquí ustedes dos si no les di nuestra dirección —suspiro ya frustrado y peino mi cabello. Queda más despeinado de lo normal, pero no me interesa ahora.
Miro a Jungkook sospechosamente y él responde a mi mirada pensando lo mismo que yo.

—¿Quién les dio la dirección? —pregunta Jungkook acercándose al círculo vicioso que hemos hecho.

—Tu padre me LLAMÓ —resalta sus últimas palabras mirando a Hoseok. Algo tienen estos dos que no quieren que sepamos—. Dijo que necesitabas ayuda con Tannie, porque te habías ido a Sídney para el... —Le chito fuerte para que se cierre la boca pero logra terminar la frase. «Proyecto» musitó.

—¿Sídney? —dice Jungkook.

—¡Yo solo la seguí! —Grita Hoseok.

—¡Responde! ¿Irás a Sídney? —«Eres un mentiroso» se combina la voz de Jungkook con la de Sook Mi, la de Sook Mi con la de Hoseok y viceversa. Todos hablan a la par, ya me estoy hartando. «No podemos avanzar por todo esto» Se escucha a Jungkook decir.
Estoy en shock ahora mismo, como si alguien me hubiera golpeado con la fuerza suficiente como para dejarme en el suelo.

—¡Cierren la boca! —Grito con la esperanza de que lo hagan. Cuando todos guardan silencio, respiro hondo aliviado—. Sook Mi, bajaré tu salario, por mentirosa e involucrar a Hoseok en esto —miro de reojo a Jungkook, quien ya tiene esa típica expresión: labios separados y humectados, cejas hacia arriba mostrando preocupación, y hombros caídos.
Sook Mi hace berrinches, y no estoy dispuesto a aceptar eso.

—¡Fuera de aquí los dos! Ustedes no son más que sospechosos —dice Kookie cabizbajo—, y si vuelvo a verlos aquí sin antes avisar voy a llamar a la policía. ¡¿Qué quieren de nosotros?! —Grita con más fuerza que antes, como si no lo escucharan lo suficiente.

Hoseok fulmina con la mirada a Jeon, y Sook Mi se mantiene a lado de su nuevo amigo. ¿Desde cuándo se conocen?

—Venía a confirmar que Taehyung-ssi no me necesitaba, su padre me llamó...

—En primera niña, mi padre me hubiera llamado a mí para decirme si quisiera que vinieras, en segunda, lo de Sídney... Falta mucho —miro a Jungkook tratando de darles respuestas antes de que estos dos se vayan—. Y eso es un asunto confidencial de la empresa, es imposible que mi padre le haya dicho eso a una niña inmadura —«definitivamente no maduró»

Cuando Sook Mi está a punto de dar un paso hacia a mí, Hoseok la toma del brazo con fuerza y la lleva a la fuerza un poco malhumorado.

—Vámonos. Te llevaré a casa si puedo, niña, pero deja de joder a los demás —cuando Hoseok está a punto de salir le pego con poca fuerza en el hombro para que se detenga y digo:

—Gracias... —Mueve la cabeza y no me responde, en cambio, saca a rastras a Sook Mi. Cuando el ruido de la puerta al cerrar suena, me doy la media vuelta para ver a Jungkook.

—Lo que no me cuentas a mí... ¿A quién se lo cuentas, Hyung? Porque estoy seguro que Hoseok sabía algo acerca de lo de "Sídney" —intento hablar, pero Jungkook hace una seña para que pare—. Mira a tu alrededor, ¡vivimos juntos! Tú y yo, ¿qué no eso significa la suficiente confianza como para contarme que irás a Australia?

—A nadie Jungkook, todo me lo guardo para mí cuando a veces no tengo el valor de hablar contigo, y si Hoseok lo sabía era porque trabaja conmigo, y tú lo sabrías pronto cuando entraras a trabajar con nosotros. Eres muy directo a veces, y de igual forma lo agradezco pero, hay momentos en los que a veces solo necesito tus besos para reconfortarme... —Suspiro y lo miro fijamente al igual que él a mí. Ya no piensa decir nada más, yo lo sé. Se escucha cómo sorbe por la nariz y va hacia la habitación principal tomando antes un cigarro que dejé en la barra de la cocina.

Apenas tiene veinte años, no debería de estar viviendo todo esto en tan poco tiempo... Ni yo aunque tenga veintidós. Nadie...
Debería de estar solo un rato, es por eso que no quiero molestarlo por ahora. Tan pronto como el olor a cigarro se vaya de esa habitación, voy a entrar para hacerlo sentir mejor. Y no, no sexualmente. Estoy cansado de que todo lo resolvamos de esa manera cuando las palabras son mejores en estas situaciones que una metida.

Me asomo un poco por la puerta y lo veo sentado en el buró que está a lado de la gran ventana abierta que le da vida a la habitación. Con el humo saliendo de su boca. Sus botas Timberland en el suelo, regadas como si no tuvieran relevancia. El encendedor que utilizó igualmente se encuentra en el suelo.
Es la habitación de un adolescente deprimido, pero sin marihuana.
Definitivamente entro, ya no lo pienso dos veces. Necesitamos nuestro apoyo mutuamente, y yo ya no sé si podré seguir viéndolo así...