| 07

1.5K 107 80
                                    

—¿Así que solo te rendiste y aceptaste que un completo extraño te llevara a una fiesta en Black Mountain? Cabe agregar qué tal lugar se encuentra a 1 hora y media de tu casa... en papel luces como una chida rebelde.

—No eres un extraño y nunca lo acepte solo cedí antes de que utilizaras la fuerza— apoye mi cabeza en la ventana del auto y él rió.

—No me conoces de nada ¿Cómo le llamas a eso?— pregunto maniobrando el volante y abriéndose paso entre los pocos, casi nulos carros que había en la carretera. Evadiendo mis afirmaciones y elevando mis sospechas.

—No eres una persona de mi confianza, pero tampoco eres un completo desconocido, he visto tu rostro por casi 2 años.

—¿Así que has estado acosándome?— la poca seriedad que le tomaba al asunto no me sorprendía, así era él, un descarado por naturaleza.

—¿Cuánto tiempo falta para llegar?— me removí en mi asiento sintiéndome tan incomoda como fuera posible.

—55 minutos, tal vez la hora entera— el costado de su labio se elevó, creando un perfecto hoyuelo en su mejilla. Solo Luke Hemmings hacía qué tal imperfección no fuera algo tierno.

—No podré soportarlo— mencione con el suéter sofocando mis pulmones. El aire me faltaba y la sangre ya fluía con rapidez por todo mi cuerpo.

—¿El largo camino ó compartirlo conmigo?

No dude la respuesta: —Ambas.

Torció los ojos y yo sonreí orgullosa de haberle causado un disgusto.

—¿Y porqué te gusta acudir a fiestas que se realizan a más de una hora de viaje?— intrigue entre su nube de misterios.

Hizo un sonido extraño con la garganta y rascó su barbilla lentamente. No despegaba sus ojos del camino y me sentí aliviada por ello.

—No lo hago por gusto— su respuesta fue tan insípida como él.

—¿Entonces porqué vamos?

—Digamos que es... una cuestión de trabajo— entrecerró sus ojos, realizó un gesto que no me dio confianza.

—¿Un trabajo que no te agrada?— concluí en forma de pregunta.

—Ahí es donde entras tú.

—¿Qué tengo que ver yo?— reí un poco, pero fue más una cuestión de nerviosismo.

—Tal vez el trabajo sea más divertido si estás tú.

No respondí, su afirmación me pareció ambivalente. Fue tan rápido y sin aviso previo que mi cerebro no logró crear una respuesta acertada. Luke era impredecible, no se podía confiar en lo que decía.

—¿Podrías prender la calefacción? Muero de frío— me abrace a mi misma.

—A veces me pareces una exagerada— mencionó obedeciendo mi petición.

—Di lo que quieras, de igual manera me has obedecido.

Él no me contradijo y lo agradecí infinitamente.
Revise mi celular, esperanzada de no tener llamadas por parte de mis padres; al contrario, había recibido un mensaje de Peter.

Peter Lombardi:
Lamentó lo de hoy linda, ¿almuerzo mañana a las 10:00 en punto?

Giro la cabeza en dirección a Luke y puedo observar su perfil, su nariz me parece linda hasta el punto de caer en lo perfecto; luce concentrado en la carretera y parece más relajado de lo que alguna vez lo vi.
Él no es el tipo de hombres con los que creí relacionarme, si hace unos años alguien me diría que existirían roces entre nosotros probablemente me habría reído en su cara, pero aquí estamos, en su auto rumbo a una "fiesta" en Black Mountain.

GET TO U |L.H.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora