| 29

795 71 81
                                    

El baile de debutantes, una tradición terriblemente arcaica, machista y humillante, iba en contra de todos mis principios y valores, no me representaba como persona en lo absoluto, pero desde mi nacimiento mi madre había preparado mi papeleta de presentación, vestido y pareja perfecta. Las familias de renombre presentaban ante la elite de la sociedad  a sus hijas como si fuera joyas, era la meca de la hipocresía, pues en el papel y ante la vocera ninguna tenía defectos, todas queríamos la paz mundial o curar a un montón de niños que ni siquiera nos importaban.

Durante mi niñez había asistido a un incontable número de clases de etiqueta, cotillones y bailes de salón. Hasta hace unos días yo soñaba con el momento el que fuera a descender de esa enorme escalera, acompañada de algún joven heredero elegido por mi familia.

Pero ahora, en el almuerzo anual de debutantes lo único que deseaba hacer era huir lejos.

Para mí poca fortuna la mesa que mi madre (como directora de comité de debutantes) me había asignado era junto a Laia (quien me detestaba), Elodie, Heather, Marcia y Jolie, las últimas dos no me interesaban o importaban en lo absoluto, pero había seis ojos deseando aniquilarme en este preciso momento.

—Este fin de semana viaje con mi madre a Nueva York para comprar mi vestido, un Dior único y echo a la medida para mí— presumió Heather sin miedo de sonar altanera.

Me hizo pensar en que yo no tenía idea de qué usaría, y me encontraba a solo tres días de tan aclamado evento.

—¿Y quién será tu pareja Heather?— pregunto Laia con sus ojos fijos en mí.

Sabía que lo hacía con la intención de molestarme, y en este punto no me sorprendería que la bocona de Heather asegurara que iría con Luke. Habíamos tenido unos días distantes.

—Cameron Faiers— contestó con una sonrisa de oreja a oreja.

Sentí un total alivio cuando de su boca no salió el nombre del chico en el cual yo me encontraba claramente interesada. Esperen, dijo ¡¿Cameron Faiers?! ¿Mi hermano?

Una señal de alerta retumbó entre las paredes de mi cerebro ¿Como demonios Cameron había aceptado?

Fingí una sonrisa perfectamente hipócrita, que no delatara mi incomodidad ante tal declaración.

—Wow Heather, Cameron es como un sueño— mencionó una de las dos chicas las cuales no me quitaban el sueño.

En otra situación opinaría lo contrario, pero ahora había comprobado que cuando Cameron quería, podía ser un verdadero caballero, uno que Heather Rose claramente no merecía.

—Me sorprende que Cam haya aceptado salir contigo— comente sin siquiera mirarlas. Debía aceptarlo, aquellas palabras se escaparon de mí boca sin permiso alguno, pero ya habían salido no podía retractarme.

—¿Y porqué te sorprende?— pregunto Heather con un notorio tono molesto de voz.

—No dejes que te inquiete Heather, es claro que Molly solo está demostrando su envidia por el hecho de que ya nadie está haciendo fila para llevarla al baile, se ha vuelto la peste del Kellington Academy— defendió Laia, provocando que todas rieran y me observaran esperando mi respuesta.

Wow, había mostrado las garras, pero yo le enseñaría como rasguñar.

—Cierto Laia, no tengo una fila de hombres rogando por ser mi pareja, pero tampoco los necesito— me puse de pie, de igual manera ninguna despegaba sus ojos de mí —Tengo tanta seguridad y amor propio que podría descender sola por esa escalera y aún así seguiría opacando a cada integrante de esta mesa. Pero bueno, algunas mujeres como tú necesitan de un hombre para resaltar, qué lástima que hayan asesinado a Ezra hubiera ayudado a que llamaras un poco la atención de una mejor manera, ahora solo eres la patética estudiante de Kellington Academy que sigue deprimida por la insignificante muerte de un patán al que nunca le importaste y sólo jugaba contigo para tener a alguien, por que ni siquiera sus padres podían soportarlo, qué triste— hice un puchero.

GET TO U |L.H.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora