| 08

1.6K 92 106
                                    

Me gustaría decir que recordaba absolutamente todo, que había mantenido una postura rígida y la noche había sido como su principio: Incómoda y aburrida, algo fuera de lugar. Pero no lo hacía.

De la misma forma hubiera deseado decir que mi despertar fue debido al canto de los pajarillos, o debido por los rayos del sol en mis ojos. Pero tampoco fue así. Los gritos apabullantes de mi madre me despertaron abruptamente, la manera brusca en la que tiro mi edredón al suelo y el frío que se impregnó en mi cuerpo me despertaron por completo.

Ahora mismo me encontraba tratando de arreglar mi cara y lo seca que lucía mi piel. Después de una ducha rápida en agua fría cualquiera podría despertar.
Ni todo el maquillaje Chanel Y que estaba en mi peinador podría cubrir lo demacrada que lucía.

Peter estaba esperándome en la sala, junto a una amena charla con mi madre y tal vez Cameron, pero ¿Dónde estaba Luke? Y aunque mi cabeza se rehusaba a pensar en la mata de cabellos rubios, me era imposible no preguntarme ¿Qué había sucedido anoche?
Pero lo sabía, habíamos ido de fiesta a Black Mountain, después tuve una discusión con unos de sus amigos y finalmente creo que congeniamos un poco con una charla divertida, más no tenía un recuerdo de cómo o cuando llegue hasta mi cama.

Todo en mi habitación parecía intacto, no había rastro de que me hubiera escapado, ni siquiera mi ropa se encontraba esparcida en alguna cómoda o sillones de mi habitación. Y extrañamente tenía la pijama bien puesta.

Mi madre había colocado sobre mi cama un jumpsuit color azul marino, de pantalón, con solapas en el cuello. Me parecía excesivamente elegante para un simple almuerzo en alguna cafetería local, pero no me encontraba en posición para remilgar al respecto.

Unos minutos más tarde me encuentro bajando las escaleras con sumo cuidado acompañado de una exagerada lentitud.

—Luces bellísima— menciona Peter ayudándome a bajar el último escalón, una imagen digna de película —Bueno, siempre lo hace— se dirige a mi madre y recibe una sonrisa espléndida, acompañada de un apretón en el brazo. Mi madre adoraba a Peter.

—Gracias, tú también luces lindo— una sonrisa apretada apareció en mi rostro mientras mis ojos se posaban en su suéter polo color gris y sus jeans negros a la medida. Él siempre lucía igual de elegante.

—Bien chicos pueden irse, solo no regresen demasiado tarde— mi madre nos tomo por los hombros y prácticamente nos arrastro hasta la puerta. Lucía aún más ansiosa que yo.
Era vergonzoso.

—No se preocupe señora Faiers, volveremos a la hora de la cena— dijo con un tono dulce.

—¡Oh Peter! Sabes que puedes llamarme Joyce, déjate de formalidades— mi madre sobre actuaba su felicidad y caía en lo ridiculo.

—Mamá basta, tenemos que irnos— mi sonrisa nunca desapareció y traté de no sonar grosera.

—Claro, una disculpa por retenerlos— colocó sus manos en la puerta y la abrió para nosotros —Espero nos acompañes a cenar Peter.

—Por supuesto que sí— fue lo último que dijo antes de partir.
Aunque sabía que no lo haría.

Oops! Ang larawang ito ay hindi sumusunod sa aming mga alituntunin sa nilalaman. Upang magpatuloy sa pag-publish, subukan itong alisin o mag-upload ng bago.
GET TO U |L.H.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon